Junio 16

Ante la puerta abierta

1 CORINTIOS 16.8, 9

El apóstol Pablo tenía la pasión y la visión de alcanzar el mundo con las buenas nuevas de salvación. Al seguir la guía del Espíritu, su determinación demostró ser efectiva. No se sabe cuántas vidas transformó el Señor por medio de este hombre, pero su influencia sigue todavía impactando vidas hoy.

Pablo sabía que Jesús había dado instrucciones a sus seguidores de “hacer discípulos a todas las naciones” enseñándoles que guardaran todo lo que Él había mandado (Mt 28.19, 20). Dios guió y capacitó al apóstol para hacer su parte en el cumplimiento de esta misión divina.

Pero pensemos en lo que era la vida entonces —una gran tarea en un tiempo cuando no había medios de comunicación de masas. Pablo solamente podía enseñar, escribir, o capacitar a otros para que compartieran la verdad. Pero, a pesar de los medios limitados, obedeció de manera fervorosa y efectiva.

La orden de Dios sigue vigente para nosotros hoy. Él nos ha dado el trabajo de hablar a todas las naciones de la redención por la sangre y la resurrección de Cristo. En comparación con Pablo, tenemos abundancia de medios de comunicación, como la radio, televisión, Internet y teléfonos móviles, que dan fácil acceso a todos los países del mundo. Podríamos hacer más discípulos utilizando mejor estas tecnologías.

Estamos en un momento crítico en la historia de la iglesia, en el que tenemos la oportunidad de compartir el evangelio mediante diferentes métodos. Debemos llevar a cabo la Gran Comisión de Cristo, así que, no permitamos que el ajetreo o la apatía nos impidan obedecer.

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