En la película Cuarto de Guerra, La señorita Clara es una mentora mayor de Elizabeth, una mujer que lucha en su matrimonio con un esposo que tiene la moral en picada.

Cuando la señorita Clara y Elizabeth se juntan para sus sesiones de tutoría, Elizabeth solo quería hablar sobre las cosas que su esposo Tony estaba haciendo mal. Pero la señorita Clara le preguntó, “¿Elizabeth, cuán a menudo oras por tu esposo?”

Elizabeth respiró profundo y admitió que ora muy poco por él. Luego, la señorita Clara le dice a Elizabeth que no puede cambiar a Tony o las circunstancias que él está enfrentando, pero que puede orar para que Dios intervenga en la vida de Tony.

Este era un nuevo concepto para Elizabeth y puede que sea nuevo para ti también. Nuestro primer instinto cuando nuestro esposo lucha es tratar de arreglar la situación o incluso castigarlo por ceder o meterse en la situación. O podríamos tratar de ignorar el problema esperando que simplemente se resuelva por sus medios. Quizás tratamos de mostrar más amor y afecto, y nos sentimos rechazadas cuando él se encuentra preocupado con esta lucha.

Y porque somos una carne con nuestro esposo, sus luchas se convierten en nuestras luchas y viceversa.

Algunos esposos no quieren hablar acerca del problema o que se les recuerde acerca de este. Quieren quedarse en su cueva de televisión, juegos electrónicos, deportes, dispositivos electrónicos o quizás, literalmente esconderse en el garaje o taller, o quedarse hasta tarde en el trabajo. Su aislamiento  nos hace sentir rechazadas y dolidas así que nos vengamos siendo persistentes, enfadándonos o dando latigazos… y el problema se hace mayor.

Las mujeres lo quieren procesar hablando. A menudo los esposos ni siquiera pueden expresar con palabras lo que sienten o cómo podemos ayudarles. Pero Dios sabe. Como esposas, en nuestro tiempo a solas con Dios, tomamos las luchas de nuestros esposos y las ponemos a los pies de Jesús y lo dejamos intervenir para consolar o confrontar a nuestro hombre.

He aprendido que a veces Dios es el autor de la lucha porque Él quiere enseñarle a nuestros esposos alguna verdad espiritual y si intervenimos para tratar de cambiar cosas, nuestros esposos van a tener que pasar por esa lucha otra vez. Tan duro como parezca, necesitamos dejar que nuestros esposos lleguen al otro lado del problema con la orientación de Dios, no la nuestra.

¿Así que, cómo sabemos cuándo intervenir y dar un paso atrás? Oramos. La oración siempre es la respuesta y la mejor asistencia que le podemos dar a nuestros esposos. Incluso si tu esposo no es cristiano, o no camina de cerca con Dios, Dios puede abrirse un camino donde no parece haber manera.

Es duro confiar en el plan de Dios cuando queremos lo que queremos y cuando lo queremos, y Dios no parece estar respondiendo. La prueba verdadera de fe es cuando no tenemos idea de lo que Dios está haciendo, pero confiamos en Él de todos modos –fe bajo fuego.

La confianza es un componente vital de cualquier relación, pero es esencial en tu relación con el Señor. No puedes profesar amar al Señor con todo el corazón, mente y alma y no confiar en Él. Así que confía en Él ahora con tu matrimonio y las transiciones de la vida. Dios ve el panorama completo. Mientras que no todo lo que pasa es bueno, Dios puede usar todo lo que pasa para el bien. Él lo hará y puedes contar con eso.

Ora de forma persistente

La oración persistente ayuda a resistir las dudas y restaura la fe de que Dios puede y te responderá de acuerdo a Su palabra. Los llantos a Dios son más para convencernos a nosotros mismos, no a Él, de que cubrirá nuestras necesidades –quizás no nuestros deseos— Alabanza, oración y leer la palabra de Dios nos recuerda su poder y amor infalible por nosotros.

Orar como pareja

A inicios de nuestro matrimonio, mi esposo Dave y yo aprendimos la importancia y la bendición de orar juntos como pareja “en un acuerdo”. Cuando tomamos decisiones, ambos oramos hasta estar de acuerdo y tener paz. El número de parejas cristianas que admiten que no oran juntos, nos desaniman y nos alarman. Cuando se les pregunta por qué ya no oran con sus esposas, los esposos dicen muy seguido que las esposas son intimidantes o críticas. No hay una forma correcta de orar, así que esposas, aligeren un poco y alaben a un esposo lo suficiente humilde para orar contigo.

Ora por la Voluntad de Dios al Orar con la Escritura

Las oraciones pueden estar centradas en nuestros intereses, pero Dios responde con sus intereses. Ora tus deseos, pero revisa tu motivación. Una respuesta que no queremos aún es una respuesta.

Una forma de orar que aprendí cuando oraba por mi hija pródiga fue orar con las escrituras: Orar a Dios con su palabra. Me mantuvo orando acerca de la voluntad de Dios por mi hija en vez de pasar mi momento de oración expresando lo que quería que pasara. Acá hay un ejemplo de cómo orar Hebreos 10:21-25:

“Y puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió; y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.”

Así que yo por lo general, oro con estos versos por mi esposo.

Señor, sabes que mi esposo está luchando con algo que no puede remediar. Eres el Señor de nuestro hogar y la cabeza de mi esposo y te pido en el nombre de Jesús que tomes el control sobre nuestro hogar y deja que tu voluntad reine en nuestras vidas. Gracias Dios, por hacerme capaz de venir ante ti y dejar lo que sea que molesta a mi esposo sobre tus pies, confiando plenamente que tu voluntad se ha hecho en su vida.

Padre, ayuda a mi esposo a que no se encubra bajo el peso de una conciencia culposa, pero recuérdale que debido a su salvación, la sangre de tu Hijo Jesucristo lo limpiará de nuevo si confiesa sus pecados a ti. Si ha hecho algo que requiere arrepentimiento, Señor humíllalo para que se arrepienta y pida perdón y de esta manera pueda sentir una vez más la limpieza espiritual que viene de tu gracia y piedad.  

Señor ayúdanos a ambos a permanecer unidos sin divagar en la esperanza que afirmamos, porque Tú Dios puedes ser confiado a mantener la promesa que nos hiciste. Ayúdame a pensar en formas de motivar y animar a mi esposo con actos de amor y formas de hacer su vida más sencilla. Por favor no dejes que esta lucha se atraviese entre los dos y que nos impida tener momentos de conversación, recreación e intimidad. Señor, ayuda a mi esposo a sentir tu amor y a saber que con lo que sea que esté luchando se palidece al lado del conocimiento de que algún día estaremos contigo en el Cielo.

Dame el coraje y la paciencia, y guía a mi esposo hacia el camino que debería ir. Amén.

Mantén tu enfoque en Dios, no en la lucha de tu esposo

Cuando David y yo estábamos saliendo, tomamos una clase llamada Constructores de un Matrimonio. Cada reunión, el pastor que dictaba el curso y que luego nos casó a Dave y a mí, escribiría “Dios” en el tope de una pizarra blanca. Luego formando un triángulo, dibujo una figura de esposo en una esquina y una figura de una esposa en la otra. Luego dibujó las líneas que conectaban el triángulo con Dios en la cima. Luego él explicó que cuando la esposa y el esposo solo se miraban el uno al otro o a sus problemas, se encontraban lejanos.

Su punto: cada matrimonio exitoso tiene a Dios como la cabeza del hogar. Cada esposo que se acerca a Dios se acerca al otro mientras él o ella trabajan en su relación individual con Dios. Sin embargo, si uno de ellos aleja su enfoque de Dios, regresan a su respectiva esquina, lejos de Dios y del otro.

Nuestros matrimonios pueden sobrevivir luchas, pero no queremos simplemente sobrevivir, queremos prosperar. Prosperar en nuestra voluntad de encontrar formas creativas de desenfocarnos en nuestro esposo y su lucha y poner el enfoque en Dios.

Deja que tus pruebas te acerquen a Dios y al otro.

Otras maneras de orar por tu esposo

  • Pregúntale a tu esposo ¿Cómo puedo orar por ti hoy?

  • Ora consistentemente y a diario

  • Espera que Dios intervenga en la lucha que enfrenta tu esposo

  • Si tu esposo se aleja de Dios, aférrate al Señor y sigue orando por él.

  • No dejes de orar por tu esposo cuando la crisis o lucha termine.

  • Mantener una agenda contribuye a escribir tus sentimientos

  • Mantén una oración y una libreta de oraciones. Documenta y data tus oraciones, luego alaba a Dios cuando veas una respuesta.

Las oraciones pueden ayudar a que tu esposo mantenga la alegría, tranquilidad, quizás incluso, la paz. En el medio de las pruebas quizás alcanzar un beneficio en vez de una penalidad.

Lleva tus problemas a Dios, pero no lleves la carga en tus hombros. Es difícil no hacerlo, pero Dios no quiere que hagas su trabajo.

Es doloroso mirar como nuestro ser amado pasa por tiempos difíciles, pero no creas que tus oraciones no están ayudando. Quizás no veas una salida por un largo tiempo, pero no pierdas la esperanza. Dios quiere más para tu esposo que tú, y al final, si sigues llevándole todo a Dios en oración, Dios tendrá la gloria por la forma en que Él resuelve las cosas. Recuerda, no podría ser de la forma que alguno de ustedes espera, pero Dios siempre honra las oraciones de su gente.

“Necesitas hacer una plegaria con Dios de hacer solo lo que Él puede hacer y luego necesitas salirte del camino y dejarlo a Él hacerlo” Señorita Clara, Cuarto de Guerra.

Extractos usados de Querido Dios, ¡Él está en Casa! La guía de una mujer para su hombre en casa.

Janet Thompson es una vocera internacional, editora independiente y autora ganadora de premios por 18 libros incluyendo ¿Dios Abandonado?: Recordando la Bondad de Dios que Nuestra Cultura Ha Olvidado (Fecha de lanzamiento 2/9/16), Querido Dios, ¡Él está en Casa! La guía de una mujer para su hombre en casa y Orando por tu Hija Pródiga. También es la fundadora de Mentora de mujer a mujer y Acerca de sus Ministerios de Trabajo. Visita a Janet en:

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