6 Oraciones Para Los Moribundos (Y Los Dolientes)

Querido Dios,

Tú eres Dios, yo no. Tú enviaste a Jesús para ser mi salvador, así que necesito ser salvado. Necesito que perdones las cosas que he hecho mal en la vida. Necesito que me des un nuevo comienzo en la vida. Necesito que me ayudes a encontrar mi propósito. Quiero comenzar una relación contigo. Te pido que vengas a mi vida. Quiero aprender a confiar en ti. Quiero aprender a amarte. Quiero aprender a amar a otras personas de la forma en que quieres que lo haga. Así que hoy te pido, con humildad, honestidad y sinceridad que por favor me salves, ya que puse mi confianza en ti.

Hago esta oración en el nombre de Jesús. Amen.

Querido Jesús,

Qué increíble es tener un salvador que llora conmigo.

De vuelta a cuando estaba en escuela primaria, amé Juan 11:35 por su brevedad, “Jesús lloró”. Mis amigos y yo sonreiríamos, encantados de haber encontrado el segundo verso más corto en la Biblia. (El verso más corto, mientras alegremente recordábamos unos con otros, era Job 3:2 “Él dijo.”) No presté mucha atención al contexto de Juan 11: la historia de cómo ibas en camino a la tumba de Tu amigo Lázaro, en compañía de las hermanas de Lázaro, Marta y María, justo unos días luego de la muerte de Lázaro. No permanecí lo suficiente para entender el significado de tus lágrimas.

Que distinto se ve ese verso hoy. Hoy, que veo el ataúd lleno con flores que nublan mis ojos porque se humedecen cada vez que miro hacia esa dirección.

Hoy, como pastores, amigos y miembros familiares habló acerca de mi ser querido usando el tiempo pasado en vez del presente. Hoy, mientras las palabras de los himnos atrapan mi garganta y me dejan silencioso. Hoy, mientras la esperanza verdadera que aún sostengo colisiona con las olas de la pena sofocándome.

Hoy, “Jesús lloró” significa todo para mí.

Hoy, recuerdo que lloraste porque alguien querido por ti y querido por la gente que amaste había muerto. Aunque ya conocías el final de la historia, aunque sabias que la muerte no tendría la palabra final –aun así, lloraste. No te quedaste ahí parado, ofreciendo consuelo proveniente de un libro, estrechando las manos temblorosas, caminaste a la tumba y derramaste lágrimas propias. Sufriste la pérdida, y sufriste con aquellos que sintieron la misma pérdida.

Hoy, Jesús, Estoy agradecida de adorar a un Dios que se convirtió en lo suficientemente humano para llorar conmigo.

Querido Jesús,

Hoy, lloro lágrimas que significan mil cosas a la vez; felicidad, pena, desesperación y esperanza. Confío en que las resolverás mientras las atrapas, para escuchar y responder cada oración que representan.

Lloro por aquellos que quedaron atrás, por los solitarios con huecos en nuestros corazones. Te pido que nos consueles, nos des paz, restaures nuestra esperanza y nos expreses amor, familia y sentido de pertenencia. En la profundidad de la pérdida, llévanos contigo.

Lloro por el legado que este ser querido deja, por las formas en las que su presencia hacía del mundo algo diferente, por los recuerdos que se convirtieron en algo más bello y doloroso desde este lado de la muerte. Y oro porque el trabajo que has completado en esta vida extraordinaria crezca más profundo, más grande y más fuerte en los días venideros, desinhibidos por un enemigo débil como la muerte.

Lloro por aquellos que aún no han aceptado tu invitación a la vida eterna, por aquellos que sufren con esperanza hoy. Oro por el despertar en sus corazones, porque sean conducidos a ti. Oro para que cada vez más personas asistan a la gran reunión programada para la eternidad venidera.

Lloro por las formas en las que el mundo ha ido mal, y por las formas en las que lo estás haciendo bien también. Pido que me hagas parte de tu trabajo al traer el reino de los cielos a la tierra.

Lloro sabiendo que estás conmigo. Y debido a que estás aquí conmigo, incluso mis lágrimas tienen significado.

Señor,

Mi corazón, se siente como si mil navajas lo atravesaran. Estoy cansado, gastado, y muy triste. ¡Por favor Ayúdame! Escucha mis oraciones. Sostennos a mi familia y a mí. Danos fortaleza. Está aquí presente. Sé persistente con tu amor. Llévanos a través de este dolor. Susténtanos. Tráenos alegría y esperanza.

Oro en tu nombre, amén.

Como dice 1 Corintios 15:54-55, “Devorada ha sido la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, ¿tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?”

¿Dónde está el aguijón de la muerte para el creyente? Ha sido rasgado por la cruz, Jesús sacó el aguijón de la muerte. Esta es una gran verdad. Como cristianos, no necesitamos temer la muerte porque nuestras almas vivirán por siempre con Cristo.

Querido Señor, enfrentaremos muchos eventos terribles a través de esta vida, pero nunca podemos olvidar que la victoria final te pertenece. A través de tu sacrificio, la muerte ha sido derrotada. Mientras continuemos caminando en tu verdad, ayúdanos a poner tus ojos en las cosas celestiales.

Querido Dios,

Nuestros corazones están con aquellos que sufren, por aquellos que han perdido seres queridos, por aquellos que han sufrido una gran tragedia en las manos del mal. Pedimos que los cubras con tu gracia y piedad, rodeándolos con la paz durante este tiempo de oscuridad.

Te agradecemos porque solo tú eres nuestro refugio, nuestra torre fuerte, nuestra defensa y nuestra paz. Te agradecemos porque sin importar lo que enfrentemos, permaneces en tu trono, en control y ningún mal puede enfrentarse a ti. Será derrotado, no ganará. Porque solo tú has ganado la victoria final y los días del enemigo están numerados.

Pedimos que, por tu grandioso poder, derribes las fuerzas de la oscuridad, frustres los planes de aquellos que conspiran para atacar y destruir y saques la oscuridad de aquellas almas que necesitan conocerte como su Salvador y Señor. Te alabamos por tu poder para liberar a los cautivos. Sabemos que solo en Ti tenemos la esperanza de enfrentar la oscuridad y los tiempos inciertos. Porque nuestro futuro está seguro a través del sacrificio de Cristo.

Gracias Dios por estar con nosotros... gracias porque te importa... gracias por tu presencia cercana... y por llorar con quienes lloran. Te necesitamos. Sabemos y creemos más allá de cualquier duda, que tu poder y amor nunca fallan.

En el Nombre Poderoso de Jesús, el Nombre Sobre Todos los Nombres. Amen.

Este contenido fue adaptado de “2 Palabras de Consuelo en el medio de la Tragedia: Oración Para Aquellos que Sufren” por Debbie McDanniel.