A menudo cuando nos encontramos despiertos en medio de la noche, la preocupación, el miedo y las luchas pueden hacer presión. La paz parece alejarse. Incluso, es difícil pensar con claridad, muchos pensamientos y sentimientos se cuelan en la oscuridad.

Y es en esos momentos en los que más necesitamos orar, que a menudo se nos dificulta encontrar las palabras.

Dios sabe.

Él entiende.

Y Él está cerca.

Sus palabras son vivas, activas y poderosas. Estas son la uncia cosa que nos puede traer verdadera paz en esta viuda, bien sea a través de la luz del día o en la noche más oscura. Si te has encontrado a ti mismo en esa situación recientemente, luchando para dormir por la noche, acá hay nueve versos y oraciones para ayudarte a enfocar tu corazón y mente en Dios.  

Señor, necesitamos tu paz.

Querido Dios,

Estamos en necesidad de tu paz y verdad para calmar nuestros corazones y espíritus ahora mismo. Cuando nos encontramos despiertos en el medio de la noche, nuestras necesidades y preocupaciones pueden sentirse abrumadoras. Necesitamos recordar tu amor, sanación y gracia constante. Pedimos que tu poder nos rodee. Gracias porque nos has liberado y eres más grande que cualquier cosa que enfrentemos en esta vida. Dejamos nuestras cargas ante ti, cada una de ellas, porque sabemos que están mucho más seguras en tus manos que en las nuestras.

  1. Para cuando luchas con la preocupación

“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)

Señor, tú conoces nuestro corazón y todas nuestras preocupaciones, te pedimos que nos ayudes a aguardar nuestros corazones y mente en ti. A veces nuestras preocupaciones parecen ser tan grandes, que no vemos una salida de nuestras circunstancias actuales y no podemos entender lo que haces. Pero sabemos que ves el escenario completo y te agradecemos por estar con nosotros en todo. Ayúdanos a confiar en ti. Deja que tu paz que pasa todo nuestro entendimiento nos rodee y nos refresque.

  1. Para cuando enfrentas una gran decisión

“Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (Mateo 11:28-30)

Señor, no podemos dormir porque no sabemos qué hacer. Estas decisiones presionan fuerte. No podemos ver todas las respuestas, pero creemos que nos estás orientando. Ayúdanos a escuchar tu voz, ayúdanos a ver tu mano guiándonos en cada giro. Acláranos el camino y ábrenos las puertas correctas y cierra las que ya no debemos atravesar. Cedemos ante ti ahora, y creemos que nos ayudar y que obras en nuestra representación incluso cuando dormimos.  

  1. Para cuando enfrentamos dolor y enfermedad

“El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por largos días.” Salmos 23:1-6

Señor, estamos sufriendo. El dolor se siente muy fuerte. La incertidumbre acerca de nuestro futuro puede invadir nuestras mentes fácilmente con miedo y traer grandes cargas hacia nuestros corazones. Por favor aleja nuestro dolor, deforma que podamos dormir pacíficamente en tu cuidado. Te agradecemos porque seas cercano y estés siempre con nosotros. Oramos para que tu sanación y tu gran gracia nos rodeen como nunca antes. Pedimos que la protección y el consuelo de tus ángeles nos rodee durante la noche. Gracias porque eres nuestro Redentor y nuestro dolor nunca será en vano.

  1. Para cuando te sientes deprimido

“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares. Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra. El SEÑOR de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)” (Salmos 46:1-2, 10-11).

Señor, nuestros espíritus duelen y están llenos de desesperación. La oscuridad que nos rodea ahora es lo que sentimos dentro. No podemos mejorar más, nos sentimos perdidos y desesperados, y por la noche se hace peor. Por favor Dios ayúdanos, clamamos tu alivio y esperanza. Gracias por tus promesas y porque nos sacarás de este pozo, tú conoces los planes que tienes para nosotros y nos das un futuro y una esperanza.

  1. Para cuando luchas por perdonar

“El SEÑOR dará fuerza a su pueblo; el SEÑOR bendecirá a su pueblo con paz. David.” (Salmos 29:11)

Señor, estamos heridos. Nos sentimos traicionados. Con el corazón roto. A veces nos preguntamos si nos podremos recuperar completamente del dolor profundo que sentimos dentro. Gracias por conocer lo que hemos atravesado y las luchas que aún persisten. Ayúdanos a perdonar. Ayúdanos a dejar ir. Pedimos que cuando el enemigo nos tiente con mentiras y trate de sacar el dolor del pasado, silenciarás su voz y nos permitirás caminar libres. Sabemos que podemos seguir adelante contigo en paz y en libertad. Oramos por aquellos que nos han herido y pedimos que tu poder obre sobre sus vidas. Los dejamos en tus manos y encontramos nuestro consuelo y fortaleza en tu espíritu.

  1. Para cuando te sientes temeroso

“No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

Seños, sabemos que tu palabra nos recuerda una y otra vez que no tenemos que temer. Sabemos que estás con nosotros y que tu protección y presencia son poderosos. Te pedimos que nos cubras y nos recuerdes que has estacionado a tus ángeles a nuestro alrededor para guardarnos en todos nuestros caminos. Gracias porque nunca duermes, estás constantemente mirando por nosotros, consciente, para que nosotros podamos dormir un poco. Escogemos la fe ante el miedo ahora mismo y te pedimos que el mundo nos rodee con tu paz.

  1. Para cuando estás sufriendo una perdida profunda o un duelo

“Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.” (Salmos 34:18)

Señor, nuestros corazones se rompen. Sentimos tal tristeza, tal duelo. Perdimos a un ser querido. Nada llena este vacío que tenemos dentro. Te agradecemos por tu recordatorio y porque estás cerca de los corazones rotos y salvas a aquellos con espíritu quebrantado. Esos somos nosotros ahora. Por favor, querido Dios, trae tu consuelo y tu ayuda. Alivia el dolor en nuestros corazones, envíanos recordatorios gentiles de que tu presencia está con nosotros. Sabemos que de algún modo convertirás esta circunstancia para bien. Creemos que nos trajiste a través de esta tormenta para el otro lado de nuestro duelo. Escogemos esperar en ti.

  1. Por los momentos en los que Dios te despierta para orar

“Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” Santiago 4:8

Señor, estamos completamente despiertos y no conocemos todas las razones. Excepto que quizás nos has despertado para orar. Sentimos una profunda carga interior, y no tenemos todas las palabras, pero conoces nuestros corazones y te pedimos que intercedas por nosotros ahora mismo y nos muestres cómo orar. Pedimos tu presencia sobre esas personas que son más cercanas a nuestro corazón ahora. No conocemos todo lo que esta ocurriendo en sus vidas, pero te pedimos que tu espíritu poderoso los llene y obre en cada circunstancia de sus vidas. Oramos para que sigas acercándonos a ti, nos reveles tu corazón y nos muestres tus cargas, y nos dirijas a orar con la guía de tu Espíritu.

Oramos en el nombre de Jesús.

Señor, traemos todas estas cosas ante ti y te agradecemos porque estás obrando, y respondiendo todo, mientras cerramos nuestros ojos y dormimos con tu paz. En e nombre de Jesús, amén.

Debbie McDaniel es una escritora, esposa de un pastor, madre de tres hijos maravillosos (y un montón de mascotas). Únete a ella cada mañana en su página de Facebook, Un Día Fresco Sigue http://www.facebook.com/DebbieWebbMcDaniel, para motivación diaria para tener unas vidas fuertes, libres y llenas de esperanza. Encuéntrala también en http://twitter.com/debbmcdaniel y http://www.debbiemcdaniel.com.