“Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que, si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.” 1 Juan 5:14

Los humanos sons eres relacionales. Creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27), nuestro padre desea una relación personal con nosotros (Juan 3:16). El Dios omnipotente, soberano y que todo lo trasciende (Isaías 46:9) es increíblemente personal. Él está enterado, pendiente e involucrado con compasión en cada detalle de quienes somos. (Salmos 18:30, 116:5) Dios no requiere que nos desviemos a una versión diferente de nosotros para tener acceso a Él (Miqueas 7:18-19) él está aquí ahora. (Josué 1:8-9), él nos escucha cuando hablamos, especialmente cuando le hablamos a Él (1 Juan 5:14- Él permanece fiel a su promesa verdadera de estar con los que sufren (Salmos 34:18) y de amarnos de una forma infalible (2 Pedro 3:9).

Dios desea nuestra comunicación con Él. EL tramo más grande de nuestra fe quizás consiste en el movimiento inaudible de nuestro Dios. Las personas hoy en día claman escuchar de Dios mediante sueños. Él probablemente no va a encender un arbusto en fuego en nuestros jardines para tener nuestra atención como cuando lo hizo con Moisés y el arbusto en fuego. Aún así, debido a Jesús, su presencia no es menos palpable. ¿Cómo podemos comenzar una conversación con nuestro Dios todopoderoso? A través de la oración. Por el sacrificio de Jesús en la cruz, podemos hablarle a Dios y que el nos responda. La oración nos enseña cómo.

¿Hablar con Dios es lo mismo que orar?

La oración corre junto con la adoración en relación con las diferentes maneras en que expresamos nuestra fe. Las oraciones cuidadosamente memorizadas se repiten religiosamente, los pensamientos escritos en un diario, los momentos sagrados y silenciosos con Dios y los corazones derramados a través de las canciones atraen la atención de Dios. El enfoque de nuestro Padre está en el contenido de la conversación más que en la entrega.

La presencia invisible de nuestro Dios omnipresente alimenta la parte radical de nuestra fe. Hablar con él en el auto, salir corriendo, en un santuario de la iglesia o en un estudio bíblico lleno de cabezas inclinadas. Podemos hablar con Dios en cualquier lugar, en cualquier momento. En los momentos reales y crudos de la vida que nos dejan sin palabras, el don de la salvación flexiona su músculo más importante: el Espíritu Santo.

“Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.” Romanos 8:26-27

¿Qué dice la biblia acerca de hablar con Dios?

Las escrituras están repletas de versos acerca de la oración y versículos que nos instruyen acerca de cómo orar. Jesús mismo, nos dio la lección más grande acerca de la oración en Mateo 6:9-13. Una oración que hemos practicado en nuestros idiomas propios por cientos de años.

Vosotros, pues, orad de esta manera:

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan nuestro de cada día.

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.

Y no nos metas en tentación, mas, líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén."

En un artículo de desiringGod.org, John Piper declaró: “Jesús nos está enseñando cómo orar a nuestro Padre, no a Dios en general, sino a Dios como nuestro Padre”. En su estudio de estos versos de oración en las Escrituras, Piper explicó con más detalle la definición de santificado: “Lo consideramos santo, lo vemos santo, lo percibimos como santo, lo admiramos como santo”. También nos recuerda que es esencial sentir reverencia hacia Dios más allá de considerarlo como un hecho. “El diablo lo ve”, explicó Piper, el demonio le dijo a Jesús: “Sé quién eres: el Santo de Dios” (Marcos 1:24).

Muchos héroes bíblicos oraron a Dios por su cuenta. Mientras Jesús enfrentaba la cruz, él oro para que Dios intercediera –pero luego selló las intenciones de su corazón con “pero se hará tu voluntad”. El libro de proverbios, escrito por el gran Rey Sabio Salomón, dice que la raíz de la sabiduría es temer al Señor (Proverbios 1:7). Las oraciones auténticas comienzan con una reverencia de corazón dedicada a Dios. El Espíritu Santo busca en nuestros corazones y conoce sus intenciones y motivaciones. Sumergiendo nuestros corazones con una oración de palabras genuinas hacia Dios. Cuando sumimos nuestras vidas a sus manos soberanas, podemos decir con confianza “Se hará tu voluntad”, así como Jesús enseñó.

3 formas de comunicarte con Dios

1.- Habla con Dios mediante la oración.

Hay muchos métodos y acrónimos para ayudar a guiar nuestra oración, una de las más populares es ACSA: Adoración, Confesión, Suplica, Agradecimiento. La adoración pone a nuestros corazones en el camino correcto, alabando a Dios por quien es. La confesión expresa lo que Cristo logró. A través de la salvación nuestros pecados confesados son perdonados (1 Juan 1:9). El agradecimiento lleva a nuestros corazones a un estado de bienestar (mientras nos acercamos a Cristo, incluso cuando nuestras pruebas nos hagan comenzar con esta lista). La súplica representa nuestro requerimiento de oración pidiendo ayuda, sanación, bendición y más.

2.- Habla con Dios a través de la escritura

ACAS También puede ser útil a la hora de escribir un diario a Dios. Crea un espacio dedicado a pasar momentos tranquilos con Dios. Yo mismo utilizo este método de oración porque, sin la intención de mantenerme enfocado, mi mente entra en mi lista de tareas del día. De hecho, tengo un pedazo de papel al lado de mi diario para anotar las cosas que aparecen para distraerme. Los escribo y luego los pongo a un lado para volver a centrarme en la oración.

Junta un diario de oración con lecturas devocionales diarias de las Escrituras para completar la conversación. La Palabra de Dios aparece de manera aplicable para abordar nuestras preocupaciones de oración. A veces inmediatamente, otras con el tiempo. Esos momentos de gran avance son los increíbles milagros que cimentan nuestra fe y nos hacen desear más tiempo con Él.

3.- Habla con Dios en la oración espontánea

Megan Hill abordó sabiamente la oración espontánea en su artículo, “Por qué tanto la oración espontánea como la oración planificada son importantes: “Necesitamos la oración espontánea porque dependemos cada momento del Señor, y juntos dependemos de él. Orar por algo justo en el momento nos recuerda esa dependencia”. Las Escrituras nos alientan a “orar por todo” (Filipenses 4: 6-7). Aunque es importante dedicar una parte de nuestro día al Señor en oración, somos sabios para mantener nuestra conversación con Él durante todo el proceso.”

¿Puede Dios hablarme en mis sueños?

“Sucederá que en los últimos días —dice Dios— derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos.” Hechos 2:17

Sí, Dios puede hablarnos en sueños. ¡Él puede hacerlo todo! Él es nuestro Creador, nuestro Padre y nuestro Dios soberano y Omnipotente. Sabemos que es posible por los relatos compartidos con el tiempo y las historias bíblicas que reflejan el poder del movimiento de Dios en nuestros sueños. Él protegió a Jesús de morir luego de nacer a través de un sueño:

“Después de haberse marchado ellos, un ángel del Señor se le apareció a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al niño para matarle.” Las formas de Dios son más grandes y su tiempo es perfecto.

“Los suelos son simplemente visiones nocturnas. Y de día o de noche, las visiones son una de las maneras en las que Dios nos habla” Job nos recuerda: “Ciertamente Dios habla una vez, y otra vez, pero nadie se da cuenta de ello. En un sueño, en una visión nocturna, cuando un sueño profundo cae sobre los hombres, mientras dormitan en sus lechos, entonces El abre el oído de los hombres, y sella su instrucción, para apartar al hombre de sus obras, y del orgullo guardarlo; libra su alma de la fosa y su vida de pasar al Seol” Job 33:14-18.

Cómo escuchar a Dios y cómo oír a Dios

 ¿Dios nos habla directamente? Sí. Si estamos dispuestos y humildes a escuchar, escucharemos directamente de Dios. Es posible que no experimentemos la voz audible de Dios o experimentemos un mensaje transmitido durante un sueño, pero Él siempre es evidente en la creación, Su Palabra, oraciones contestadas y milagros experimentados.

¿Cómo nos habla Dios a nosotros? Dios nos habla a través de nuestras vidas. Para escuchar a Dios, debemos estar sintonizados en la frecuencia correcta y el estado apropiado de nuestros corazones. Nuestros corazones se santifican ante Él a medida que lo buscamos diariamente en Su Palabra.

¿Cómo nos habla la Palabra de Dios? La Palabra de Dios está viva y activa (Hebreos 4:12). El Espíritu Santo traduce nuestras oraciones a Dios y revela nuestros avances a través de la Palabra de Dios, la creación y el carácter. Cuando nos esforzamos por ver más allá de nuestro camino y cómo sentimos que Dios debe responder a nuestras oraciones, nos abrimos a su buena voluntad, perfecta y justa. Comenzamos a confiar en Él para que nos defienda, nos guíe y nos ame por lo que Él es.

¿Cómo podemos discernir la voz de Dios? La Biblia dice que lo encontraremos cuando lo busquemos con todo nuestro corazón. El profeta Jeremías, quien habló ese versículo en el capítulo 29:13, se acercó a un pueblo alejado de Dios y corriendo más lejos. Lloró por su pueblo y les rogó que escucharan, pero se apartaron de sus advertencias, de la palabra de Dios, y hacia su consecuente destrucción. Cuando buscamos a Dios en su Palabra, comenzamos a anhelar más de lo que queremos escuchar.

6 versos bíblicos acerca de hablar con Dios y escuchar a Dios.

  • “Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” Efesios 1:18

  • “Orarás a Él y te escuchará, y cumplirás tus votos.” Job 22:27

  • “Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas.” Marcos 11:24

  • “Yo te he invocado, oh Dios, porque tú me responderás; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.” Salmos 17:6

  • “Ha considerado la oración de los menesterosos, y no ha despreciado su plegaria.” Salmos 102:17

  • “Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.” Jeremías 29:12

La oración es un regalo. Ya no tenemos que pasar por movimientos religiosos para tener una audiencia con el Único Dios Verdadero. La obediencia de Jesús a la voluntad de Dios al morir en la cruz cimentó para siempre nuestra oportunidad de tener una relación personal con Dios a través de la aceptación de Él. Tal vez, desees saber más acerca de quién es Él y quieres experimentar una conversación orante con Dios a través de Su creación, Sus milagros y Su Palabra. Haga clic aquí para ver ejemplos de oraciones de salvación u ora lo siguiente:

Dios padre,

Hoy te alabamos por tu soberanía, tu omnipotencia y tu amor abundante. Estamos asombrados, santificados por tu nombre. Gracias por Jesucristo, tu Hijo, que viniste a la tierra y caminó por donde caminamos. Sintió lo que nosotros sentimos. Él eligió la muerte en una cruz para salvarnos. Para salvarme Perdóname por mis pecados, padre. Restaura mi corazón para reflejar el tuyo. Refina mi mente, mi cuerpo y mi alma para alinearlos con Tu voluntad y propósito para mi vida. Bendice cada paso de mi vida desde aquí para avanzar hacia ti mientras sigo a Jesús por el resto de mis días. Creo en ti. Acepto el sacrificio de Cristo en mi nombre, y oro hoy para conocerte y buscarte con todo mi corazón.

En el nombre de Jesús,

Amén.

Si rezaste esa oración por primera vez hoy, comuníquese con nosotros en los comentarios a continuación o por correo electrónico / redes sociales. Póngase en contacto con un pastor local, la iglesia o la comunidad de creyentes. Si necesita ayuda para conectarse, comuníquese con nosotros. Dios te bendiga.

"Megs" escribe sobre la vida cotidiana en el amor de Cristo. Salió de su zona de confort y de su carrera en mercadotecnia para obedecer el llamado de Dios de quedarse en casa y ser "mamá" en 2011. De ese paso de obediencia nació su blog, Sunny & 80, una forma de retener los divertidos momentos cotidianos de maternidad. (https://sunnyand80.org) Meg también es escritora independiente y autora de "Amiga de Todos". Le encanta dirigir su estudio bíblico de los lunes por la mañana, ser una madre de baile, correr a distancia y hacer fotografías. Meg reside en el norte de Ohio con su esposo, dos hijas y Golden-Doodle ... todos los fanáticos ávidos de los Cleveland Browns.