En el mundo antiguo se creía que los sueños eran visiones de eventos futuros. El rey Nabucodonosor tuvo un sueño que lo perturbó enormemente durante varias noches por lo que mandó llamar a todos los magos y sabios de su reino para que le interpretaran el significado de su sueño. En medio de su ira y de su consternación, el rey se negó a decirles cuál fue su sueño, puesto que si en verdad eran hombre “supernaturales” con sabiduría mística tendrían que saber el sueño y su interpretación sin que el rey tuviera que revelarles lo que soñó. Al no poder hacer tal cosa el rey mandó ejecutar a todos los que se hacían llamar sabios y magos. Al escuchar tal cosa, Daniel le pide sabiduría a Dios para poder revelar el sueño del rey y así evitar la matanza. Una vez ante el rey Nabucodonosor, Daniel, le dice que el Dios todopoderoso le ha revelado a Daniel el sueño del rey junto con su significado. Daniel dice que en su sueño el rey vio una estatua con cabeza de oro, pecho de plata, torso de bronce y pies de hierro y arcilla la cual era destruida por una gran piedra que venía de un monte sin dejar rastro alguno de aquella estatua para después ocupar toda la tierra. En cuanto a su significado, la estatua representaba a cuatro reinos venideros después del rey Nabucodonosor los cuales iban a ir disminuyendo en poder y riqueza en Babilonia, mientras que la piedra significa un reino establecido por Dios el cual jamás será destruido. Al escuchar estas palabras el rey cayó de rodillas y acepto que el rey de Daniel es el único poderoso para poder revelar tal cosa.