Este episodio en particular toma parte durante la santa cena y un otra vez un tiempo después de que Jesús es arrestado por los romanos. Durante la santa cena (también conocida como la última cena) Jesús anuncia su muerte a los discípulos y les dice que muchos negarán haberlo conocido y mucho menos haberlo seguido. En especial se dirige al apóstol Pedro a quien le dice que tan solo al siguiente día antes de que el gallo cantara, Pedro ya lo habría negado varias veces, al escuchar estas palabras Pedro se queda incrédulo y sin habla, respondiéndole a Jesús que eso sería imposible.

 

Al día siguiente, después de que Jesús fue arrestado, personas en la muchedumbre comenzaron a señalar a Pedro y a decir que el era uno de los discípulos que caminaban con Jesús, y que por lo tanto también había que aprenderlo y castigarlo. Pedro se negó y dijo que eso eran mentiras, y después continuó negándolo y hasta maldiciendo a los que lo señalaban; después de negarlo tres veces, se escuchó el canto del gallo mientras que Jesús observaba a Pedro. Después de llevarse a Jesús, Pedro, se quedó solo y comenzó a llorar amargamente.