7 ¿No es para que partas tu pan con el hambriento, y recibas en casa a los pobres sin hogar; para que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu semejante? 8 Entonces tu luz despuntará como la aurora, y tu recuperación brotará con rapidez; delante de ti irá tu justicia; y la gloria del SEÑOR será tu retaguardia. 9 Entonces invocarás, y el SEÑOR responderá; clamarás, y El dirá: "Heme aquí." Si quitas de en medio de ti el yugo, el amenazar con el dedo y el hablar iniquidad, 10 y si te ofreces al hambriento, y sacias el deseo del afligido, entonces surgirá tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía. 11 Y el SEÑOR te guiará continuamente, saciará tu deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto regado y como manantial cuyas aguas nunca faltan. 12 Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de calles donde habitar. 13 Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al día santo del SEÑOR, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de tus propios asuntos, 14 entonces te deleitarás en el SEÑOR, y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob; porque la boca del SEÑOR ha hablado.
1 He aquí, no se ha acortado la mano del SEÑOR para salvar; ni se ha endurecido su oído para oír. 2 Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos. 3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios hablan mentira, vuestra lengua murmura maldad. 4 No hay quien clame con justicia ni quien abogue con honestidad. Confían en la confusión, y hablan falsedades; conciben malicia, y dan a luz iniquidad. 5 Incuban huevos de áspides y tejen telas de araña; el que come de sus huevos muere, y del que es aplastado sale una víbora. 6 Sus telas no servirán de vestidos, ni se cubrirán con sus obras; sus obras son obras de iniquidad, y actos de violencia hay en sus manos. 7 Sus pies corren al mal, y se apresuran a derramar sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos de iniquidad, desolación y destrucción hay en sus caminos. 8 Camino de paz no conocen, y no hay justicia en sus senderos; han torcido a su favor las sendas, cualquiera que ande en ellas no conoce la paz. 9 Por tanto el derecho está lejos de nosotros, y no nos alcanza la justicia; esperamos luz, y he aquí tinieblas, claridad, pero andamos en oscuridad. 10 Vamos palpando la pared como ciegos, y andamos a tientas como los que no tienen ojos; tropezamos al mediodía como al anochecer, entre los robustos somos como muertos. 11 Todos nosotros gruñimos como osos, y gemimos tristemente como palomas; esperamos la justicia, pero no la hay, la salvación, pero está lejos de nosotros. 12 Porque se han multiplicado nuestras transgresiones delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque nuestras transgresiones están con nosotros, y conocemos nuestras iniquidades: 13 transgredir y negar al SEÑOR, apartarse de nuestro Dios, hablar de opresión y rebelión, concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas. 14 Se ha vuelto atrás el derecho, y la justicia permanece lejos; porque ha tropezado en la plaza la verdad, y la rectitud no puede entrar. 15 Sí, falta la verdad, y el que se aparta del mal es hecho presa. Y lo vio el SEÑOR, y desagradó a sus ojos que no hubiera derecho. 16 Vio que no había nadie, y se asombró de que no hubiera quien intercediera. Entonces su brazo le trajo salvación, y su justicia le sostuvo. 17 Se puso la justicia como coraza, y el yelmo de salvación en su cabeza; como vestidura se puso ropas de venganza, y se envolvió de celo como de un manto. 18 Conforme a los hechos, así El pagará: furor para sus adversarios, justo pago para sus enemigos; a las islas dará su pago. 19 Y temerán desde el occidente el nombre del SEÑOR y desde el nacimiento del sol su gloria, porque El vendrá como torrente impetuoso, que el viento del SEÑOR impele. 20 Y vendrá un Redentor a Sion y a los que en Jacob se aparten de la transgresióndeclara el SEÑOR. 21 En cuanto a mídice el SEÑOR, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu descendenciadice el SEÑORdesde ahora y para siempre.
1 Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti. 2 Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra y densa oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanecerá el SEÑOR, y sobre ti aparecerá su gloria. 3 Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer. 4 Levanta tus ojos en derredor y mira: todos se reúnen, vienen a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. 5 Entonces lo verás y resplandecerás, y se estremecerá y se regocijará tu corazón, porque vendrá sobre ti la abundancia del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. 6 Una multitud de camellos te cubrirá, camellos jóvenes de Madián y de Efa; todos ellos vendrán de Sabá, traerán oro e incienso, y traerán buenas nuevas de las alabanzas del SEÑOR.
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