1 Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús; 2 y también Jesús fue invitado, con sus discípulos, a la boda. 3 Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo<***>: No tienen vino. 4 Y Jesús le dijo<***>: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto? Todavía no ha llegado mi hora. 5 Su madre dijo<***> a los que servían: Haced todo lo que El os diga. 6 Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros . 7 Jesús les dijo<***>: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. 8 Entonces les dijo<***>: Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, y como no sabía de dónde era (pero los que servían, que habían sacado el agua, lo sabían), el maestresala llamó<***> al novio, 10 y le dijo<***>: Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno. 11 Este principio de sus señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en El. 12 Después de esto bajó a Capernaúm, El, con su madre, sus hermanos y sus discípulos; pero allí no se quedaron muchos días. 13 La Pascua de los judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén, 14 y encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio. 17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: EL CELO POR TU CASA ME CONSUMIRA. 18 Entonces los judíos respondieron y le dijeron: Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras? 19 Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20 Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? 21 Pero El hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado. 23 Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. 24 Pero Jesús, por su parte, no se confiaba a ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues El sabía lo que había en el hombre.
1 Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los juicios que el SEÑOR vuestro Dios me ha mandado que os enseñe, para que los pongáis por obra en la tierra que vais a poseer, 2 para que temas al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3 Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacerlo, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera, en una tierra que mana leche y miel, tal como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha prometido. 4 Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. 5 Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. 9 Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. 10 Y sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, una tierra con grandes y espléndidas ciudades que tú no edificaste, 11 y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y te sacies; 12 entonces ten cuidado, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. 13 Temerás sólo al SEÑOR tu Dios; y a El adorarás, y jurarás por su nombre. 14 No seguiréis a otros dioses, a ninguno de los dioses de los pueblos que os rodean, 15 porque el SEÑOR tu Dios, que está en medio de ti, es Dios celoso, no sea que se encienda la ira del SEÑOR tu Dios contra ti, y El te borre de la faz de la tierra. 16 No tentaréis al SEÑOR vuestro Dios, como le tentasteis en Masah. 17 Debéis guardar diligentemente los mandamientos del SEÑOR vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado. 18 Y harás lo que es justo y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró que daría a tus padres, 19 echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha dicho. 20 Cuando en el futuro tu hijo te pregunte, diciendo: "¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los juicios que el SEÑOR nuestro Dios os ha mandado?", 21 entonces dirás a tu hijo: "Eramos esclavos de Faraón en Egipto, y el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano fuerte. 22 "Además, el SEÑOR hizo grandes y temibles señales y maravillas delante de nuestros ojos contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa; 23 y nos sacó de allí para traernos y darnos la tierra que El había jurado dar a nuestros padres." 24 Y el SEÑOR nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y que temiéramos siempre al SEÑOR nuestro Dios para nuestro bien y para preservarnos la vida, como hasta hoy. 25 Y habrá justicia para nosotros si nos cuidamos en observar todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, tal como El nos ha mandado.
1 ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión? 2 Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios. 3 Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles, ¿acaso su infidelidad anulará la fidelidad de Dios? 4 ¡De ningún modo! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso; como está escrito: PARA QUE SEAS JUSTIFICADO EN TUS PALABRAS, Y VENZAS CUANDO SEAS JUZGADO. 5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Acaso es injusto el Dios que expresa su ira? (Hablo en términos humanos.) 6 ¡De ningún modo! Pues de otra manera, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué también soy yo aún juzgado como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de los tales es justa. 9 ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado; 10 como está escrito: NO HAY JUSTO, NI AUN UNO; 11 NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS; 12 TODOS SE HAN DESVIADO, A UNA SE HICIERON INUTILES; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. 13 SEPULCRO ABIERTO ES SU GARGANTA, ENGAÑAN DE CONTINUO CON SU LENGUA, VENENO DE SERPIENTES HAY BAJO SUS LABIOS; 14 LLENA ESTA SU BOCA DE MALDICION Y AMARGURA; 15 SUS PIES SON VELOCES PARA DERRAMAR SANGRE; 16 DESTRUCCION Y MISERIA HAY EN SUS CAMINOS, 17 Y LA SENDA DE PAZ NO HAN CONOCIDO. 18 NO HAY TEMOR DE DIOS DELANTE DE SUS OJOS. 19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios; 20 porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; 22 es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; 23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley. 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos. 31 ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley.
1 Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, 2 desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis probado la benignidad del Señor. 4 Y viniendo a El como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, 5 también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6 Pues esto se encuentra en la Escritura: HE AQUI, PONGO EN SION UNA PIEDRA ESCOGIDA, UNA PRECIOSA piedra ANGULAR, Y EL QUE CREA EN EL NO SERA AVERGONZADO. 7 Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO, 8 y, PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados. 9 Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia. 11 Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. 12 Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación . 13 Someteos, por causa del Señor, a toda institución humana, ya sea al rey, como autoridad, 14 o a los gobernadores, como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos. 16 Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios. 17 Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey. 18 Siervos, estad sujetos a vuestros amos con todo respeto, no sólo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables. 19 Porque esto halla gracia, si por causa de la conciencia ante Dios, alguno sobrelleva penalidades sufriendo injustamente. 20 Pues ¿qué mérito hay, si cuando pecáis y sois tratados con severidad lo soportáis con paciencia? Pero si cuando hacéis lo bueno sufrís por ello y lo soportáis con paciencia, esto halla gracia con Dios. 21 Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas, 22 EL CUAL NO COMETIO PECADO, NI ENGAÑO ALGUNO SE HALLO EN SU BOCA; 23 y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia; 24 y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados. 25 Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.
1 Entonces continuó Eliú, y dijo: 2 ¿Piensas que esto es justo? Dices: "Mi justicia es más que la de Dios." 3 Porque dices: "¿Qué ventaja será para ti? ¿Qué ganaré yo por no haber pecado?" 4 Yo te daré razones, y a tus amigos contigo. 5 Mira a los cielos y ve, contempla las nubes, son más altas que tú. 6 Si has pecado, ¿qué logras tú contra El? Y si tus transgresiones son muchas, ¿qué le haces? 7 Si eres justo, ¿qué le das, o qué recibe El de tu mano? 8 Para un hombre como tú es tu maldad, y para un hijo de hombre tu justicia. 9 A causa de la multitud de opresiones claman los hombres; gritan a causa del brazo de los poderosos. 10 Pero ninguno dice: "¿Dónde está Dios mi Hacedor, que inspira cánticos en la noche, 11 que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace más sabios que las aves de los cielos?" 12 Allí claman, pero El no responde a causa del orgullo de los malos. 13 Ciertamente el clamor vano no escuchará Dios, el Todopoderoso no lo tomará en cuenta. 14 Cuánto menos cuando dices que no le contemplas, que la causa está delante de El y tienes que esperarle. 15 Y ahora, porque El no ha castigado con su ira, ni se ha fijado bien en la transgresión, 16 Job abre vanamente su boca, multiplica palabras sin sabiduría.
1 Alabaré al SEÑOR con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré; 2 en ti me alegraré y me regocijaré; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. 3 Cuando mis enemigos retroceden, tropiezan y perecen delante de ti. 4 Porque tú has mantenido mi derecho y mi causa; te sientas en el trono juzgando con justicia. 5 Has reprendido a las naciones, has destruido al impío, has borrado su nombre para siempre jamás. 6 El enemigo ha llegado a su fin en desolación eterna, y tú has destruido sus ciudades; su recuerdo ha perecido con ellas. 7 Pero el SEÑOR permanece para siempre; ha establecido su trono para juicio, 8 y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos. 9 Será también el SEÑOR baluarte para el oprimido, baluarte en tiempos de angustia. 10 En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh SEÑOR, no abandonas a los que te buscan. 11 Cantad alabanzas al SEÑOR, que mora en Sion; proclamad entre los pueblos sus proezas. 12 Porque el que pide cuentas de la sangre derramada, se acuerda de ellos; no olvida el clamor de los afligidos. 13 Oh SEÑOR, ten piedad de mí; mira mi aflicción por causa de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte; 14 para que yo cuente todas tus alabanzas, para que en las puertas de la hija de Sion me regocije en tu salvación. 15 Las naciones se han hundido en el foso que hicieron; en la red que escondieron, quedó prendido su pie. 16 El SEÑOR se ha dado a conocer; ha ejecutado juicio. El impío es atrapado en la obra de sus manos. (Higaion Selah) 17 Los impíos volverán al Seol, todas las naciones que se olvidan de Dios. 18 Pues el necesitado no será olvidado para siempre, ni la esperanza de los afligidos perecerá eternamente. 19 Levántate, oh SEÑOR; no prevalezca el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti. 20 Pon temor en ellas, oh SEÑOR; aprendan las naciones que no son sino hombres. (Selah)
1 Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para que ganéis entendimiento, 2 porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi instrucción. 3 También yo fui hijo para mi padre, tierno y único a los ojos de mi madre, 4 y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás. 5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca. 6 No la abandones y ella velará sobre ti, ámala y ella te protegerá. 7 Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría, y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia. 8 Estímala, y ella te ensalzará; ella te honrará si tú la abrazas; 9 guirnalda de gracia pondrá en tu cabeza, corona de hermosura te entregará. 10 Oye, hijo mío, recibe mis palabras, y muchos serán los años de tu vida. 11 Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado. 12 Cuando andes, tus pasos no serán obstruidos, y si corres, no tropezarás. 13 Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, porque ella es tu vida. 14 No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados. 15 Evítalo, no pases por él; apártate de él y pasa adelante. 16 Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. 17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. 19 El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan. 20 Hijo mío, presta atención a mis palabras, inclina tu oído a mis razones; 21 que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón. 22 Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo. 23 Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida. 24 Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. 25 Miren tus ojos hacia adelante, y fíjese tu mirada en lo que está frente a ti. 26 Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.
1 Benjamín engendró a Bela su primogénito, Asbel el segundo, Ahara el tercero, 2 Noha el cuarto, y Rafa el quinto. 3 Y Bela tuvo hijos: Adar, Gera, Abiud, 4 Abisúa, Naamán, Ahoa, 5 Gera, Sefufán e Hiram. 6 Y estos son los hijos de Aod: estos son los jefes de las casas paternas de los habitantes de Geba, y que fueron llevados al destierro a Manahat, 7 es decir, Naamán, Ahías y Gera; éste los llevó al destierro, y engendró a Uza y a Ahiud. 8 Y Saharaim engendró hijos en la tierra de Moab, después de repudiar a sus mujeres Husim y Baara. 9 Y de su mujer Hodes engendró a Jobab, Sibia, Mesa, Malcam, 10 Jeúz, Saquías y Mirma. Estos fueron sus hijos, jefes de las casas paternas. 11 Y de Husim engendró a Abitob y a Elpaal. 12 Los hijos de Elpaal fueron Heber, Misam y Semed, que edificó a Ono y Lod con sus aldeas; 13 y Bería y Sema, que fueron jefes de las casas paternas de los habitantes de Ajalón, que hizo huir a los habitantes de Gat; 14 y Ahío, Sasac y Jeremot. 15 Y Zebadías, Arad, Ader, 16 Micael, Ispa y Joha fueron los hijos de Bería. 17 Y Zebadías, Mesulam, Hizqui, Heber, 18 Ishmerai, Jezlías y Jobab fueron los hijos de Elpaal. 19 Y Jaquim, Zicri, Zabdi, 20 Elienai, Ziletai, Eliel, 21 Adaías, Beraías y Simrat fueron los hijos de Simei. 22 E Ispán, Heber, Eliel, 23 Abdón, Zicri, Hanán, 24 Hananías, Elam, Anatotías, 25 Ifdaías y Peniel fueron los hijos de Sasac. 26 Y Samserai, Seharías, Atalías, 27 Jaresías, Elías y Zicri fueron los hijos de Jeroham. 28 Estos fueron jefes de las casas paternas conforme a sus generaciones, hombres principales que vivieron en Jerusalén. 29 Y en Gabaón habitaba Jehiel, padre de Gabaón, y el nombre de su mujer era Maaca; 30 y su primogénito fue Abdón; después Zur, Cis, Baal, Nadab, 31 Gedor, Ahío y Zequer. 32 Y Miclot engendró a Simea. Y habitaban también con sus parientes en Jerusalén enfrente de sus otros parientes. 33 Ner engendró a Cis, Cis engendró a Saúl y Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Es-baal. 34 El hijo de Jonatán fue Merib-baal, y Merib-baal engendró a Micaía. 35 Los hijos de Micaía fueron Pitón, Melec, Tarea y Acaz. 36 Acaz engendró a Joada, Joada engendró a Alemet, Azmavet y Zimri, y Zimri engendró a Mosa; 37 y Mosa engendró a Bina; Rafa fue su hijo, Elasa su hijo, Azel su hijo. 38 Azel tuvo seis hijos y estos eran sus nombres: Azricam, Bocru, Ismael, Searías, Obadías y Hanán. Todos estos fueron hijos de Azel. 39 Los hijos de Esec su hermano fueron Ulam su primogénito, Jehús el segundo, y Elifelet el tercero. 40 Y los hijos de Ulam eran hombres fuertes de gran valor, arqueros, y tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta en total. Todos éstos fueron de los hijos de Benjamín.
1 Y tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: "Montes de Israel, oíd la palabra del SEÑOR. 2 "Así dice el Señor DIOS: 'Por cuanto el enemigo ha dicho contra vosotros: "¡Ajá!" y: "Las alturas eternas han pasado a ser posesión nuestra," 3 por tanto, profetiza y di: "Así dice el Señor DIOS: 'Porque os han asolado y aplastado por todos lados, para que fuerais posesión de las demás naciones, os han hecho el blanco de la habladuría y de la calumnia del pueblo.'"' 4 "Por tanto, montes de Israel, oíd la palabra del Señor DIOS. Así dice el Señor DIOS a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas, que han venido a ser presa y escarnio de las demás naciones alrededor; 5 por eso, así dice el Señor DIOS: 'Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra las demás naciones y contra todo Edom, que se han apropiado para sí de mi tierra como posesión, con alegría, de todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla como presa.' 6 "Por tanto, profetiza acerca de la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, a las barrancas y a los valles: 'Así dice el Señor DIOS: "He aquí, yo he hablado en mi celo y en mi furor porque habéis soportado los insultos de las naciones." 7 'Por lo cual, así dice el Señor DIOS: "Yo he jurado que las naciones que os rodean, ellas mismas soportarán sus insultos. 8 "Pero vosotros, montes de Israel, echaréis vuestras ramas y produciréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque pronto vendrán. 9 "Pues, he aquí, estoy por vosotros y me volveré a vosotros, y seréis labrados y sembrados. 10 "Multiplicaré hombres en vosotros, toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y las ruinas reedificadas. 11 "Multiplicaré en vosotros hombres y animales, y se multiplicarán y serán fecundos. Haré que seáis habitados como lo fuisteis anteriormente y os trataré mejor que al principio; y sabréis que yo soy el SEÑOR. 12 "Sí, haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo Israel. Ellos tomarán posesión de ti, y serás su heredad, y nunca más les privarás de sus hijos." 13 'Así dice el Señor DIOS: "Porque os dicen: 'Eres devoradora de hombres y has privado de hijos a tu nación', 14 por tanto, ya no devorarás hombres y ya no privarás de hijos a tu nación"declara el Señor DIOS. 15 'Y nunca más te haré oír el ultraje de las naciones, ni soportarás más los insultos de los pueblos, ni harás que tu nación tropiece más'declara el Señor DIOS." 16 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 17 Hijo de hombre, cuando la casa de Israel habitaba en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y con sus obras; como la impureza de una mujer en su menstruación fue su conducta delante de mí. 18 Por tanto, derramé mi furor sobre ellos por la sangre que habían derramado sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos. 19 Los esparcí entre las naciones y fueron dispersados por las tierras. Conforme a sus caminos y a sus obras los juzgué. 20 Cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, porque de ellos se decía: Estos son el pueblo del SEÑOR, y han salido de su tierra. 21 Pero yo he tenido compasión de mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado entre las naciones adonde fueron. 22 Por tanto, dí a la casa de Israel: "Así dice el Señor DIOS: 'No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 23 'Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR'declara el Señor DIOS"cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 24 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 25 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 'Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas. 28 'Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. 29 'Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre vosotros. 30 'Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no recibáis más el oprobio del hambre entre las naciones. 31 'Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32 'No hago esto por vosotros'declara el Señor DIOS"sabedlo bien. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel.' 33 "Así dice el Señor DIOS: 'En el día que yo os limpie de todas vuestras iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas. 34 'La tierra desolada será cultivada en vez de ser desolación a la vista de todo el que pasa. 35 'Y dirán: Esta tierra desolada se ha hecho como el huerto del Edén; y las ciudades desiertas, desoladas y arruinadas están fortificadas y habitadas. 36 'Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, el SEÑOR, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado; yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré.' 37 "Así dice el Señor DIOS: 'Aún permitiré a la casa de Israel que me pida hacer esto por ellos: Multiplicar sus hombres como un rebaño. 38 'Como el rebaño para los sacrificios, como el rebaño en Jerusalén en sus fiestas señaladas, así se llenarán las ciudades desiertas de rebaños de hombres. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.'"
1 Y aconteció que mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo, habiendo recorrido las regiones superiores, llegó a Efeso y encontró a algunos discípulos, 2 y les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le respondieron: No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo. 3 Entonces él dijo: ¿En qué bautismo, pues, fuisteis bautizados? Ellos contestaron: En el bautismo de Juan. 4 Y Pablo dijo: Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, es decir, en Jesús. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban. 7 Eran en total unos doce hombres. 8 Entró Pablo en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndoles acerca del reino de Dios. 9 Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes hablando mal del Camino ante la multitud, Pablo se apartó de ellos llevándose a los discípulos, y discutía diariamente en la escuela de Tirano. 10 Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos. 11 Y Dios hacía milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. 13 Pero también algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os ordeno por Jesús, a quien Pablo predica. 14 Y siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes judíos, eran los que hacían esto. 15 Pero el espíritu malo respondió, y les dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, y los dominó y pudo más que ellos, de manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17 Y supieron esto todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como griegos; y el temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado. 18 También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando las cosas que practicaban. 19 Y muchos de los que practicaban la magia, juntando sus libros, los quemaban a la vista de todos; calcularon su precio y hallaron que llegaba a cincuenta mil piezas de plata . 20 Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor. 21 Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, debo visitar también Roma. 22 Y habiendo enviado a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, él se quedó en Asia por algún tiempo. 23 Por aquel tiempo se produjo un alboroto no pequeño por motivo del Camino. 24 Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana y producía no pocas ganancias a los artífices, 25 reunió a éstos junto con los obreros de oficios semejantes, y dijo: Compañeros, sabéis que nuestra prosperidad depende de este comercio. 26 Y veis y oís que no sólo en Efeso, sino en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido a una gran cantidad de gente, y la ha apartado, diciendo que los dioses hechos con las manos no son dioses verdaderos. 27 Y no sólo corremos el peligro de que nuestro oficio caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Diana se considere sin valor, y que ella, a quien adora toda Asia y el mundo entero, sea despojada de su grandeza. 28 Cuando oyeron esto, se llenaron de ira, y gritaban, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! 29 Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, que eran de Macedonia. 30 Cuando Pablo quiso ir a la asamblea, los discípulos no se lo permitieron. 31 También algunos de los asiarcas , que eran amigos de Pablo, enviaron a él y repetidamente le rogaron que no se aventurara a presentarse en el teatro. 32 Así que unos gritaban una cosa y otros otra, porque había confusión en la asamblea, y la mayoría no sabía por qué razón se habían reunido. 33 Y algunos de la multitud dedujeron que se trataba de Alejandro, puesto que los judíos lo habían empujado hacia adelante. Entonces Alejandro, haciendo señal de silencio con la mano, quería hacer su defensa ante la asamblea. 34 Mas cuando se dieron cuenta de que era judío, un clamor se levantó de todos ellos, gritando como por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! 35 Entonces el secretario , después de calmar a la multitud, dijo<***>: Ciudadanos de Efeso, ¿hay acaso algún hombre que no sepa que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran Diana y de la imagen que descendió del cielo? 36 Puesto que estos hechos son innegables, debéis guardar calma y no hacer nada precipitadamente. 37 Porque habéis traído a estos hombres que ni roban templos, ni blasfeman a nuestra diosa. 38 Así pues, si Demetrio y los artífices que están con él tienen queja contra alguno, los tribunales están abiertos y los procónsules dispuestos; presenten sus acusaciones unos contra otros. 39 Pero si demandáis algo más que esto, se decidirá en asamblea legítima. 40 Porque ciertamente corremos peligro de ser acusados de sedición en relación con lo acontecido hoy, ya que no existe causa justificada para esto, y por ello no podremos explicar este alboroto. 41 Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.
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