4 Mira a la derecha, y ve, porque no hay quien me tome en cuenta; no hay refugio para mí; no hay quien cuide de mi alma. 5 A ti he clamado, SEÑOR; dije: Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes. 6 Atiende a mi clamor, porque estoy muy abatido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. 7 Saca mi alma de la prisión, para que yo dé gracias a tu nombre; los justos me rodearán, porque tú me colmarás de bendiciones.
1 Oh SEÑOR, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia; 2 y no entres en juicio con tu siervo, porque no es justo delante de ti ningún viviente. 3 Pues el enemigo ha perseguido mi alma, ha aplastado mi vida contra la tierra; me ha hecho morar en lugares tenebrosos, como los que hace tiempo están muertos. 4 Y en mí languidece mi espíritu; mi corazón está consternado dentro de mí. 5 Me acuerdo de los días antiguos, en todas tus obras medito, reflexiono en la obra de tus manos. 6 A ti extiendo mis manos; mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah) 7 Respóndeme pronto, oh SEÑOR, porque mi espíritu desfallece; no escondas de mí tu rostro, para que no llegue yo a ser como los que descienden a la sepultura. 8 Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma. 9 Líbrame de mis enemigos, oh SEÑOR; en ti me refugio. 10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme. 11 Por amor a tu nombre, SEÑOR, vivifícame; por tu justicia, saca mi alma de la angustia. 12 Y por tu misericordia, extirpa a mis enemigos, y destruye a todos los que afligen mi alma; pues yo soy tu siervo.
1 Bendito sea el SEÑOR, mi roca, que adiestra mis manos para la guerra, y mis dedos para la batalla. 2 Misericordia mía y fortaleza mía, mi baluarte y mi libertador, escudo mío en quien me he refugiado, el que sujeta a mi pueblo debajo de mí. 3 Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre para que tú lo tengas en cuenta, o el hijo del hombre para que pienses en él? 4 El hombre es semejante a un soplo; sus días son como una sombra que pasa. 5 Oh SEÑOR, inclina tus cielos y desciende; toca los montes para que humeen. 6 Despide relámpagos y dispérsalos; lanza tus flechas y confúndelos. 7 Extiende tu mano desde lo alto; rescátame y líbrame de las muchas aguas, de la mano de extranjeros 8 cuya boca habla falsedad y cuya diestra es diestra de mentira. 9 Oh Dios, un cántico nuevo te cantaré; con arpa de diez cuerdas cantaré alabanzas a ti, 10 el que da la victoria a los reyes, el que rescata a David su siervo de espada maligna. 11 Rescátame y líbrame de la mano de extranjeros, cuya boca habla falsedad, y cuya diestra es diestra de mentira. 12 Sean nuestros hijos en su juventud como plantíos florecientes, y nuestras hijas como columnas de esquinas labradas como las de un palacio. 13 Estén llenos nuestros graneros, suministrando toda clase de sustento, y nuestros rebaños produzcan miles y diez miles en nuestros campos. 14 Esté cargado nuestro ganado, sin fracasos y sin pérdida, y no haya gritos en nuestras calles. 15 Bienaventurado el pueblo a quien así le sucede; bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR.
1 Te exaltaré mi Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2 Todos los días te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. 3 Grande es el SEÑOR, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable. 4 Una generación alabará tus obras a otra generación, y anunciará tus hechos poderosos. 5 En el glorioso esplendor de tu majestad, y en tus maravillosas obras meditaré. 6 Los hombres hablarán del poder de tus hechos portentosos, y yo contaré tu grandeza. 7 Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de tu mucha bondad, y cantarán con gozo de tu justicia. 8 Clemente y compasivo es el SEÑOR, lento para la ira y grande en misericordia. 9 El SEÑOR es bueno para con todos, y su compasión, sobre todas sus obras. 10 SEÑOR, tus obras todas te darán gracias, y tus santos te bendecirán. 11 La gloria de tu reino dirán, y hablarán de tu poder, 12 para dar a conocer a los hijos de los hombres tus hechos poderosos, y la gloria de la majestad de tu reino. 13 Tu reino es reino por todos los siglos, y tu dominio permanece por todas las generaciones. 14 El SEÑOR sostiene a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. 15 A ti miran los ojos de todos, y a su tiempo tú les das su alimento. 16 Abres tu mano, y sacias el deseo de todo ser viviente. 17 Justo es el SEÑOR en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos. 18 El SEÑOR está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad. 19 Cumplirá el deseo de los que le temen, también escuchará su clamor y los salvará. 20 El SEÑOR guarda a todos los que le aman, pero a todos los impíos destruirá. 21 Mi boca proclamará la alabanza del SEÑOR; y toda carne bendecirá su santo nombre eternamente y para siempre.
1 ¡Aleluya! Oh alma mía, alaba al SEÑOR. 2 Alabaré al SEÑOR mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. 3 No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación. 4 Su espíritu exhala, él vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.
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