1SEÑOR, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu furor.2Ten piedad de mí, SEÑOR, pues languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.3Mi alma también está muy angustiada; y tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo?4Vuélvete, SEÑOR, rescata mi alma; sálvame por tu misericordia.5Porque no hay en la muerte memoria de ti; en el Seol ¿quién te alabará?6Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama.7Se consumen de sufrir mis ojos; han envejecido a causa de todos mis adversarios.8Apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad, porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto.9El SEÑOR ha escuchado mi súplica; el SEÑOR recibe mi oración.10Todos mis enemigos serán avergonzados y se turbarán en gran manera; se volverán, y de repente serán avergonzados. de Cus, el Benjamita.
1¡Oh SEÑOR, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra, que has desplegado tu gloria sobre los cielos!2Por boca de los infantes y de los niños de pecho has establecido tu fortaleza, por causa de tus adversarios, para hacer cesar al enemigo y al vengativo.3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has establecido,4digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides ?5¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad!6Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies:7ovejas y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo,8las aves de los cielos y los peces del mar, cuanto atraviesa las sendas de los mares.9¡Oh SEÑOR, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! David.
1Alabaré al SEÑOR con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré;2en ti me alegraré y me regocijaré; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo.3Cuando mis enemigos retroceden, tropiezan y perecen delante de ti.4Porque tú has mantenido mi derecho y mi causa; te sientas en el trono juzgando con justicia.5Has reprendido a las naciones, has destruido al impío, has borrado su nombre para siempre jamás.6El enemigo ha llegado a su fin en desolación eterna, y tú has destruido sus ciudades; su recuerdo ha perecido con ellas.7Pero el SEÑOR permanece para siempre; ha establecido su trono para juicio,8y juzgará al mundo con justicia; con equidad ejecutará juicio sobre los pueblos.9Será también el SEÑOR baluarte para el oprimido, baluarte en tiempos de angustia.10En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh SEÑOR, no abandonas a los que te buscan.11Cantad alabanzas al SEÑOR, que mora en Sion; proclamad entre los pueblos sus proezas.12Porque el que pide cuentas de la sangre derramada, se acuerda de ellos; no olvida el clamor de los afligidos.13Oh SEÑOR, ten piedad de mí; mira mi aflicción por causa de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;14para que yo cuente todas tus alabanzas, para que en las puertas de la hija de Sion me regocije en tu salvación.15Las naciones se han hundido en el foso que hicieron; en la red que escondieron, quedó prendido su pie.16El SEÑOR se ha dado a conocer; ha ejecutado juicio. El impío es atrapado en la obra de sus manos. (Higaion Selah)17Los impíos volverán al Seol, todas las naciones que se olvidan de Dios.18Pues el necesitado no será olvidado para siempre, ni la esperanza de los afligidos perecerá eternamente.19Levántate, oh SEÑOR; no prevalezca el hombre; sean juzgadas las naciones delante de ti.20Pon temor en ellas, oh SEÑOR; aprendan las naciones que no son sino hombres. (Selah)
1¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes alejado, y te escondes en tiempos de tribulación?2Con arrogancia el impío acosa al afligido; ¡que sea atrapado en las trampas que ha urdido!3Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice y desprecia al SEÑOR.4El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios.5Sus caminos prosperan en todo tiempo; tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista; a todos sus adversarios los desprecia.6Dice en su corazón: No hay quien me mueva; por todas las generaciones no sufriré adversidad.7Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión; bajo su lengua hay malicia e iniquidad.8Se sienta al acecho en las aldeas, en los escondrijos mata al inocente; sus ojos espían al desvalido.9Acecha en el escondrijo como león en su guarida; acecha para atrapar al afligido, y atrapa al afligido arrastrándolo a su red.10Se agazapa, se encoge, y los desdichados caen en sus garras.11Dice en su corazón: Dios se ha olvidado; ha escondido su rostro; no lo verá jamás.12Levántate, oh SEÑOR; alza, oh Dios, tu mano. No te olvides de los pobres.13¿Por qué ha despreciado el impío a Dios? Ha dicho en su corazón: Tú no lo requerirás.14Tú lo has visto, porque has contemplado la malicia y la vejación, para hacer justicia con tu mano. A ti se acoge el desvalido; tú has sido amparo del huérfano.15Quiebra tú el brazo del impío y del malvado; persigue su maldad hasta que desaparezca.16El SEÑOR es Rey eternamente y para siempre; las naciones han perecido de su tierra.17Oh SEÑOR, tú has oído el deseo de los humildes; tú fortalecerás su corazón e inclinarás tu oído18para vindicar al huérfano y al afligido; para que no vuelva a causar terror el hombre de la tierra.
1El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido hechos abominables; no hay quien haga el bien.2El SEÑOR ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguno que entienda, alguno que busque a Dios.3Todos se han desviado, a una se han corrompido; no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.4¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comieran pan, y no invocan al SEÑOR?5Allí tiemblan de espanto, pues Dios está con la generación justa.6Del consejo del afligido os burlaríais, pero el SEÑOR es su refugio.7¡Oh, si de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando el SEÑOR restaure a su pueblo cautivo , se regocijará Jacob y se alegrará Israel.
1Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio.2Yo dije al SEÑOR: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti.3En cuanto a los santos que están en la tierra, ellos son los nobles en quienes está toda mi delicia.4Se multiplicarán las aflicciones de aquellos que han corrido tras otro dios; no derramaré yo sus libaciones de sangre, ni sus nombres pronunciarán mis labios.5El SEÑOR es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.6Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables; en verdad mi herencia es hermosa para mí.7Bendeciré al SEÑOR que me aconseja; en verdad, en las noches mi corazón me instruye.8Al SEÑOR he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.9Por tanto, mi corazón se alegra y mi alma se regocija; también mi carne morará segura,10pues tú no abandonarás mi alma en el Seol, ni permitirás a tu Santo ver corrupción .11Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre.
1Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos.2Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría.3No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz.4Mas por toda la tierra salió su voz , y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol,5y éste, como un esposo que sale de su alcoba, se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.6De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.7La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.8Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.9El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos;10deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal.11Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa.12¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos.13Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro, y seré absuelto de gran transgresión.14Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía y redentor mío.
1Oh SEÑOR, en tu fortaleza se alegrará el rey, ¡y cuánto se regocijará en tu salvación!2Tú le has dado el deseo de su corazón, y no le has negado la petición de sus labios. (Selah)3Porque le sales al encuentro con bendiciones de bien; corona de oro fino colocas en su cabeza.4Vida te pidió y tú se la diste, largura de días eternamente y para siempre.5Grande es su gloria por tu salvación, esplendor y majestad has puesto sobre él.6Pues le haces bienaventurado para siempre; con tu presencia le deleitas con alegría.7Porque el rey confía en el SEÑOR, y por la misericordia del Altísimo no será conmovido.8Hallará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra hallará a aquellos que te odian.9Los harás como horno de fuego en el tiempo de tu enojo ; el SEÑOR en su ira los devorará, y fuego los consumirá.10Su descendencia destruirás de la faz de la tierra, y sus descendientes de entre los hijos de los hombres.11Aunque intentaron el mal contra ti, y fraguaron una conspiración, no prevalecerán,12pues tú los pondrás en fuga, apuntarás a sus rostros con tu arco.13Engrandécete, oh SEÑOR, en tu poder; cantaremos y alabaremos tu poderío. de David.