16 Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; da tu poder a tu siervo, y salva al hijo de tu sierva. 17 Muéstrame una señal de bondad, para que la vean los que me aborrecen y se averguencen, porque tú, oh SEÑOR, me has ayudado y consolado.
1 En los montes santos están sus cimientos. 2 El SEÑOR ama las puertas de Sion más que todas las otras moradas de Jacob. 3 Cosas gloriosas se dicen de ti, oh ciudad de Dios: (Selah) 4 Mencionaré a Rahab y a Babilonia entre los que me conocen; he aquí, Filistea y Tiro con Etiopía; de sus moradores se dirá: "Este nació allí." 5 Pero de Sion se dirá: Este y aquél nacieron en ella; y el Altísimo mismo la establecerá. 6 El SEÑOR contará al inscribir los pueblos: Este nació allí. (Selah) 7 Entonces tanto los cantores como los flautistas, dirán: En ti están todas mis fuentes de gozo.
1 Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, de día y de noche he clamado delante de ti. 2 Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. 3 Porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol. 4 Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza, 5 abandonado entre los muertos; como los caídos a espada que yacen en el sepulcro, de quienes ya no te acuerdas, y que han sido arrancados de tu mano. 6 Me has puesto en la fosa más profunda, en lugares tenebrosos, en las profundidades. 7 Ha reposado sobre mí tu furor, y me has afligido con todas tus olas. (Selah) 8 Has alejado de mí mis amistades, me has hecho objeto de repugnancia para ellos; encerrado estoy y no puedo salir. 9 Han languidecido mis ojos a causa de la aflicción; oh SEÑOR, cada día te he invocado, he extendido mis manos hacia ti. 10 ¿Harás maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos y te alabarán? (Selah) 11 ¿Se hablará de tu misericordia en el sepulcro, y de tu fidelidad en el Abadón ? 12 ¿Se darán a conocer tus maravillas en las tinieblas, y tu justicia en la tierra del olvido? 13 Mas yo, a ti pido auxilio, SEÑOR, y mi oración llega ante ti por la mañana. 14 ¿Por qué, SEÑOR, rechazas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? 15 He estado afligido y a punto de morir desde mi juventud; sufro tus terrores, estoy abatido. 16 Sobre mí ha pasado tu ardiente ira; tus terrores me han destruido. 17 Me han rodeado como aguas todo el día; a una me han cercado. 18 Has alejado de mí al compañero y al amigo; mis amistades son las tinieblas. Israel
1 Por siempre cantaré de las misericordias del SEÑOR; con mi boca daré a conocer tu fidelidad a todas las generaciones. 2 Porque dije: Para siempre será edificada la misericordia; en los cielos mismos establecerás tu fidelidad. 3 Yo he hecho un pacto con mi escogido, he jurado a David mi siervo: 4 Estableceré tu descendencia para siempre, y edificaré tu trono por todas las generaciones. (Selah) 5 Los cielos alabarán tus maravillas, SEÑOR, y también tu fidelidad en la asamblea de los santos. 6 Porque, ¿quién en el firmamento se puede comparar al SEÑOR? ¿Quién entre los hijos de los poderosos es como el SEÑOR, 7 Dios muy temido en el consejo de los santos, e imponente sobre todos los que están en su derredor? 8 Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú, poderoso SEÑOR? Tu fidelidad también te rodea. 9 Tú dominas la soberbia del mar; cuando sus olas se levantan, tú las calmas. 10 Tú aplastaste a Rahab como a uno herido de muerte; esparciste a tus enemigos con tu brazo poderoso. 11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y todo lo que en él hay , tú lo fundaste. 12 El norte y el sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón aclamarán con gozo a tu nombre. 13 Tú tienes un brazo fuerte; tu mano es poderosa, tu diestra es exaltada. 14 La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de ti. 15 ¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo ! Andan, SEÑOR, a la luz de tu rostro. 16 En tu nombre se regocijan todo el día, y por tu justicia son enaltecidos. 17 Porque tú eres la gloria de su potencia, y por tu gracia es exaltado nuestro poder. 18 Pues del SEÑOR es nuestro escudo, y del Santo de Israel nuestro rey. 19 Una vez hablaste en visión a tus santos, y dijiste: He ayudado a un poderoso; he exaltado a uno escogido de entre el pueblo. 20 He hallado a David mi siervo; lo he ungido con mi óleo santo, 21 y con él estará siempre mi mano; mi brazo también lo fortalecerá. 22 No lo engañará el enemigo, ni lo afligirá el hijo de maldad. 23 Sino que yo aplastaré a sus adversarios delante de él, y heriré a los que lo aborrecen. 24 Con él estarán mi fidelidad y mi misericordia, y en mi nombre será exaltado su poder. 25 Pondré también su mano sobre el mar, y su diestra sobre los ríos. 26 El clamará a mí: Mi Padre eres tú, mi Dios y la roca de mi salvación. 27 Yo también lo haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. 28 Para siempre conservaré mi misericordia hacia él, y mi pacto le será confirmado. 29 Así estableceré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos. 30 Si sus hijos abandonan mi ley y no andan en mis juicios, 31 si violan mis estatutos y no guardan mis mandamientos, 32 entonces castigaré con vara su transgresión, y con azotes su iniquidad. 33 Pero no quitaré de él mi misericordia, ni obraré falsamente en mi fidelidad. 34 No quebrantaré mi pacto, ni cambiaré la palabra de mis labios. 35 Una vez he jurado por mi santidad; no mentiré a David.
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