En el diseño de Dios para la vida cristiana, no vagamos sin rumbo de un pastor al próximo. Somos ovejas que necesitan dirección. Somos ovejas que necesitan liderazgo, y Dios, sabiendo lo que necesitamos, nos ha dado pastores que nos cuiden, nos protejan y nos amen. Aunque este rol se cumple en el pastorado eterno de Jesucristo, el buen diseño de Dios también incluye personas aquí en la tierra… conocidos como pastores.

Estoy entre muchos que han conocido la bendición de ser cuidados por pastores que miran sus rebaños con ternura y amor, a menudo, mientras nos reflejamos en el amor y cuidado de nuestro pastor por nosotros, nos preguntamos cómo podemos amar a nuestro pastor de vuelta.

Cuando a mi esposo (mi pastor favorito) se le ordenó el ministro del evangelio, uno de los ancianos que lo enlisto, el pastor Pablo Martin, hablo a nuestra congregación y nos dijo esto: Amados, déjenme darles esta encomienda: ¡Amen a su pastor!

En esta encomienda, el Pastor Pablo compartió siete formas en las que una congregación puede amar a su pastor, y sus palabras de motivación pueden aplicarse a cada contexto de la iglesia local.

Cómo amar a tu pastor:

  1. Ama su prédica.

Puede que no sea el predicador más remarcable que has escuchado, pero no puedo encontrar un solo texto en las escrituras que sugiera que debería serlo. Veo muchos textos que dicen que él debe ser fiel, y puedo decirte que nada motivará tanto su estudio profundo y su lealtad prolongada en el púlpito más que una persona que amaría escuchar la palabra de Dios predicada. Si amas su prédica, deberías contarle.

No necesitas preocuparte por halagarlo de más. Hay muchas otras cosas en su vida que pueden hacer eso. Pero lo ayudarás y lo fortalecerás si le dices como Dios está usando su ministerio de predica en tu vida. E incluso, si amas su prédica, orarás por su prédica. Y si puedes orar por su prédica cada semana, entonces mejor puedes esperar lo que el señor va a hacer.

  1. Ama a su esposa

Pocas cosas motivan más a un pastor que cuando amas a los que él ama más. Recuerda que ella le ayuda a llevar sus cargas y no recibe ninguna remuneración por eso; ella le permite ser hospitalario, lo cual debe ser para poder predicar; ella lleva la carga de educar hijos leales, los cuales debe tener para poder predicar. Ama, honra, motiva y agradece a Dios por esta mujer.

  1. Ama a sus hijos

Hay una presión silenciosa en cada pastor. Puede pesarle como una bolsa de cemento húmedo… sus hijos. Él sabe que ha sido llamado a tenerlos como prioridad y a enseñarles las formas de Dios, pero, así como tú, él tiene que aprender todo esto en la vuelta mientras trata de poder instruir a los demás acerca de cómo hacerlo. He estado en iglesias donde las cosas no van bien en la vida del hijo de un pastor.

Algunas de estas iglesias saben qué hacer. Ellos se acercan a su pastor con palabras de motivación y de hecho, se arrodillan y oran por sus hijos. Si vas a amar a este hombre, debes amar verdaderamente a sus hijos. No los juzgarás o los someterás a algún tipo de estándar. Esperarás que necesiten escuchar el evangelio así como todos los otros niños en la iglesia. Los amarás por quienes son.

  1. Amalo con tus quejas

Los cristianos pasan un tiempo duro con esto, pero quiero llamarte a hacerlo. Hemos perdido el arte del desacuerdo. Hemos perdido sensibilidad en los textos de las escrituras que nos enseñan a decir la verdad con amor. Somos más disciplinados en nuestra metodología por Jerry Springer que por el apóstol Pablo. Pero si amas a este hombre, aprenderás a venir con humildad y a hablarle de forma privada de tus preocupaciones. No harás observaciones sarcásticas ni estarás con chismes o creando desunión y sosteniendo resentimientos que se conviertan en amargura. Cuando amas verdaderamente a alguien, puedes acercarte tranquilamente y de forma sumisa con preguntas honestas y una búsqueda propia que permita que todos los desacuerdos se conviertan en acuerdos.

  1. Amalo cuando no lo entiendas

Ser un pastor es algo antiguo. Nos involucramos en todas las complejidades de las vidas de los demás, y a veces sabemos cosas acerca de una persona o situación que no podemos divulgar. A menudo, es en esos momentos cuando se crean los malentendidos. ¿Por qué estás haciendo esto o dejando de hacer aquello? ¿Dónde estabas cuando esto ocurrió? ¿Por qué no viniste cuando te pedimos que lo hicieras? ¿Cómo es que he tenido que esperar tanto para verte?.

¡Si lo amas, esperarás todas las cosas! Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13:7). Lo bendecirás incluso cuando parezca que va en una dirección que encuentres poco apropiada. ¡Amalo cuando no lo comprendas!

  1. Amalo por largo tiempo

Una iglesia sabia establecerá su corazón en amar a sus pastores por largo tiempo. No solo lidiar con ellos—sino amarlos. Debes comprometerte a amarlo a largo plazo. Quieres que un hombre este aquí para bendecir a tus bebés, bautizar a tus creyentes y enterrar a tu muertos. No quieres que un extraño haga eso. Si es así, entonces debes comprometerte mucho a tolerar a este hombre o mujer. Debes amarlo. Amarlo tanto que él o ella lo recuerde en el peor de sus días, ¡Sería un tonto si me mudara de aquí!

  1. Amalo porque Dios te amo.

La última y más grande motivación para nuestro amor es nunca esperar nada de vuelta – el verdadero amor se ve en Cristo. “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.” (Efesios 5:1-2). Imita a Dios. Haz lo que él hace. Sé cómo él. Camina con amor. Sí, por todos los medios, amense el uno al otro. Pero recuerda amar a tu pastor también.

Deja que el amor sea genuino. Aborrece lo malo, atento a lo que es bueno. Amense el uno al otro con afección de hermandad. Excedanse el uno al otro al mostrar honor (Romanos 12:9-10)

¿Y tú? ¿Cuáles son algunas formas en las que amas a tu pastor?

El artículo originalmente apareció en ReviveOurHearts.com. Usado con permiso.

Elisha Galotti vive en Toronto, Canadá, una ciudad que ama y anhela ver ganada por Cristo. Su esposo, Justin, comparte su amor por la ciudad y está agradecido de que Dios le haya dado la oportunidad de ser el pastor de la Iglesia Bautista de Toronto Oeste. Aunque Elisha pasa la mayor parte de su tiempo siendo madre de sus tres pequeñitos, ella ama las artes y enseña ballet a medio tiempo.