Los 7 Mandamientos Del Matrimonio Cristiano

Un buen matrimonio practica la sumisión mutua. Efesios 5:21 nos manda a sublevarnos el uno al otro en reverencia a Cristo. El matrimonio no es un asunto de 50/50. Es un asunto de 100/100 – cada uno con la voluntad de rendirse ante la otra persona.

¿Cómo sirves a tu esposo/a? ¿Dirían que te emociona servirle más cada día? ¿Eres quien más da o toma en la relación? Sé honesto.

Incondicionalmente significa sin condiciones (Mira lo profunda que puede ser esta entrada) Te amo si… no es el mandamiento. Es te amo, incluso si no. Dios nos manda a amar a nuestros enemigos. ¿No es más grande este mandamiento dentro de un matrimonio?

¿Amas a tu esposo/a incluso con los defectos que ves mejor que nadie? Acá hay una prueba rápida: ¿La forma en que te comunicas con tu esposo/a indica que tienes la mayor estima hacia ellos – siempre?

La regla de oro cubre esta. Todos quieren ser respetados – así que en un buen matrimonio el respeto es otorgado hacia y desde ambas partes. Y, por cierto, creo que el respeto también es incondicional.

En mi experiencia, a veces es más sencillo que uno de los esposos dé más que el otro, especialmente quien trabaja más en el matrimonio. El respeto es mayormente dado debido a las acciones, pero este es importante para ambos esposos. La mayoría de las personas otorga respeto sólo cuando las condiciones para ser respetado se han dado. Eso tiene sentido, pero no provee motivación para mejorar cuando la otra parte lo necesita más. Todos nosotros necesitamos a alguien que crea en nosotros incluso cuando ni nosotros mismos lo hagamos. Esa es la gracia del respeto. Cuando la mayoría de nosotros se siente respetado trabajaremos más duro para mantener ese respeto.

“No lo aparte el hombre.” No es simplemente una bonita frase durante la ceremonia de boda. Es el deseo de Dios para un matrimonio. Las buenas parejas no permiten que nadie –ni siquiera niños–ni siquiera familiares políticos– se metan en su camino de construir un matrimonio saludable.

Wow, ¿No es esto difícil? No podría decirte cuántos matrimonios he visto arruinados porque los niños llegan o los familiares interfieren. He visto matrimonios arruinados por amigos –a veces compañeros de trabajo– quienes tuvieron poco respeto por la integridad del matrimonio y han construido una brecha entre la pareja. Tan duro como parezca, las buenas parejas trabajan para proteger el matrimonio de cualquier interrupción externa.

La Biblia habla un montón sobre la renovación de nuestra mente (Romanos 12:2 por ejemplo). La mente es más confiable que las emociones.  No siempre puedes sentirte enamorado de la misma manera que cuando te casaste. Habrá temporadas fuertes en cualquier matrimonio. Los matrimonios fuertes duran porque tienen un compromiso que va más allá de su respuesta emocional hacia el otro. Y cuando eso es verdad para ambas partes, los sentimientos casi siempre son recíprocos y crecen con el tiempo.

Tan cierto y necesario, los buenos compañeros de matrimonio continúan buscándose el uno al otro –salen a citas de vez en cuando– siguiendo los sentimientos románticos que todos anhelan en una relación. Pregunta sobria: ¿Cuándo fue la última vez que buscaste a tu esposa?

Una vez más, se nos pide hacer esto en todas las relaciones. ¿Cuánto más deberíamos hacerlo en el matrimonio?

Con el pasar de los años, mientras las parejas se acomodan el uno al otro, he observado parejas que se vuelven muy egoístas con su tiempo individual. A veces, por ejemplo, una de las partes busca un pasatiempo que excluye al otro, y mucho más tiempo es comprometido a ese pasatiempo cada vez. La otra parte comienza a sentirse rechazada. Puede ser por cuestiones de tiempo, acciones o las palabras usadas para comunicar, pero a veces un esposo puede hacer sentir al otro que ya no tiene valor para él. ¿Consideras cómo eres percibido por tu esposo/a?

El mandamiento de la Biblia es una sola carne (Efesios 5). No estoy seguro de que eso sea menos posible que el mandamiento de que nuestra carne individual sea moldeada en la imagen de Cristo. Es un mandamiento que obedecemos en el proceso. Aún somos santos en construcción. Aún pecamos. Y ese proceso no se completa aquí en la tierra, en mi opinión. Así lo es en el matrimonio. Nunca “Llegamos ahí” por completo, pero asignamos un estándar alto para nuestro matrimonio y continuamos yendo a esa meta.

No hay un mejor lugar en el que “el hierro moldea al hierro” que el matrimonio. Cheryl me hace ser una mejor persona. Y, si puedo ser tan atrevido – creo que hago lo mismo por ella. Hay cualidades en ella que necesito y cualidades en mí que ella necesita para convertirnos en una carne. Pero eso es un proceso. Toma tiempo, humildad e intención. Debo permitirle que me mejore – y de la misma manera ella. Pero cuando lo hacemos, ambos somos benefactores. Una pregunta que siempre le hago a las parejas: ¿Se están acercando como pareja – o alejándose? Esa es una buena pregunta que hacerse frecuentemente a través del matrimonio.

Esos obviamente no son los “10 mandamientos.” No son necesariamente mandamientos de Dios – aunque creo que están basados en los mandamientos de Dios. El punto es tomar los principios bíblicos y aplicarlos en nuestro matrimonio.

¿Y qué matrimonio no se beneficiaría de ellos?