22 Volvieron, pues, a inquirir del SEÑOR: ¿Ha llegado ya el hombre aquí? Y el SEÑOR respondió: "He aquí, está escondido junto al bagaje." 23 Corrieron y lo trajeron de allí, y cuando estuvo en medio del pueblo, de los hombros arriba sobrepasaba a todo el pueblo. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Veis al que el SEÑOR ha escogido? En verdad que no hay otro como él entre todo el pueblo. Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: ¡Viva el rey! 25 Entonces Samuel dio al pueblo las ordenanzas del reino, y las escribió en el libro, el cual puso delante del SEÑOR. Y despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 También Saúl se fue a su casa en Guibeá, y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero ciertos hombres indignos dijeron: ¿Cómo puede éste salvarnos? Y lo menospreciaron y no le trajeron presente alguno. Mas él guardó silencio.
1 Y subió Nahas amonita y sitió a Jabes de Galaad, y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Haz un pacto con nosotros y te serviremos. 2 Pero Nahas amonita les dijo: Lo haré con esta condición: que a todos vosotros os saque yo el ojo derecho; así haré que esto sea una afrenta sobre todo Israel. 3 Y los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Y si no hay quien nos libre, nos entregaremos a ti. 4 Entonces los mensajeros fueron a Guibeá de Saúl y hablaron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó la voz y lloró. 5 Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué pasa con el pueblo que está llorando? Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes. 6 Y el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl al escuchar estas palabras, y Saúl se enojó grandemente. 7 Y tomando una yunta de bueyes, los cortó en pedazos y los mandó por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel. Entonces el terror del SEÑOR cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. 8 Y los contó en Bezec, y los hijos de Israel eran trescientos mil y los hombres de Judá treinta mil. 9 Y dijeron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los hombres de Jabes de Galaad: "Mañana cuando caliente el sol seréis librados." Entonces los mensajeros fueron y lo anunciaron a los hombres de Jabes, y éstos se regocijaron. 10 Entonces los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Mañana saldremos a vosotros y podréis hacernos lo que os parezca bien. 11 A la mañana siguiente Saúl dispuso al pueblo en tres compañías; y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que calentó el día. Y sucedió que los que quedaron fueron dispersados, no quedando dos de ellos juntos. 12 Y el pueblo dijo a Samuel: ¿Quién es el que dijo: "¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros?" Traed a esos hombres para que los matemos. 13 Pero Saúl dijo: A nadie se matará hoy, porque hoy el SEÑOR ha hecho liberación en Israel. 14 Entonces Samuel dijo al pueblo: Venid, vayamos a Gilgal y renovemos el reino allí. 15 Así que todo el pueblo fue a Gilgal, y allí en Gilgal, hicieron rey a Saúl delante del SEÑOR. Allí también ofrecieron sacrificios de las ofrendas de paz delante del SEÑOR; y se regocijaron grandemente allí Saúl y todos los hombres de Israel.
1 Entonces Samuel dijo a todo Israel: He aquí, yo he escuchado vuestra voz en todo lo que me dijisteis, y he puesto rey sobre vosotros. 2 Y he aquí, ahora el rey va delante de vosotros. Yo ya soy viejo y lleno de canas, y he aquí, mis hijos están con vosotros. Yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy. 3 Aquí estoy; testificad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido. ¿A quién he quitado buey, o a quién he quitado asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testificad, y os lo restituiré. 4 Y ellos dijeron: Tú no nos has defraudado ni oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre. 5 Y él les respondió: El SEÑOR es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo en este día que nada habéis hallado en mi mano. Y ellos dijeron: El es testigo. 6 Entonces Samuel dijo al pueblo: El SEÑOR es el que designó a Moisés y a Aarón, y el que sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto. 7 Ahora pues, presentaos para que yo argumente con vosotros delante del SEÑOR acerca de todos los hechos de justicia del SEÑOR que El ha hecho por vosotros y por vuestros padres. 8 Cuando Jacob fue a Egipto y vuestros padres clamaron al SEÑOR, el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón, quienes sacaron a vuestros padres de Egipto y los establecieron en este lugar. 9 Pero ellos olvidaron al SEÑOR su Dios, y El los vendió en manos de Sísara, jefe del ejército de Hazor, en manos de los filisteos y en manos del rey de Moab, los cuales pelearon contra ellos. 10 Y clamaron al SEÑOR, y dijeron: "Hemos pecado porque hemos dejado al SEÑOR y hemos servido a los baales y a Astarot; pero ahora, líbranos de la mano de nuestros enemigos, y te serviremos." 11 Entonces el SEÑOR envió a Jerobaal, a Bedán , a Jefté y a Samuel, y os libró de la mano de vuestros enemigos en derredor, de manera que habitasteis con seguridad. 12 Cuando visteis que Nahas, rey de los hijos de Amón, venía contra vosotros, me dijisteis: "No, sino que un rey ha de reinar sobre nosotros", aunque el SEÑOR vuestro Dios era vuestro rey. 13 Ahora pues, aquí está el rey que habéis escogido, a quien habéis pedido; he aquí que el SEÑOR ha puesto rey sobre vosotros.
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