13 Hay un grave mal que he visto bajo el sol: las riquezas guardadas por su dueño para su mal; 14 cuando esas riquezas se pierden por un mal negocio, y él engendra un hijo, no queda nada para mantenerlo. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá, yéndose tal como vino; nada saca del fruto de su trabajo que pueda llevarse en la mano. 16 Y también esto es un grave mal: que tal como vino, así se irá. Por tanto, ¿qué provecho tiene el que trabaja para el viento? 17 Además todos los días de su vida come en tinieblas, con mucha molestia, enfermedad y enojo. 18 He aquí lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer, beber y gozarse uno de todo el trabajo en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque ésta es su recompensa. 19 Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios. 20 Pues él no se acordará mucho de los días de su vida, porque Dios lo mantiene ocupado con alegría en su corazón.
1 Hay un mal que he visto bajo el sol, y muy común entre los hombres: 2 un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta. Esto es vanidad y penosa aflicción. 3 Si un hombre engendra cien hijos y vive muchos años, por muchos que sean sus años, si su alma no se ha saciado de cosas buenas, y tampoco halla sepultura, entonces digo: Mejor es el abortivo que él, 4 porque en vano viene, y a la oscuridad va; y en la oscuridad su nombre quedará oculto. 5 Además, no ha visto el sol y nada sabe; más reposo tiene éste que aquél. 6 Aunque el hombre viva dos veces mil años, pero no disfruta de cosas buenas, ¿no van todos al mismo lugar? 7 Todo el trabajo del hombre es para su boca, sin embargo su apetito no se sacia . 8 Pues ¿qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué ventaja tiene el pobre que sabe comportarse entre los vivientes? 9 Mejor es lo que ven los ojos que lo que el alma desea. También esto es vanidad y correr tras el viento. 10 A lo que existe, ya se le ha dado nombre, y se sabe lo que es un hombre: no puede contender con el que es más fuerte que él. 11 Cuando hay muchas palabras, aumenta la vanidad. ¿Cuál es entonces la ventaja para el hombre? 12 Porque, ¿quién sabe lo que es bueno para el hombre durante su vida, en los contados días de su vana vida? Los pasará como una sombra. Pues, ¿quién hará saber al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol?
1 Mejor es el buen nombre que el buen unguento, y el día de la muerte que el día del nacimiento. 2 Mejor es ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete, porque aquello es el fin de todo hombre, y al que vive lo hará reflexionar en su corazón. 3 Mejor es la tristeza que la risa, porque cuando el rostro está triste el corazón puede estar contento. 4 El corazón de los sabios está en la casa del luto, mientras que el corazón de los necios está en la casa del placer. 5 Mejor es oír la reprensión del sabio que oír la canción de los necios. 6 Porque como crepitar de espinos bajo la olla, así es la risa del necio. Y también esto es vanidad. 7 Ciertamente la opresión enloquece al sabio, y el soborno corrompe el corazón. 8 Mejor es el fin de un asunto que su comienzo; mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu. 9 No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo se anida en el seno de los necios. 10 No digas: ¿Por qué fueron los días pasados mejores que éstos? Pues no es sabio que preguntes sobre esto. 11 Buena es la sabiduría con herencia, y provechosa para los que ven el sol. 12 Porque la sabiduría protege como el dinero protege; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría preserva la vida de sus poseedores. 13 Considera la obra de Dios: porque ¿quién puede enderezar lo que El ha torcido? 14 Alégrate en el día de la prosperidad, y en el día de la adversidad considera: Dios ha hecho tanto el uno como el otro para que el hombre no descubra nada que suceda después de él. 15 He visto todo durante mi vida de vanidad: hay justo que perece en su justicia, y hay impío que alarga su vida en su perversidad. 16 No seas demasiado justo, ni seas sabio en exceso. ¿Por qué has de destruirte? 17 No seas demasiado impío, ni seas necio. ¿Por qué has de morir antes de tu tiempo? 18 Bueno es que retengas esto sin soltar aquello de tu mano; porque el que teme a Dios se sale con todo ello. 19 La sabiduría hace más fuerte al sabio que diez gobernantes que haya en una ciudad. 20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque. 21 Tampoco tomes en serio todas las palabras que se hablan, no sea que oigas a tu siervo maldecirte. 22 Porque tú también te das cuenta que muchas veces has maldecido a otros de la misma manera. 23 Todo esto probé con sabiduría, y dije: Seré sabio; pero eso estaba lejos de mí. 24 Está lejos lo que ha sido, y en extremo profundo. ¿Quién lo descubrirá? 25 Dirigí mi corazón a conocer, a investigar y a buscar la sabiduría y la razón, y a reconocer la maldad de la insensatez y la necedad de la locura. 26 Y hallé más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, cuyas manos son cadenas. El que agrada a Dios escapará de ella, pero el pecador será por ella apresado. 27 Miradice el Predicadorhe descubierto esto, agregando una cosa a otra para hallar la razón,
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