17 Allí gritaron: "Faraón, rey de Egipto, es sólo un gran ruido; ha dejado pasar el tiempo señalado." 18 Vivo yodeclara el Rey cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos que ciertamente como se destaca el Tabor entre los montes, o el Carmelo junto al mar, uno ha de venir. 19 Prepara tu equipaje para el destierro, hija que moras en Egipto, porque Menfis será convertida en desolación, incendiada y despoblada. 20 Novilla hermosa es Egipto, mas un tábano del norte viene; ya viene. 21 Sus mercenarios también son en medio de ella como becerros engordados; porque también ellos se han vuelto atrás, y a una han huido, no resistieron; porque el día de su ruina ha venido sobre ellos, la hora de su castigo. 22 Se oye su sonido como el de una serpiente, pues el enemigo avanza como un ejército; con hachas, como leñadores, vienen contra ella. 23 Talan su bosquedeclara el SEÑOR aunque sea impenetrable, aunque sean más numerosos que las langostas, innumerables. 24 Es avergonzada la hija de Egipto, es entregada al poder del pueblo del norte. 25 Dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, castigaré a Amón de Tebas, a Faraón y a Egipto junto con sus dioses y sus reyes; a Faraón y a los que en él confían. 26 Y los entregaré en manos de los que buscan su vida, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de su siervo. Mas después será habitado como en los días de antañodeclara el SEÑOR. 27 Pero tú no temas, siervo mío Jacob, ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie lo atemorizará. 28 Tú no temas, siervo mío Jacobdeclara el SEÑOR porque yo estoy contigo; pues acabaré con todas las naciones adonde te he expulsado, pero no acabaré contigo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.
1 Palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que Faraón conquistara Gaza. 2 Así dice el SEÑOR: He aquí que suben aguas del norte y se convierten en torrente desbordante, que inunda la tierra y su plenitud, la ciudad y los que en ella habitan; clamarán los hombres, y gemirá todo habitante de la tierra 3 a causa del sonido de los cascos de sus corceles, del estruendo de sus carros y del estrépito de sus ruedas. No se vuelven los padres para cuidar a sus hijos, por la debilidad de sus brazos, 4 a causa del día que viene para destruir a todos los filisteos, para exterminar de Tiro y de Sidón a todo aliado que quede; porque el SEÑOR destruirá a los filisteos, al remanente de la costa de Caftor. 5 Le ha sobrevenido la calvicie a Gaza, desolada ha sido Ascalón. Remanente de su valle, ¿hasta cuándo te sajarás? 6 ¡Ay, espada del SEÑOR! ¿Hasta cuándo estarás inquieta? Vuélvete a tu vaina, reposa y cálmate. 7 ¿Cómo puede estar quieta, cuando el SEÑOR le ha dado órdenes? Contra Ascalón y contra la costa del mar, allí la ha asignado.
1 Acerca de Moab. Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: ¡Ay de Nebo, porque ha sido destruida! Quiriataim ha sido avergonzada, ha sido tomada; la altiva fortaleza ha sido avergonzada y destrozada. 2 Ya no hay alabanza para Moab, en Hesbón han tramado mal contra ella: "Venid y quitémosla de entre las naciones." También tú, Madmena , serás silenciada, la espada te seguirá. 3 Voz de clamor desde Horonaim: "Devastación y gran destrucción." 4 Moab está quebrantada, sus pequeños dejan oír gritos de angustia. 5 Porque la cuesta de Luhit con llanto continuo la suben; porque a la bajada de Horonaim se oyen gritos angustiosos de destrucción. 6 Huid, salvad vuestras vidas, sed como un enebro en el desierto. 7 Por cuanto pusiste tu confianza en tus ganancias y en tus tesoros, también tú serás conquistada, y Quemos saldrá al destierro junto con sus sacerdotes y sus príncipes. 8 Vendrá el destructor de cada ciudad, y ninguna ciudad escapará; también el valle será devastado, y la meseta será destruida, como ha dicho el SEÑOR. 9 Dad alas a Moab, para que se escape; sus ciudades serán una desolación, sin que nadie habite en ellas. 10 Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; maldito el que retrae su espada de la sangre. 11 Reposado ha estado Moab desde su juventud, ha estado tranquilo sobre su sedimento; no ha sido vaciado de vasija en vasija, ni ha ido al destierro; por eso retiene su sabor, y su aroma no ha cambiado. 12 Por tanto, he aquí, vienen díasdeclara el SEÑORcuando le enviaré a trasvasadores que lo trasvasarán; vaciarán sus vasijas y harán pedazos sus cántaros. 13 Y Moab se avergonzará de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza. 14 ¿Cómo podéis decir: "Somos poderosos guerreros, y hombres valientes para la guerra"? 15 Es destruido Moab, el devastador ha subido a sus ciudades; la flor de sus jóvenes desciende a la matanza, declara el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos. 16 La ruina de Moab pronto vendrá, y su calamidad se ha apresurado mucho. 17 Llorad por él, todos los que habitáis a su alrededor, y todos los que sabéis su nombre. Decid: "¡Cómo se ha roto el poderoso cetro, el báculo glorioso!" 18 Desciende de tu gloria, siéntate en tierra reseca, moradora hija de Dibón, porque el destructor de Moab ha subido contra ti, para destruir tus fortalezas. 19 Párate junto al camino y vela, moradora de Aroer; pregunta al que huye y a la que escapa, y di: "¿Qué ha sucedido?"
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