1 Acerca de los hijos de Amón. Así dice el SEÑOR: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué, pues, Milcom se ha apoderado de Gad y su pueblo se ha establecido en sus ciudades? 2 Por tanto, he aquí, vienen díasdeclara el SEÑOR en que haré que se oiga el grito de guerra contra Rabá de los hijos de Amón, y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán incendiadas. Entonces se apoderará Israel de los que lo poseíandice el SEÑOR. 3 Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida. Clamad, hijas de Rabá, ceñíos de cilicio y lamentaos, corred de un lado a otro por entre los muros, porque Milcom irá al destierro junto con sus sacerdotes y sus príncipes. 4 ¡Cómo te jactas de los valles! Tu valle se desvanece, hija infiel, la que confía en sus tesoros, diciendo: "¿Quién vendrá contra mí?" 5 He aquí, traigo sobre ti terror declara el Señor, DIOS de los ejércitos de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno delante de sí, y no habrá quien reúna a los fugitivos. 6 Pero después restauraré el bienestar de los hijos de Amón declara el SEÑOR. 7 Acerca de Edom. Así dice el SEÑOR de los ejércitos: ¿No hay ya sabiduría en Temán? ¿Se ha perdido el consejo de los prudentes? ¿Se ha corrompido su sabiduría? 8 Huid, volved, morad en las profundidades, habitantes de Dedán, porque la ruina de Esaú traeré sobre él al momento de castigarlo. 9 Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos? Si vinieran ladrones de noche, sólo destruirían hasta que les bastara. 10 Pero yo he despojado totalmente a Esaú, he descubierto sus escondrijos y no podrá esconderse. Ha sido destruida su descendencia, sus hermanos y vecinos, y él ya no existe. 11 Deja a tus huérfanos, yo los conservaré con vida; que tus viudas confíen en mí. 12 Pues así dice el SEÑOR: He aquí, los que no estaban condenados a beber la copa, ciertamente la beberán, ¿y serás tú absuelto por completo? No serás absuelto, sino que ciertamente la beberás. 13 Porque por mí he juradodeclara el SEÑORque Bosra será motivo de horror, de oprobio, de ruina y de maldición; todas sus ciudades se convertirán en ruinas perpetuas. 14 He oído un mensaje de parte del SEÑOR, y un mensajero es enviado entre las naciones, diciendo: Reuníos y venid contra él, y levantaos para la guerra. 15 Pues he aquí, pequeño te he hecho entre las naciones, menospreciado entre los hombres. 16 En cuanto al terror que infundías, te ha engañado la soberbia de tu corazón; tú que vives en las hendiduras de las peñas, que ocupas la cumbre del monte. Aunque hagas tu nido tan alto como el del águila, de allí te haré bajardeclara el SEÑOR. 17 Y Edom se convertirá en objeto de horror; todo el que pase por él se quedará atónito y silbará a causa de todas sus heridas. 18 Como en la destrucción de Sodoma y Gomorra y de sus ciudades vecinasdice el SEÑORnadie habitará allí, ni residirá en él hijo de hombre. 19 He aquí que uno subirá como león de la espesura del Jordán contra el pastizal de perenne verdor, y en un instante lo haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como yo y quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que me podrá resistir? 20 Por tanto, oíd el plan que el SEÑOR ha trazado contra Edom, y los designios que ha decretado contra los habitantes de Temán: ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño; ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal. 21 Al estruendo de su caída tiembla la tierra; hay un clamor. Hasta el mar Rojo se oye su voz. 22 He aquí, se remonta, vuela veloz como un águila y extiende sus alas contra Bosra. En aquel día el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer de parto. 23 Acerca de Damasco. Avergonzadas están Hamat y Arfad. Porque han oído malas noticias están desalentadas. Hay ansiedad como en el mar que no se puede calmar. 24 Desamparada está Damasco; se ha vuelto para huir, y el pánico se ha apoderado de ella; angustia y dolores la oprimen como a mujer de parto. 25 ¿Cómo es que no ha sido abandonada la ciudad alabada, la ciudad de mi regocijo? 26 Por eso sus jóvenes caerán en sus calles, y todos los hombres de guerra serán silenciados en aquel díadeclara el SEÑOR de los ejércitos. 27 Y prenderé fuego al muro de Damasco que consumirá los palacios de Ben-adad. 28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice el SEÑOR: Levantaos, subid a Cedar y destruid a los hijos del oriente. 29 Sus tiendas y sus rebaños serán tomados; las cortinas de sus tiendas, todos sus bienes y sus camellos se los llevarán, y gritarán el uno al otro: "¡Terror por todas partes!" 30 Escapaos, huid; morad en las profundidades, habitantes de Hazordeclara el SEÑOR, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha concebido un plan contra vosotros, ha trazado un designio contra vosotros. 31 Levantaos, subid contra una nación tranquila, que vive confiadadeclara el SEÑOR. No tiene puertas ni cerrojos; viven solitarios. 32 Sus camellos serán el despojo, y la multitud de sus ganados el botín; esparciré a todos los vientos a los que se rapan las sienes, y de todos lados les traeré su ruinadeclara el SEÑOR. 33 Y Hazor será guarida de chacales, una desolación para siempre; nadie habitará allí, ni residirá en ella hijo de hombre. 34 Palabra del SEÑOR que vino al profeta Jeremías acerca de Elam al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, diciendo: 35 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "He aquí, quebraré el arco de Elam, lo mejor de su fortaleza. 36 "Y traeré sobre Elam los cuatro vientos desde los cuatro extremos del cielo, y a todos estos vientos los esparciré; no habrá nación adonde no vayan los expulsados de Elam. 37 "Destrozaré a Elam delante de sus enemigos y delante de los que buscan sus vidas; traeré sobre ellos calamidad, el ardor de mi ira"declara el SEÑOR "y enviaré tras ellos la espada hasta que los haya acabado. 38 "Entonces pondré mi trono en Elam, y allí destruiré al rey y a los príncipes declara el SEÑOR. 39 "Pero sucederá en los postreros días que restauraré el bienestar de Elam" declara el SEÑOR.
1 Palabra que el SEÑOR habló acerca de Babilonia, la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías: 2 Anunciadlo entre las naciones y hacedlo oír; levantad estandarte, hacedlo oír. No lo ocultéis, sino decid: "Ha sido tomada Babilonia, está avergonzado Bel, destrozado Merodac; han sido avergonzadas sus imágenes, destrozados sus ídolos." 3 Porque ha subido contra ella una nación del norte que hará de su tierra objeto de horror, y no habrá habitante en ella. Tanto hombres como animales habrán huido, se habrán ido. 4 En aquellos días y en aquel tiempodeclara el SEÑOR vendrán los hijos de Israel, ellos junto con los hijos de Judá; vendrán andando y llorando, y al SEÑOR su Dios buscarán. 5 Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros; vendrán para unirse al SEÑOR en un pacto eterno que no será olvidado. 6 Ovejas perdidas ha venido a ser mi pueblo; sus pastores las han descarriado, haciéndolas vagar por los montes; han andado de monte en collado y han olvidado su lugar de descanso. 7 Todos los que los hallaban, los devoraban; y sus enemigos han dicho: "No somos culpables, porque ellos han pecado contra el SEÑOR, morada de justicia, el SEÑOR, esperanza de sus padres." 8 Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos; sed como machos cabríos al frente del rebaño. 9 Porque he aquí, yo hago despertar y subir contra Babilonia una horda de grandes naciones de la tierra del norte, que se alinearán para la batalla contra ella; desde allí será llevada cautiva. Sus flechas serán como de diestro guerrero que no vuelve con las manos vacías. 10 Y Caldea se convertirá en botín; todos los que la saqueen se saciarándeclara el SEÑOR. 11 Porque os alegráis, porque os regocijáis, saqueadores de mi heredad, porque saltáis como novilla trilladora y relincháis como caballos sementales, 12 vuestra madre se avergonzará en gran manera, será humillada la que os dio a luz. He aquí, será la última de las naciones: desierto, sequedal y yermo. 13 A causa del enojo del SEÑOR, no será habitada, sino que estará desolada toda ella; todo el que pase por Babilonia se quedará atónito y silbará a causa de todas sus heridas. 14 Poneos en orden contra Babilonia en derredor, todos los que entesáis el arco; tirad contra ella, no escatiméis las flechas, porque ha pecado contra el SEÑOR. 15 Alzad grito de guerra contra ella en derredor. Se ha rendido, caen sus columnas, son derribadas sus murallas. Porque esta es la venganza del SEÑOR: tomad venganza de ella; como ella ha hecho, así haced con ella. 16 Exterminad de Babilonia al sembrador y al que maneja la hoz en tiempo de la siega; ante la espada opresora, cada uno volverá a su pueblo, cada uno huirá a su tierra. 17 Rebaño descarriado es Israel; los leones lo han ahuyentado. Primero lo devoró el rey de Asiria, y después Nabucodonosor, rey de Babilonia, quebró sus huesos. 18 Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: "He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria. 19 "Y volveré a traer a Israel a su pastizal, y pacerá en el Carmelo y en Basán, y se saciarán sus deseos en la región montañosa de Efraín y en Galaad. 20 "En aquellos días y en aquel tiempo"declara el SEÑOR"se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente." 21 Sube contra la tierra de Merataim , contra ella y contra los habitantes de Pecod . Mátalos y destrúyelosdeclara el SEÑOR y haz conforme a todo lo que te he ordenado. 22 ¡Estruendo de guerra en el país, y gran destrucción! 23 ¡Cómo ha sido cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones! 24 Babilonia, te puse lazo, y fuiste atrapada, y tú no te diste cuenta; has sido sorprendida y apresada porque te pusiste a provocar al SEÑOR. 25 El SEÑOR ha abierto su arsenal y ha sacado las armas de su indignación, porque esta es obra del Señor, DIOS de los ejércitos, en la tierra de los caldeos. 26 Venid contra ella desde los últimos confines; abrid sus graneros, convertidla en montones y destruidla por completo; que no le quede nada. 27 Pasad a espada todos sus novillos; que desciendan al matadero. ¡Ay de ellos, porque ha llegado su día, la hora de su castigo! 28 Se oye la voz de los fugitivos y evadidos de la tierra de Babilonia anunciando en Sion la venganza del SEÑOR nuestro Dios, la venganza de su templo. 29 Reclutad arqueros contra Babilonia, a todos los que entesan el arco; acampad contra ella por todos lados, que no haya escape. Dadle el pago conforme a su obra; conforme a todo lo que ha hecho, así haced con ella; porque se ha vuelto insolente contra el SEÑOR, contra el Santo de Israel. 30 Por tanto sus jóvenes caerán en sus calles, y todos sus hombres de guerra serán silenciados en aquel díadeclara el SEÑOR. 31 He aquí, estoy contra ti, arrogante, declara el Señor, DIOS de los ejércitos porque ha llegado tu día, la hora en que te castigaré. 32 Y la arrogante tropezará y caerá sin que nadie la levante; y prenderé fuego a sus ciudades, el cual devorará todos sus alrededores. 33 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Oprimidos están los hijos de Israel y los hijos de Judá a una; todos los que los tomaron cautivos los han retenido, se han negado a soltarlos. 34 Pero su Redentor es fuerte, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; defenderá su causa con energía para traer reposo a la tierra y turbación a los habitantes de Babilonia. 35 Espada contra los caldeosdeclara el SEÑOR y contra los habitantes de Babilonia, contra sus oficiales y sus sabios. 36 Espada contra los impostores, y se volverán necios. Espada contra sus valientes, y serán destrozados. 37 Espada contra sus caballos y contra sus carros, y contra todos los extranjeros que están en medio de ella, y serán como mujeres. Espada contra sus tesoros, y serán saqueados. 38 Sequía sobre sus aguas, y se secarán; porque es una tierra de ídolos, y se vuelven locos por sus horribles ídolos. 39 Por tanto, allí vivirán las fieras del desierto junto con las hienas, también vivirán avestruces en ella; nunca más será habitada ni poblada por generación y generación. 40 Como cuando Dios destruyó a Sodoma, a Gomorra y a sus ciudades vecinasdeclara el SEÑOR ningún hombre habitará allí, ni residirá en ella hijo de hombre. 41 He aquí, un pueblo viene del norte, una gran nación, y muchos reyes se levantarán de los confines de la tierra. 42 Empuñan arco y jabalina; son crueles y no tienen misericordia. Su voz ruge como el mar, y a caballo van montados, alineados como un solo hombre para la batalla contra ti, hija de Babilonia. 43 Ha oído el rey de Babilonia noticias de ellos, y flaquean sus manos; la angustia se ha apoderado de él, agonía como de mujer de parto. 44 He aquí que uno subirá como león de la espesura del Jordán a un pastizal de perenne verdor, y en un instante le haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como yo y quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que me podrá resistir? 45 Por tanto, oíd el plan que el SEÑOR ha trazado contra Babilonia, y los designios que ha decretado contra la tierra de los caldeos; ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño; ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal. 46 Al grito de ¡Babilonia ha sido tomada!, la tierra tiembla y el clamor se oye entre las naciones.
1 Así dice el SEÑOR: He aquí, levanto contra Babilonia y contra los habitantes de Leb Camay el espíritu de un destructor. 2 Y enviaré extranjeros a Babilonia que la aventarán y vaciarán su tierra; porque estarán contra ella por todos lados el día de su tribulación. 3 Que no entese el entesador su arco, ni se levante con su coraza; no perdonéis a sus jóvenes; entregad a la destrucción todo su ejército. 4 Caerán muertos en la tierra de los caldeos, y traspasados en sus calles. 5 Porque no ha sido abandonado Israel ni Judá por su Dios, el SEÑOR de los ejércitos, aunque su tierra está llena de culpa delante del Santo de Israel. 6 Huid de en medio de Babilonia, y salve cada uno su vida. No perezcáis por su culpa, pues este es el tiempo de la venganza del SEÑOR; El le dará su pago. 7 Copa de oro ha sido Babilonia en la mano del SEÑOR, que embriagaba toda la tierra. De su vino bebieron las naciones; se enloquecieron, por tanto, las naciones. 8 De repente cae Babilonia y se hace pedazos. Gemid por ella, traed bálsamo para su dolor; quizá se cure. 9 Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado; dejadla, y vayamos cada cual a su tierra, porque ha llegado al cielo su juicio, se ha elevado hasta las nubes. 10 El SEÑOR ha sacado a la luz nuestra justicia; venid y contemos en Sion la obra del SEÑOR nuestro Dios. 11 Afilad las flechas, llenad las aljabas; el SEÑOR ha despertado el espíritu de los reyes de Media, porque su plan contra Babilonia es destruirla; porque esta es la venganza del SEÑOR, la venganza de su templo. 12 Levantad bandera contra los muros de Babilonia; reforzad la guardia, apostad centinelas, preparad emboscadas; porque el SEÑOR ha decidido, y también ejecutará lo que habló acerca de los habitantes de Babilonia. 13 Oh, tú, que moras junto a muchas aguas, rica en tesoros, ha llegado tu fin, el término de tu codicia. 14 El SEÑOR de los ejércitos ha jurado por sí mismo: Ciertamente te llenaré de hombres como langostas, y entonarán contra ti gritos de victoria. 15 El es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció el mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos. 16 Cuando emite su voz, hay tumulto de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde los confines de la tierra. El produce los relámpagos para la lluvia, y saca el viento de sus depósitos. 17 Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento; se averguenza todo orfebre de sus ídolos, porque sus imágenes fundidas son engaño, y no hay aliento en ellas. 18 Vanidad son, obra ridícula; en el tiempo de su castigo perecerán. 19 No es como estas cosas la porción de Jacob; porque El es el Hacedor de todo, y de la tribu de su heredad; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre. 20 El dice: Eres mi maza, mi arma de guerra; contigo destrozaré naciones, contigo destruiré reinos, 21 contigo destrozaré el caballo y a su jinete, contigo destrozaré al carro y al que lo conduce, 22 contigo destrozaré al hombre y a la mujer, contigo destrozaré al viejo y al joven, contigo destrozaré al mancebo y a la virgen, 23 contigo destrozaré al pastor y su rebaño, contigo destrozaré al labrador y su yunta y contigo destrozaré a los gobernadores y a los magistrados. 24 Y pagaré a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea todo el mal que han hecho en Sion delante de vuestros ojosdeclara el SEÑOR. 25 He aquí, yo estoy contra ti, monte destructor, que destruyes toda la tierradeclara el SEÑOR. Extenderé mi mano contra ti, te haré rodar desde las peñas y te reduciré a monte quemado. 26 Y no tomarán de ti piedra angular, ni piedra para cimientos, pues desolación eterna serásdeclara el SEÑOR. 27 Levantad señal en la tierra, tocad trompeta entre las naciones. Reunid las naciones contra ella, convocad contra ella los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz; nombrad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas. 28 Reunid a las naciones contra ella, a los reyes de Media, a sus gobernadores, a todos sus magistrados y a toda la tierra de su dominio. 29 La tierra tiembla y se retuerce, porque se cumplen los designios del SEÑOR contra Babilonia de hacer de la tierra de Babilonia una desolación, sin habitantes. 30 Han dejado de luchar los valientes de Babilonia, permanecen en las fortalezas; se han agotado sus fuerzas, se han vuelto como mujeres; han sido incendiadas sus moradas, rotos están sus cerrojos. 31 Un correo corre al encuentro de otro y un mensajero al encuentro de otro, para decirle al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro; 32 también los vados han sido ocupados, y quemados a fuego los juncos, y los guerreros están aterrados. 33 Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era al tiempo de ser hollada; dentro de poco, le llegará el tiempo de la siega. 34 Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha dejado como vaso vacío, me ha tragado como un monstruo, ha llenado su estómago de mis delicias, me ha expulsado. 35 Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carne dirá la moradora de Sion. Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea dirá Jerusalén. 36 Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, yo defenderé tu causa, y ejecutaré tu venganza; secaré su mar y haré que se sequen sus manantiales. 37 Y Babilonia se convertirá en escombros, en guarida de chacales, en objeto de horror y de burla, sin habitantes. 38 A una como leones rugirán, gruñirán como cachorros de león. 39 Cuando entren en calor, les serviré su banquete y los embriagaré, para que se diviertan, duerman un sueño eterno y no despiertendeclara el SEÑOR. 40 Los haré bajar como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos. 41 ¡Cómo ha sido tomada Sesac , y arrebatada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones! 42 El mar ha subido sobre Babilonia; con la multitud de sus olas ha sido cubierta. 43 Sus ciudades se han convertido en desolación, en sequedal y yermo; una tierra en la cual nadie habita, y por la cual ningún hijo de hombre pasa. 44 Y castigaré a Bel en Babilonia, sacaré de su boca lo que se ha tragado, y no afluirán más a él las naciones. Aun la muralla de Babilonia caerá. 45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salve cada uno su vida del ardor de la ira del SEÑOR. 46 Y que no desmaye vuestro corazón, ni temáis al rumor que se oirá en la tierra; porque el rumor vendrá un año, y después otro rumor en otro año, y habrá violencia en la tierra con gobernante contra gobernante. 47 Por tanto, he aquí, vienen días en que castigaré a los ídolos de Babilonia; será avergonzada toda su tierra, y todos sus muertos caerán en medio de ella. 48 Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay, porque del norte vendrán a ella destructores declara el SEÑOR. 49 Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israel, como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra. 50 Los que escapasteis de la espada, partid, no os detengáis; acordaos desde lejos del SEÑOR, y venga Jerusalén a vuestra memoria. 51 Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta; la ignominia ha cubierto nuestros rostros, porque extranjeros han entrado en los santuarios de la casa del SEÑOR. 52 Por tanto, he aquí, vienen díasdeclara el SEÑOR en que castigaré a sus ídolos, y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte. 53 Aunque Babilonia ascienda a los cielos, y aunque fortifique en lo alto su baluarte, de mi parte llegarán destructores a elladeclara el SEÑOR. 54 ¡Clamor de gritos desde Babilonia, y de gran destrucción de la tierra de los caldeos! 55 Porque el SEÑOR destruirá a Babilonia, y hará desaparecer de ella su gran bullicio. Bramarán sus olas como muchas aguas; resonará el estruendo de sus voces. 56 Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructor, sus valientes serán apresados, quebrados están sus arcos; porque Dios de retribuciones es el SEÑOR, ciertamente dará la paga. 57 Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus gobernantes, a sus magistrados y a sus valientes, y dormirán un sueño eterno y no despertarán declara el Rey cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos. 58 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasada, y sus altas puertas quemadas; los pueblos habrán trabajado en vano, y las naciones sólo para el fuego se habrán fatigado. 59 Mensaje que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia en el año cuarto de su reinado. (Seraías era jefe de abastecimientos.) 60 Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritas acerca de Babilonia. 61 Y Jeremías dijo a Seraías: Tan pronto llegues a Babilonia, lee en voz alta todas estas palabras, 62 y di: "Oh SEÑOR, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal, sino que desolación eterna será." 63 Y tan pronto termines de leer este rollo, le atarás una piedra y lo arrojarás en medio del Eufrates, 64 y dirás: "Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ella; extenuados sucumbirán." Hasta aquí las palabras de Jeremías.
1 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna. 2 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR conforme a todo lo que había hecho Joacim. 3 Por causa de la ira del SEÑOR sucedió esto en Jerusalén y en Judá, hasta que El los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de ella. 5 Y la ciudad estuvo bajo sitio hasta el año once del rey Sedequías. 6 En el mes cuarto, a los nueve días del mes, cuando se agravó el hambre en la ciudad y no había alimento para el pueblo, 7 se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había junto al jardín del rey, a pesar de que los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá. 8 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y alcanzó a Sedequías en los llanos de Jericó, y todo su ejército se dispersó de su lado. 9 Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat, y allí él lo sentenció. 10 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla. 11 Después sacó los ojos a Sedequías, y el rey de Babilonia lo ató con grillos de bronce y lo llevó a Babilonia y lo puso en prisión hasta el día de su muerte. 12 Y en el mes quinto, a los diez días del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio del rey de Babilonia. 13 Y quemó la casa del SEÑOR, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió fuego a toda casa grande. 14 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén. 15 Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos. 16 Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para que fueran viñadores y labradores. 17 Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, también las basas y el mar de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, y llevaron todo su bronce a Babilonia. 18 Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo. 19 El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura. 20 En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar y las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos. 21 Respecto a las columnas, la altura de cada columna era de dieciocho codos , y tenía doce codos de circunferencia y cuatro dedos de espesor, y era hueca. 22 Y había sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel era de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo, todo de bronce. Y la segunda columna era igual, con las granadas. 23 Y había noventa y seis granadas que pendían; el total de las granadas era de cien en la malla alrededor. 24 Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres oficiales del templo. 25 También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad. 26 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. 27 Entonces el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Ribla en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al destierro lejos de su tierra. 28 Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo, tres mil veintitrés judíos; 29 en el año dieciocho de Nabucodonosor, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén; 30 en el año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a setecientos cuarenta y cinco judíos; en total fueron cuatro mil seiscientas personas. 31 Y en el año treinta y siete del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, a los veinticinco días del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reino, favoreció a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32 Y le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió siempre en la presencia del rey, todos los días de su vida; 34 y para su sustento, se le dio de continuo una ración de parte del rey de Babilonia, una porción para cada día, todos los días de su vida hasta el día de su muerte.
No Venda Mi Información Personal (CA Solamente)   California - Aviso de la CCPA