1 Habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 2 Di a Aarón y a sus hijos que tengan cuidado con las cosas sagradas que los hijos de Israel me consagran, para que no profanen mi santo nombre; yo soy el SEÑOR. 3 Diles: "Si alguno de entre vuestros descendientes en todas vuestras generaciones, se acerca a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran al SEÑOR, estando inmundo, esa persona será cortada de mi presencia. Yo soy el SEÑOR. 4 "Ningún varón de los descendientes de Aarón que sea leproso, o que tenga flujo, podrá comer de las cosas sagradas hasta que sea limpio. Y si alguno toca alguna cosa contaminada por un cadáver, o si un hombre tiene una emisión seminal, 5 si alguno toca ciertos animales por los cuales se pueda contaminar, o a cualquier hombre que lo contamine, cualquiera que sea su inmundicia, 6 la persona que toque a cualquiera de éstos quedará inmunda hasta el atardecer; no comerá de las cosas sagradas a menos que haya lavado su cuerpo con agua. 7 "Cuando el sol se ponga quedará limpio, y después comerá de las cosas sagradas, porque son su alimento. 8 "No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; yo soy el SEÑOR. 9 "Guardarán, pues, mi ordenanza para que no se carguen de pecado por ello, y mueran porque lo profanen; yo soy el SEÑOR que los santifico. 10 "Ningún extraño comerá cosa sagrada; ni huésped del sacerdote, ni jornalero comerán cosa sagrada. 11 "Pero si un sacerdote compra con su dinero un esclavo como propiedad suya, éste sí puede comer de ella, y también los nacidos en su casa podrán comer de su alimento. 12 "Y si la hija del sacerdote se casa con un extraño, ella no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas. 13 "Pero si la hija del sacerdote queda viuda o se divorcia, y no tiene hijo y regresa a la casa de su padre como en su juventud, podrá comer del alimento de su padre; pero ningún extraño comerá de él. 14 "Y si un hombre come inadvertidamente cosa sagrada, entonces añadirá a ella una quinta parte y restituirá la cosa sagrada al sacerdote. 15 "No profanarán las cosas sagradas que los hijos de Israel ofrecen al SEÑOR, 16 causándoles así sufrir castigo por la culpa al comer sus cosas sagradas; porque yo soy el SEÑOR que los santifico." 17 Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 18 Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: "Cualquier hombre de la casa de Israel o de los forasteros en Israel, que presente su ofrenda, ya sea de sus ofrendas votivas o de sus ofrendas voluntarias, las cuales presenta al SEÑOR como holocausto, 19 para que os sea aceptada, ésta debe ser macho sin defecto del ganado, de los corderos o de las cabras. 20 "Lo que tenga defecto, no ofreceréis, porque no os será aceptado. 21 "Cuando alguno ofrezca sacrificio de ofrenda de paz al SEÑOR para cumplir un voto especial o como ofrenda voluntaria, del ganado o del rebaño, tiene que ser sin defecto para ser aceptado; no habrá imperfección en él. 22 "Los que estén ciegos, quebrados, mutilados, o con llagas purulentas, sarna o roña, no los ofreceréis al SEÑOR, ni haréis de ellos una ofrenda encendida sobre el altar al SEÑOR. 23 "En cuanto al buey o carnero que tenga un miembro deformado o atrofiado, podréis presentarlo como ofrenda voluntaria, pero por voto no será aceptado. 24 "También cualquier animal con sus testículos magullados, aplastados, rasgados o cortados, no lo ofreceréis al SEÑOR ni lo sacrificaréis en vuestra tierra; 25 tampoco aceptaréis tales animales de mano de un extranjero por ofrenda como alimento para vuestro Dios; porque su corrupción está en ellos, tienen defecto y no os serán aceptados." 26 Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 27 Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, quedará siete días con su madre, y desde el octavo día en adelante será aceptable como sacrificio de ofrenda encendida al SEÑOR. 28 Mas, ya sea vaca u oveja, no mataréis a ella y a su cría en el mismo día. 29 Y cuando ofrezcáis sacrificio de acción de gracias al SEÑOR, lo sacrificaréis para que seáis aceptados. 30 Lo comeréis en el mismo día, no dejaréis nada de él para la mañana siguiente; yo soy el SEÑOR. 31 Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el SEÑOR. 32 No profanaréis mi santo nombre, sino que seré santificado entre los hijos de Israel; yo soy el SEÑOR que os santifico, 33 que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; yo soy el SEÑOR.
1 Habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: "Las fiestas señaladas del SEÑOR, que vosotros habréis de proclamar como santas convocaciones, son éstas: 3 "Seis días se trabajará, pero el séptimo día será día de completo reposo, santa convocación en que no haréis trabajo alguno; es día de reposo al SEÑOR dondequiera que habitéis. 4 "Estas son las fiestas señaladas por el SEÑOR, santas convocaciones que vosotros proclamaréis en sus fechas señaladas 5 "En el mes primero, el día catorce del mes, al anochecer, es la Pascua del SEÑOR. 6 "El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura para el SEÑOR; por siete días comeréis pan sin levadura. 7 "En el primer día tendréis una santa convocación; no haréis ningún trabajo servil. 8 "Y durante siete días presentaréis al SEÑOR una ofrenda encendida. El séptimo día es santa convocación; no haréis ningún trabajo servil." 9 Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: "Cuando entréis en la tierra que yo os daré, y seguéis su mies, entonces traeréis al sacerdote una gavilla de las primicias de vuestra cosecha. 11 "Y él mecerá la gavilla delante del SEÑOR, a fin de que seáis aceptados; el día siguiente al día de reposo la mecerá. 12 "El mismo día en que meciereis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año sin defecto como holocausto al SEÑOR. 13 "La ofrenda de cereal será de dos décimas de un efa de flor de harina mezclada con aceite, ofrenda encendida para el SEÑOR, como aroma agradable, con su libación, un cuarto de hin de vino. 14 "Hasta ese mismo día, hasta que hayáis traído la ofrenda de vuestro Dios, no comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga tierna. Estatuto perpetuo será para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis 15 "Contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que trajisteis la gavilla de la ofrenda mecida; contaréis siete semanas completas. 16 "Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo día de reposo; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna al SEÑOR. 17 "Traeréis de vuestras moradas dos panes para ofrenda mecida, hechos de dos décimas de un efa; serán de flor de harina, amasados con levadura, como primeros frutos al SEÑOR. 18 "Juntamente con el pan presentaréis siete corderos de un año sin defecto, un novillo del ganado y dos carneros; serán holocausto al SEÑOR, junto con sus ofrendas de cereal y sus libaciones, una ofrenda encendida como aroma agradable al SEÑOR. 19 "Ofreceréis también un macho cabrío como ofrenda por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de las ofrendas de paz 20 "Entonces el sacerdote los mecerá junto con el pan de los primeros frutos y los dos corderos, como ofrenda mecida delante del SEÑOR; serán cosa sagrada del SEÑOR para el sacerdote. 21 "En este mismo día haréis también una proclamación; habréis de tener una santa convocación. No haréis ningún trabajo servil. Estatuto perpetuo será para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis 22 "Cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella ni espigaréis el sobrante de vuestra mies; los dejaréis para el pobre y para el forastero. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios." 23 Otra vez el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 24 Habla a los hijos de Israel y diles: "En el séptimo mes, el primer día del mes, tendréis día de reposo, un memorial al son de trompetas, una santa convocación. 25 "No haréis ningún trabajo servil, pero presentaréis una ofrenda encendida al SEÑOR." 26 Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 27 A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; será santa convocación para vosotros, y humillaréis vuestras almas y presentaréis una ofrenda encendida al SEÑOR. 28 Tampoco haréis ningún trabajo en este día, porque es día de expiación, para hacer expiación por vosotros delante del SEÑOR vuestro Dios. 29 Si alguna persona no se humilla en este mismo día, será cortada de su pueblo. 30 Y a cualquier persona que haga trabajo alguno en este mismo día, a esa persona la exterminaré de entre su pueblo. 31 No haréis, pues, trabajo alguno. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones dondequiera que habitéis. 32 Será día de completo reposo para vosotros, y humillaréis vuestras almas; a los nueve días del mes por la tarde, de una tarde a otra tarde, guardaréis vuestro reposo. 33 Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: 34 Habla a los hijos de Israel, y diles: "El día quince de este mes séptimo es la fiesta de los tabernáculos ; se celebrará al SEÑOR por siete días. 35 "El primer día es santa convocación; no haréis ninguna clase de trabajo servil. 36 "Durante siete días presentaréis al SEÑOR una ofrenda encendida. El octavo día tendréis una santa convocación, y presentaréis al SEÑOR una ofrenda encendida; es asamblea solemne. No haréis trabajo servil 37 "Estas son las fiestas señaladas del SEÑOR que proclamaréis como santas convocaciones, para presentar ofrendas encendidas al SEÑOR, holocaustos y ofrendas de cereal, sacrificios y libaciones, cada asunto en su propio día, 38 además de las ofrendas de los días de reposo del SEÑOR, además de vuestros dones, y además de todos vuestros votos y ofrendas voluntarias que deis al SEÑOR 39 "El día quince del séptimo mes, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, celebraréis la fiesta del SEÑOR por siete días, con reposo en el primer día y reposo en el octavo día. 40 "Y el primer día tomaréis para vosotros frutos de árboles hermosos, hojas de palmera y ramas de árboles frondosos, y sauces de río; y os alegraréis delante del SEÑOR vuestro Dios por siete días. 41 "Así la celebraréis como fiesta al SEÑOR por siete días en el año. Será estatuto perpetuo para todas vuestras generaciones; la celebraréis en el séptimo mes. 42 "Habitaréis en tabernáculos por siete días; todo nativo de Israel vivirá en tabernáculos, 43 para que vuestras generaciones sepan que yo hice habitar en tabernáculos a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios." 44 Así declaró Moisés a los hijos de Israel las fiestas señaladas del SEÑOR.
1 Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 2 Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas para el alumbrado, para hacer arder la lámpara continuamente. 3 Fuera del velo del testimonio, en la tienda de reunión, Aarón las dispondrá para que ardan desde el anochecer hasta la mañana delante del SEÑOR continuamente; será estatuto perpetuo para todas vuestras generaciones. 4 Mantendrá las lámparas en orden en el candelabro de oro puro, continuamente delante del SEÑOR. 5 Tomarás flor de harina y con ella cocerás doce tortas; en cada torta habrá dos décimas de efa. 6 Y las colocarás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa de oro puro delante del SEÑOR. 7 Y en cada hilera pondrás incienso puro, para que sea porción memorial del pan, una ofrenda encendida para el SEÑOR. 8 Cada día de reposo, continuamente, se pondrá en orden delante del SEÑOR; es un pacto eterno para los hijos de Israel. 9 Y será para Aarón y para sus hijos, y lo comerán en un lugar santo; porque lo tendrá como cosa muy sagrada de las ofrendas encendidas para el SEÑOR, por derecho perpetuo. 10 El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la israelita y un hombre de Israel lucharon en el campamento. 11 Y el hijo de la israelita blasfemó el Nombre, y maldijo. Entonces lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan.) 12 Y lo pusieron en la cárcel, hasta que se les aclarara la palabra del SEÑOR. 13 Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: 14 Saca fuera del campamento al que maldijo, y que todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza, y que toda la congregación lo apedree. 15 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: "Si alguien maldice a su Dios, llevará su pecado. 16 "Además, el que blasfeme el nombre del SEÑOR, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo, cuando blasfeme el Nombre, ha de morir. 17 "Si un hombre quita la vida a cualquier ser humano, ciertamente ha de morir. 18 "Y el que quite la vida a un animal lo restituirá, vida por vida. 19 "Si un hombre hiere a su prójimo, según hizo, así se le hará: 20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará. 21 "El que mate un animal, lo restituirá, pero el que mate a un hombre, ha de morir. 22 "Habrá una misma ley para vosotros; será tanto para el forastero como para el nativo, porque yo soy el SEÑOR vuestro Dios." 23 Moisés entonces habló a los hijos de Israel, y ellos sacaron fuera del campamento al que había maldecido, y lo apedrearon. Los hijos de Israel hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés.
1 Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia. 2 Y el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Te sientas tú para juzgarme conforme a la ley, y violas la ley ordenando que me golpeen? 4 Los que estaban allí observando, dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias 5 Y Pablo dijo: No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: NO HABLARAS MAL DE UNA DE LAS AUTORIDADES DE TU PUEBLO. 6 Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos, alzó la voz en el concilio: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos. 7 Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, mas los fariseos creen todo esto. 9 Se produjo entonces un gran alboroto; y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos, discutían acaloradamente, diciendo: No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado? 10 Y al surgir un gran altercado, el comandante tuvo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, y ordenó que las tropas descendieran, lo sacaran de entre ellos a la fuerza y lo llevaran al cuartel. 11 A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma. 12 Cuando se hizo de día, los judíos tramaron una conspiración y se comprometieron bajo juramento, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo. 13 Y los que tramaron esta conjura eran más de cuarenta, 14 los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nos hemos comprometido bajo solemne juramento a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo 15 Ahora pues, vosotros y el concilio, avisad al comandante para que lo haga comparecer ante vosotros, como si quisierais hacer una investigación más minuciosa para resolver su caso; nosotros por nuestra parte estamos listos para matarlo antes de que llegue. 16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada, y fue y entró al cuartel, y dio aviso a Pablo. 17 Y Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven al comandante, porque tiene algo que informarle. 18 El entonces, tomándolo consigo, lo condujo al comandante, y le dijo<***>: Pablo, el preso, me llamó y me pidió que te trajera a este joven, pues tiene algo que decirte. 19 Y el comandante, tomándolo de la mano, y llevándolo aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que me tienes que informar 20 Y él respondió: Los judíos se han puesto de acuerdo en pedirte que mañana lleves a Pablo al concilio con el pretexto de hacer una indagación más a fondo sobre él. 21 Pero no les prestes atención, porque más de cuarenta hombres de ellos, que se han comprometido bajo juramento a no comer ni beber hasta que lo hayan matado, esperan emboscados; ya están listos esperando promesa de parte tuya 22 Entonces el comandante dejó ir al joven, encomendándole: No digas a nadie que me has informado de estas cosas. 23 Y llamando a dos de los centuriones, dijo: Preparad doscientos soldados para la hora tercera de la noche , con setenta jinetes y doscientos lanceros, para que vayan a Cesarea. 24 Debían preparar también cabalgaduras para Pablo, y llevarlo a salvo al gobernador Félix. 25 Y el comandante escribió una carta en estos términos: 26 Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix: Salud. 27 Cuando este hombre fue arrestado por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, al saber que era romano, fui con las tropas y lo rescaté. 28 Y queriendo cerciorarme de la causa por la cual lo acusaban, lo llevé a su concilio 29 y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su ley, pero no de ningún cargo que mereciera muerte o prisión. 30 Cuando se me informó de que había una conjura en contra del hombre, te lo envié enseguida, instruyendo también a sus acusadores que presenten los cargos contra él delante de ti . 31 Así que los soldados, de acuerdo con las órdenes que tenían, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris. 32 Y al día siguiente regresaron al cuartel dejando que los de a caballo siguieran con él, 33 los cuales, después de llegar a Cesarea y de entregar la carta al gobernador, le presentaron también a Pablo. 34 Cuando la leyó, preguntó de qué provincia era; y al enterarse de que era de Cilicia, 35 dijo: Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores. Y mandó que lo guardaran en el Pretorio de Herodes.
1 Cinco días más tarde el sumo sacerdote Ananías descendió con algunos ancianos y con un abogado llamado Tértulo; y presentaron al gobernador sus cargos contra Pablo. 2 Después que llamaron a Pablo, Tértulo comenzó a acusarlo, diciendo al gobernador: Ya que por ti hemos obtenido mucha paz, y que por providencia tuya se están llevando a cabo reformas en favor de esta nación, 3 nosotros, por todos los medios y en todas partes, reconocemos esto con profunda gratitud, oh excelentísimo Félix. 4 Pero para no importunarte más, te suplico que, con tu habitual bondad, nos concedas una breve audiencia. 5 Pues hemos descubierto que este hombre es verdaderamente una plaga, y que provoca disensiones entre todos los judíos por el mundo entero , y es líder de la secta de los nazarenos. 6 Hasta trató de profanar el templo; entonces lo arrestamos y quisimos juzgarlo conforme a nuestra ley. 7 Pero interviniendo el comandante Lisias, con gran violencia lo quitó de nuestras manos, 8 mandando a sus acusadores que vinieran a ti. Si tú mismo lo interrogas sobre todo lo que he dicho, podrás confirmar las cosas de que lo acusamos. 9 Los judíos se unieron también a la acusación, asegurando que, efectivamente, así era todo. 10 Después que el gobernador le hizo una señal para que hablara, Pablo respondió: Sabiendo que por muchos años tú has sido juez de esta nación, con gusto presento mi defensa, 11 puesto que tú puedes comprobar el hecho de que no hace más de doce días que subí a Jerusalén a adorar. 12 Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad misma me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto. 13 Ni tampoco pueden probarte de lo que ahora me acusan. 14 Pero esto admito ante ti, que según el Camino que ellos llaman secta, yo sirvo al Dios de nuestros padres, creyendo todo lo que es conforme a la ley y que está escrito en los profetas; 15 teniendo la misma esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos. 16 Por esto, yo también me esfuerzo por conservar siempre una conciencia irreprensible delante de Dios y delante de los hombres. 17 Y, después de varios años, he venido para traer limosnas a mi nación y a presentar ofrendas; 18 haciendo lo cual me encontraron en el templo, después de haberme purificado, no con multitud ni con alboroto. Pero estaban allí ciertos judíos de Asia, 19 y que deberían haberse presentado aquí ante ti y acusarme si tuvieran algo contra mí. 20 O si no, que éstos mismos digan qué delito encontraron cuando comparecí ante el concilio, 21 a no ser por esta sola declaración que hice en alta voz mientras estaba entre ellos: "Por la resurrección de los muertos soy juzgado hoy ante vosotros." 22 Entonces Félix, conociendo con mayor exactitud acerca del Camino, pospuso el fallo, diciendo: Cuando venga el comandante Lisias decidiré vuestro caso. 23 Y dio órdenes al centurión de que guardara a Pablo bajo custodia, pero con alguna medida de libertad, y que no impidiera a ninguno de sus amigos que lo sirvieran. 24 Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer, que era judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. 25 Y al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix, atemorizado dijo: Vete por ahora, pero cuando tenga tiempo te mandaré llamar. 26 Al mismo tiempo, tenía esperanza de que Pablo le diera dinero; por eso acostumbraba llamarlo con frecuencia y conversar con él. 27 Pero transcurridos dos años, Porcio Festo llegó como sucesor de Félix, y deseando hacer un favor a los judíos, Félix dejó preso a Pablo.
1 Festo, entonces, tres días después de haber llegado a la provincia, subió a Jerusalén desde Cesarea. 2 Y los principales sacerdotes y los judíos más influyentes le presentaron acusaciones contra Pablo, e instaban a Festo, 3 pidiéndole, contra Pablo, el favor de que lo hiciera traer a Jerusalén (preparando ellos, al mismo tiempo, una emboscada para matarlo en el camino). 4 Pero Festo respondió que Pablo estaba bajo custodia en Cesarea, y que en breve él mismo partiría para allá. 5 Por tanto, dijo<***>, que los más influyentes de vosotros vayan allá conmigo, y si hay algo malo en el hombre, que lo acusen. 6 Después de haberse quedado no más de ocho o diez días entre ellos, descendió a Cesarea, y al día siguiente se sentó en el tribunal y ordenó que trajeran a Pablo. 7 Cuando éste llegó, lo rodearon los judíos que habían descendido de Jerusalén, presentando contra él muchas y graves acusaciones que no podían probar, 8 mientras Pablo decía en defensa propia: No he cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el César. 9 Pero Festo, queriendo hacer un favor a los judíos, respondió a Pablo, y dijo: ¿Estás dispuesto a subir a Jerusalén y a ser juzgado delante de mí por estas acusaciones? 10 Entonces Pablo respondió: Ante el tribunal del César estoy, que es donde debo ser juzgado. Ningún agravio he hecho a los judíos, como también tú muy bien sabes. 11 Si soy, pues, un malhechor y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir; pero si ninguna de esas cosas de que éstos me acusan es verdad, nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César. 12 Entonces Festo, habiendo deliberado con el consejo, respondió: Al César has apelado, al César irás. 13 Pasados varios días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea y fueron a saludar a Festo. 14 Como estuvieron allí muchos días, Festo presentó el caso de Pablo ante el rey, diciendo: Hay un hombre que Félix dejó preso, 15 acerca del cual, estando yo en Jerusalén, los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusaciones contra él, pidiendo sentencia condenatoria contra él. 16 Yo les respondí que no es costumbre de los romanos entregar a un hombre sin que antes el acusado confronte a sus acusadores, y tenga la oportunidad de defenderse de los cargos. 17 Así que cuando se reunieron aquí, sin ninguna demora, al día siguiente me senté en el tribunal y ordené traer al hombre. 18 Y levantándose los acusadores, presentaban acusaciones contra él, pero no de la clase de crímenes que yo suponía, 19 sino que simplemente tenían contra él ciertas cuestiones sobre su propia religión, y sobre cierto Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirmaba que estaba vivo. 20 Pero estando yo perplejo cómo investigar estas cuestiones, le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén y ser juzgado de estas cosas allá. 21 Pero como Pablo apeló que se lo tuviera bajo custodia para que el emperador diera el fallo, ordené que continuase bajo custodia hasta que yo lo enviara al César. 22 Entonces Agripa dijo a Festo: A mí también me gustaría oír al hombre. Mañanadijo<***> Festolo oirás. 23 Así que al día siguiente, cuando Agripa y Berenice entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por los comandantes y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo. 24 Y Festo dijo<***>: Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; aquí veis a este hombre acerca de quien toda la multitud de los judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hizo una petición declarando a gritos que no debe vivir más. 25 Pero yo encontré que no había hecho nada digno de muerte; y como él mismo apeló al emperador, he decidido enviarlo. 26 Pero no tengo nada definido sobre él para escribirle a mi señor. Por eso lo he traído ante vosotros, y especialmente ante ti, rey Agripa, para que después de que se le interrogue, yo tenga algo que escribir. 27 Porque me parece absurdo, al enviar un preso, no informar también de los cargos en su contra.
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