1 ¡Oh SEÑOR, cómo se han multiplicado mis adversarios! Muchos se levantan contra mí. 2 Muchos dicen de mi alma: Para él no hay salvación en Dios. (Selah ) 3 Mas tú, SEÑOR, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 4 Con mi voz clamé al SEÑOR, y El me respondió desde su santo monte. (Selah) 5 Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene. 6 No temeré a los diez millares de enemigos que se han puesto en derredor contra mí. 7 ¡Levántate, SEÑOR! ¡Sálvame, Dios mío! Porque tú hieres a todos mis enemigos en la mejilla; rompes los dientes de los impíos. 8 La salvación es del SEÑOR. ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición! (Selah)
1 Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia. En la angustia me has aliviado; ten piedad de mí, escucha mi oración. 2 Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiaréis mi honra en deshonra? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad y buscaréis la mentira? (Selah) 3 Sabed, pues, que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí; el SEÑOR oye cuando a El clamo. 4 Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad. (Selah) 5 Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR. 6 Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? ¡Alza, oh SEÑOR, sobre nosotros la luz de tu rostro! 7 Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto. 8 En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, SEÑOR, me haces habitar seguro. flauta. Salmo de David.
1 Escucha mis palabras, oh SEÑOR; considera mi lamento. 2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque es a ti a quien oro. 3 Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré. 4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo. 5 Los que se jactan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruyes a los que hablan falsedad; el SEÑOR abomina al hombre sanguinario y engañador. 7 Mas yo, por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; me postraré en tu santo templo con reverencia. 8 SEÑOR, guíame en tu justicia por causa de mis enemigos; allana delante de mí tu camino. 9 Porque no hay sinceridad en lo que dicen; destrucción son sus entrañas, sepulcro abierto es su garganta; con su lengua hablan lisonjas. 10 Tenlos por culpables, oh Dios; ¡que caigan por sus mismas intrigas! Echalos fuera por la multitud de sus transgresiones, porque se rebelan contra ti. 11 Pero alégrense todos los que en ti se refugian; para siempre canten con júbilo, porque tú los proteges; regocíjense en ti los que aman tu nombre. 12 Porque tú, oh SEÑOR, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de tu favor.
1 SEÑOR, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu furor. 2 Ten piedad de mí, SEÑOR, pues languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen. 3 Mi alma también está muy angustiada; y tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo? 4 Vuélvete, SEÑOR, rescata mi alma; sálvame por tu misericordia. 5 Porque no hay en la muerte memoria de ti; en el Seol ¿quién te alabará? 6 Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama. 7 Se consumen de sufrir mis ojos; han envejecido a causa de todos mis adversarios. 8 Apartaos de mí, todos los que hacéis iniquidad, porque el SEÑOR ha oído la voz de mi llanto. 9 El SEÑOR ha escuchado mi súplica; el SEÑOR recibe mi oración. 10 Todos mis enemigos serán avergonzados y se turbarán en gran manera; se volverán, y de repente serán avergonzados. de Cus, el Benjamita.
1 Oh SEÑOR, Dios mío, en ti me refugio; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, 2 no sea que alguno desgarre mi alma cual león, despedazándola sin que haya quien me libre. 3 Oh SEÑOR, Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos injusticia, 4 si he pagado con el mal al que estaba en paz conmigo, o he despojado al que sin causa era mi adversario, 5 que persiga el enemigo mi alma y la alcance; que pisotee en tierra mi vida, y eche en el polvo mi gloria. (Selah) 6 Levántate, oh SEÑOR, en tu ira; álzate contra la furia de mis adversarios, y despiértate en favor mío; tú has establecido juicio. 7 Que te rodee la asamblea de los pueblos, y tú en lo alto regresa sobre ella. 8 El SEÑOR juzga a los pueblos; júzgame oh SEÑOR, conforme a mi justicia y a la integridad que hay en mí. 9 Acabe la maldad de los impíos, mas establece tú al justo, pues el Dios justo prueba los corazones y las mentes . 10 Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón. 11 Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío. 12 Y si el impío no se arrepiente, El afilará su espada; tensado y preparado está su arco. 13 Ha preparado también sus armas de muerte; hace de sus flechas saetas ardientes. 14 He aquí, con la maldad sufre dolores, y concibe la iniquidad y da a luz el engaño. 15 Ha cavado una fosa y la ha ahondado, y ha caído en el hoyo que hizo. 16 Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su violencia descenderá sobre su coronilla. 17 Daré gracias al SEÑOR conforme a su justicia, y cantaré alabanzas al nombre del SEÑOR, el Altísimo.
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