16 El aspecto de las ruedas y su hechura era como el brillo del crisólito, y las cuatro tenían la misma forma; su aspecto y su hechura eran como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda. 17 Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban. 18 Sus aros eran altos e imponentes, y los aros de las cuatro estaban llenos de ojos alrededor. 19 Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas se movían con ellos. Y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas también se levantaban. 20 Y adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban juntamente con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. 21 Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se detenían, se detenían ellas. Y cuando ellos se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. 22 Sobre las cabezas de los seres vivientes había algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas. 23 Y debajo del firmamento sus alas se extendían derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro. 24 Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso , un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar; cuando se detenían, bajaban sus alas. 25 También hubo un ruido por encima del firmamento que había sobre sus cabezas; cuando se detenían, bajaban sus alas. 26 Y sobre el firmamento que estaba por encima de sus cabezas había algo semejante a un trono, de aspecto como de piedra de zafiro; y en lo que se asemejaba a un trono, sobre él, en lo más alto, había una figura con apariencia de hombre. 27 Entonces vi en lo que parecían sus lomos y hacia arriba, algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y había un resplandor a su alrededor. 28 Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así era el aspecto del resplandor en derredor. Tal era el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando lo vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.
1 Y me dijo: Hijo de hombre, ponte en pie para que yo te hable. 2 Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso en pie; y oí al que me hablaba. 3 Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí hasta este mismo día. 4 A los hijos de duro semblante y corazón empedernido, a quienes te envío, les dirás: Así dice el Señor DIOS. 5 Y ellos, escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no temas, no temas ni a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones; no temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde. 7 Les hablarás mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son rebeldes. 8 Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy. 9 Entonces miré, y he aquí, una mano estaba extendida hacia mí, y en ella había un libro en rollo. 10 El lo desenrolló delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y en él estaban escritas lamentaciones, gemidos y ayes.
1 Yél me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante; come este rollo, y ve, habla a la casa de Israel. 2 Abrí, pues, mi boca, y me dio a comer el rollo. 3 Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel. 4 Me dijo además: Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible y lengua difícil, sino a la casa de Israel; 6 tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán. 7 Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón. 8 He aquí, he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes. 9 Como esmeril, más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde. 10 Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo, y escúchalas atentamente. 11 Y ve a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: "Así dice el Señor DIOS." 12 Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar. 13 Oí el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador. 14 Y el Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí. 15 Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos. 16 Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo:
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