14 ¿A quién pidió consejo y quién le dio entendimiento? ¿Quién le instruyó en la senda de la justicia, le enseñó conocimiento, y le mostró el camino de la inteligencia? 15 He aquí, las naciones son como gota en un cubo, y son estimadas como grano de polvo en la balanza; he aquí, El levanta las islas como al polvo fino. 16 El Líbano no basta para el fuego, ni bastan sus bestias para el holocausto. 17 Todas las naciones ante El son como nada, menos que nada e insignificantes son consideradas por El. 18 ¿A quién, pues, asemejaréis a Dios, o con qué semejanza le compararéis? 19 El artífice funde el ídolo, el orfebre lo recubre de oro y el platero le hace cadenas de plata. 20 El que es muy pobre para tal ofrenda escoge un árbol que no se pudra; se busca un hábil artífice para erigir un ídolo que no se tambalee. 21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿No os lo han anunciado desde el principio? ¿No lo habéis entendido desde la fundación de la tierra? 22 El es el que está sentado sobre la redondez de la tierra, cuyos habitantes son como langostas; El es el que extiende los cielos como una cortina y los despliega como una tienda para morar. 23 El es el que reduce a la nada a los gobernantes, y hace insignificantes a los jueces de la tierra. 24 Apenas han sido plantados, apenas han sido sembrados, apenas ha arraigado en la tierra su tallo, cuando El sopla sobre ellos, y se secan, y la tempestad como hojarasca se los lleva. 25 ¿A quién, pues, me haréis semejante para que yo sea su igual?dice el Santo. 26 Alzad a lo alto vuestros ojos y ved quién ha creado estos astros: el que hace salir en orden a su ejército, y a todos llama por su nombre. Por la grandeza de su fuerza y la fortaleza de su poder no falta ni uno. 27 ¿Por qué dices, Jacob, y afirmas, Israel: Escondido está mi camino del SEÑOR, y mi derecho pasa inadvertido a mi Dios? 28 ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable. 29 El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. 30 Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan, 31 pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
1 Guardad silencio ante mí, costas, y renueven sus fuerzas los pueblos; acérquense y entonces hablen, juntos vengamos a juicio. 2 ¿Quién ha levantado del oriente al que El llama en justicia a sus pies? Ante El entrega naciones, y a reyes somete. Los deja como polvo con su espada, como hojarasca dispersa con su arco. 3 Los persigue, pasando seguros por una senda por donde no habían andado sus pies. 4 ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, el SEÑOR, soy el primero, y con los postreros soy. 5 Las costas han visto y temen, tiemblan los confines de la tierra, se han acercado y han venido. 6 Cada uno ayuda a su prójimo, y dice a su hermano: Sé fuerte. 7 El artífice anima al fundidor, y el que alisa a martillo al que bate el yunque, diciendo de la soldadura: Está bien. Entonces asegura su obra con clavos, para que no se mueva. 8 Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob, a quien he escogido, descendiente de Abraham, mi amigo; 9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra, y desde sus lugares más remotos te llamé, y te dije: "Mi siervo eres tú; yo te he escogido y no te he rechazado:" 10 No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán como nada y perecerán. 12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás; serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra. 13 Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: "No temas, yo te ayudaré." 14 No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel; yo te ayudarédeclara el SEÑORy tu Redentor es el Santo de Israel. 15 He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo; trillarás los montes y los harás polvo, y los collados dejarás como hojarasca. 16 Los aventarás, el viento se los llevará, y la tempestad los dispersará; pero tú te regocijarás en el SEÑOR, en el Santo de Israel te gloriarás. 17 Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay, su lengua está reseca de sed. Yo, el SEÑOR, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. 18 Abriré ríos en las alturas desoladas, y manantiales en medio de los valles; transformaré el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales. 19 Pondré en los desiertos el cedro, la acacia, el mirto y el olivo; pondré en el yermo el ciprés, junto con el olmo y el boj, 20 para que vean y entiendan, consideren y comprendan a una que la mano del SEÑOR ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado. 21 Presentad vuestra causadice el SEÑOR. Exponed vuestros fuertes argumentos dice el Rey de Jacob. 22 Que expongan y nos declaren lo que ha de suceder. En cuanto a los hechos anteriores, declarad lo que fueron, para que los consideremos y sepamos su resultado, o bien, anunciadnos lo que ha de venir.
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