9 Su inmundicia está en sus faldas; no consideró su futuro, y ha caído de manera sorprendente; no hay quien la consuele. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque se ha engrandecido el enemigo.
10 El adversario ha extendido su mano a todos sus tesoros; ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario, a las que tú ordenaste que no entraran en tu congregación.
11 Todo su pueblo gime buscando pan; han dado sus tesoros a cambio de comida para restaurar sus vidas. Mira, oh SEÑOR, y observa que estoy despreciada.
12 Vosotros todos los que pasáis por el camino, ¿no os importa esto? Observad y ved si hay dolor como mi dolor, con el que fui atormentada, con el que el SEÑOR me afligió el día de su ardiente ira.
13 Desde lo alto El envió fuego que penetró en mis huesos. Ha tendido una red a mis pies, me ha hecho volver atrás, me ha dejado desolada, desfallecida todo el día.
14 Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, por su mano han sido entrelazadas, han caído sobre mi cuello. El ha hecho que me falten las fuerzas; el Señor me ha entregado en manos contra las cuales no puedo resistir.
15 A todos mis valientes ha rechazado el Señor de en medio de mí; ha convocado contra mí un tiempo determinado para quebrantar a mis jóvenes; el Señor ha hollado como en un lagar a la virgen hija de Judá.
16 Por estas cosas lloro yo; mi ojo, mi ojo derrama agua, porque lejos de mí está el consolador, el que reanima mi alma. Mis hijos están desolados porque ha prevalecido el enemigo.
17 Sion extiende sus manos, no hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob que los que lo rodean sean sus adversarios; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.
18 El SEÑOR es justo, pues me he rebelado contra su mandamiento. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor: mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio.
19 Llamé a mis amantes, mas ellos me han engañado. Mis sacerdotes y mis ancianos han perecido en la ciudad, cuando buscaban alimento para sí a fin de restaurar sus fuerzas.
20 Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; hierven mis entrañas, mi corazón se revuelve dentro de mí, porque he sido muy rebelde. En la calle la espada mata a , en la casa es como la muerte.
21 Han oído que gimo, y no hay quien me consuele. Todos mis enemigos han oído de mi mal, se regocijan de que tú lo hayas hecho. ¡Oh, si tú trajeras el día que has anunciado, para que sean ellos como yo!
22 Venga toda su maldad delante de ti, y trátalos como a mí me has tratado por todas mis transgresiones; porque son muchos mis gemidos, y desfallece mi corazón.

Otras traducciones de Lamentaciones 1:9

English Standard Version ESV

Lamentations 1:9 Her uncleanness was in her skirts; she took no thought of her future; therefore her fall is terrible; she has no comforter. "O LORD, behold my affliction, for the enemy has triumphed!"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

9 Tet: Sus inmundicias están en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido

King James Version KJV

9 Her filthiness is in her skirts; she remembereth not her last end; therefore she came down wonderfully: she had no comforter. O LORD, behold my affliction: for the enemy hath magnified himself.

New King James Version NKJV

9 Her uncleanness is in her skirts; She did not consider her destiny; Therefore her collapse was awesome; She had no comforter. "O Lord, behold my affliction, For the enemy is exalted!"

Nueva Traducción Viviente NTV

Lamentaciones 1:9 Se deshonró a sí misma con inmoralidad
y no pensó en su futuro.
Ahora yace en una zanja
y no hay nadie que la saque.
«S
, mira mi sufrimiento —gime—,
el enemigo ha triunfado».

Nueva Versión Internacional NVI

9 Sus vestidos están llenos de inmundicia;no tomó en cuenta lo que le esperaba.Su caída fue sorprendente;no hubo nadie que la consolara.«¡Mira, SEÑOR, mi aflicción!¡El enemigo ha triunfado!»

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

9 Sus inmundicias en sus faldas; no se acordó de su postrimería: Por tanto ella ha descendido maravillosamente, no tiene consolador. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

9 Tet : Sus inmundicias están en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
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