4 La haré salirdeclara el SEÑOR de los ejércitosy entrará en casa del ladrón y en casa del que jura por mi nombre en falso; y pasará la noche dentro de su casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras. 5 Salió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos y mira qué es esto que sale. 6 Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Esto es el efa que sale. Y añadió: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. 7 Y he aquí, una tapa de plomo fue levantada, y había una mujer sentada dentro del efa. 8 Entonces dijo: Esta es la Maldad. Y la arrojó al interior del efa y arrojó la tapa de plomo sobre su abertura. 9 Luego alcé los ojos y miré, y he aquí dos mujeres salían con el viento en sus alas; y tenían alas como alas de cigueña, y alzaron el efa entre la tierra y el cielo. 10 Dije entonces al ángel que hablaba conmigo: ¿Adónde llevan el efa? 11 Y me respondió: A la tierra de Sinar para edificarle un templo; y cuando esté preparado, será asentado allí sobre su base.
1 Alcé de nuevo mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y los montes eran montes de bronce. 2 Del primer carro tiraban caballos rojos, del segundo carro caballos negros, 3 del tercer carro caballos blancos y del cuarto carro fuertes caballos tordos. 4 Entonces hablé, y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos, señor mío? 5 Y el ángel contestó, y me dijo: Estos son los cuatro vientos del cielo que salen después de presentarse ante el Señor de toda la tierra. 6 Con uno de ellos salen los caballos negros hacia la tierra del norte, y los blancos salen tras ellos, mientras los tordos salen hacia la tierra del sur. 7 Briosos salían, impacientes por ir a recorrer la tierra. Y El dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. 8 Entonces me llamó y me habló, diciendo: Mira, los que salen hacia la tierra del norte aplacan mi espíritu en la tierra del norte. 9 Y vino la palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 10 Toma ofrendas de los desterrados, de Heldai, de Tobías y de Jedaías; y el mismo día ve y entra en la casa de Josías, hijo de Sofonías, adonde ellos han llegado de Babilonia. 11 Toma plata y oro, haz una corona y ponla en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. 12 Y háblale, diciendo: "Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR. 13 'Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios.'" 14 La corona será para Helem, Tobías, Jedaías y Hen, hijo de Sofonías, como recuerdo en el templo del SEÑOR. 15 Y los que están lejos vendrán y reedificarán el templo del SEÑOR. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Esto sucederá si escucháis obedientes la voz del SEÑOR vuestro Dios.
1 Y sucedió que en el año cuarto del rey Darío vino la palabra del SEÑOR a Zacarías el cuarto día del mes noveno, Quisleu. 2 La aldea de Betel había enviado a Sarezer, a Regem-melec y a sus hombres a implorar el favor del SEÑOR, 3 y a hablar a los sacerdotes que eran de la casa del SEÑOR de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Debemos llorar en el mes quinto y abstenernos como lo hemos hecho durante tantos años? 4 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR de los ejércitos, diciendo: 5 Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes, y di: "Cuando ayunabais y os lamentabais en el quinto y el séptimo mes durante estos setenta años, ¿ayunabais en verdad por mí? 6 "Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos? 7 "¿No son estas las palabras que el SEÑOR proclamó por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba habitada y próspera con sus ciudades a su alrededor, y el Neguev y la tierra baja estaban habitados?" 8 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Zacarías, diciendo: 9 Así ha dicho el SEÑOR de los ejércitos: Juicio verdadero juzgad, y misericordia y compasión practicad cada uno con su hermano. 10 "No oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni traméis el mal en vuestros corazones unos contra otros." 11 Pero ellos rehusaron escuchar y volvieron la espalda rebelde y se taparon los oídos para no oír. 12 Y endurecieron sus corazones como el diamante para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos había enviado por su Espíritu, por medio de los antiguos profetas; vino, pues, gran enojo de parte del SEÑOR de los ejércitos. 13 Y sucedió que, como yo había clamado y ellos no habían querido escuchar, así ellos clamaron y yo no quise escuchardice el SEÑOR de los ejércitos 14 sino que los dispersé en torbellino entre todas las naciones que no conocían. Y la tierra fue desolada tras ellos, sin que nadie fuera ni viniera; convirtieron la tierra deseable en desolación.
1 Y vino la palabra del SEÑOR de los ejércitos, diciendo: 2 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "He celado a Sion con gran celo, sí, con gran furor la he celado." 3 Así dice el SEÑOR: "Volveré a Sion y en medio de Jerusalén moraré. Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del SEÑOR de los ejércitos, Monte Santo." 4 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Aún se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada uno con su bastón en la mano por causa de sus muchos días. 5 "Y las calles de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles."
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