128 Cada uno de tus mandamientos es recto,<br />por eso detesto todo camino falso. 129 Pe<br />Tus leyes son maravillosas.<br />¡Con razón las obedezco! 130 La enseñanza de tu palabra da luz,<br />de modo que hasta los simples pueden entender. 131 Abro la boca y jadeo<br />anhelando tus mandatos. 132 Ven y muéstrame tu misericordia,<br />como lo haces con todos los que aman tu nombre. 133 Guía mis pasos conforme a tu palabra,<br />para que no me domine el mal. 134 Rescátame de la opresión de la gente malvada,<br />entonces podré obedecer tus mandamientos. 135 Mírame con amor;<br />enséñame tus decretos. 136 Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos,<br />porque la gente desobedece tus enseñanzas. 137 Tsade<br />Oh Señor<br />, tú eres recto,<br />y tus ordenanzas son justas. 138 Tus leyes son perfectas<br />y absolutamente confiables. 139 La indignación me agobia,<br />porque mis enemigos despreciaron tus palabras. 140 Tus promesas fueron sometidas a una prueba rigurosa;<br />por eso las amo tanto. 141 Soy insignificante y despreciado,<br />pero no olvido tus mandamientos. 142 Tu justicia es eterna,<br />y tus enseñanzas son totalmente ciertas. 143 Cuando la presión y el estrés se me vienen encima,<br />yo encuentro alegría en tus mandatos. 144 Tus leyes siempre tienen razón;<br />ayúdame a entenderlas para poder vivir. 145 Cof<br />Oro con todo el corazón; ¡respóndeme, Señor<br />!<br />Obedeceré tus decretos. 146 A ti clamo; rescátame<br />para que pueda obedecer tus leyes. 147 Me levanto temprano, antes de que salga el sol;<br />clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras. 148 Me quedo despierto durante toda la noche,<br />pensando en tu promesa. 149 Oh Señor<br />, en tu fiel amor oye mi clamor,<br />que el seguir tus ordenanzas me reanime. 150 Los que no respetan la ley vienen a atacarme;<br />viven alejados de tus enseñanzas. 151 Pero tú estás cerca, oh Señor<br />,<br />y todos tus mandatos son ciertos. 152 Desde los primeros días<br />sé que tus leyes durarán para siempre. 153 Resh<br />Mira mi sufrimiento y rescátame,<br />porque no me he olvidado de tus enseñanzas. 154 ¡Defiende mi caso, ponte de mi lado!<br />Protege mi vida como lo prometiste. 155 Los perversos están lejos de ser rescatados,<br />porque no se interesan en tus decretos. 156 Señor<br />, qué grande es tu misericordia;<br />que el seguir tus ordenanzas me reanime. 157 Muchos me persiguen y me molestan,<br />sin embargo, no me he desviado de tus leyes. 158 Ver a esos traidores me enferma el corazón,<br />porque no les importa nada tu palabra. 159 Mira cómo amo tus mandamientos, Señor<br />.<br />Por tu amor inagotable, devuélveme la vida. 160 La esencia misma de tus palabras es verdad;<br />tus justas ordenanzas permanecerán para siempre. 161 Shin<br />Gente poderosa me acosa sin razón,<br />pero mi corazón tiembla sólo ante tu palabra. 162 Me alegro en tu palabra<br />como alguien que descubre un gran tesoro. 163 Odio y detesto toda falsedad,<br />pero amo tus enseñanzas. 164 Te alabaré siete veces al día<br />porque todas tus ordenanzas son justas. 165 Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz<br />y no tropiezan. 166 Anhelo que me rescates, Señor<br />,<br />por eso, he obedecido tus mandatos. 167 Obedecí tus leyes,<br />porque las amo mucho. 168 Así es, obedezco tus leyes y tus mandamientos<br />porque tú sabes todo lo que hago. 169 Tau<br />Oh Señor<br />, escucha mi clamor;<br />dame la capacidad de discernir que me prometiste. 170 Escucha mi oración;<br />rescátame como lo prometiste. 171 Que la alabanza fluya de mis labios,<br />porque me has enseñado tus decretos. 172 Que mi lengua cante de tu palabra,<br />porque todos tus mandatos son correctos. 173 Tiéndeme una mano de ayuda,<br />porque opté por seguir tus mandamientos. 174 Oh Señor<br />, he anhelado que me rescates,<br />y tus enseñanzas son mi deleite. 175 Déjame vivir para que pueda alabarte,<br />y que tus ordenanzas me ayuden. 176 He andado descarriado como una oveja perdida;<br />ven a buscarme,<br />porque no me he olvidado de tus mandatos.
1 Salmo 120<br />Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.<br />Llevé mis problemas al Señor<br />;<br />clamé a él, y respondió a mi oración. 2 Rescátame, oh Señor<br />, de los mentirosos<br />y de todos los embusteros. 3 ¡Ay, lengua engañosa! ¿Qué hará Dios contigo?<br />¿Cómo aumentará tu castigo? 4 Te atravesarán con flechas afiladas<br />y te quemarán con brasas encendidas. 5 Cuánto sufro en el lejano Mesec.<br />Me duele habitar en el distante Cedar. 6 Estoy cansado de vivir<br />entre personas que odian la paz. 7 Busco la paz;<br />pero, cuando hablo de paz, ¡ellos quieren guerra!
1 Salmo 121<br />Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.<br />Levanto la vista hacia las montañas,<br />¿viene de allí mi ayuda? 2 ¡Mi ayuda viene del Señor<br />,<br />quien hizo el cielo y la tierra! 3 Él no permitirá que tropieces;<br />el que te cuida no se dormirá. 4 En efecto, el que cuida a Israel<br />nunca duerme ni se adormece. 5 ¡El Señor<br /> mismo te cuida!<br />El Señor<br /> está a tu lado como tu sombra protectora. 6 El sol no te hará daño durante el día,<br />ni la luna durante la noche. 7 El Señor<br /> te libra de todo mal<br />y cuida tu vida. 8 El Señor<br /> te protege al entrar y al salir,<br />ahora y para siempre.
1 Salmo 122<br />Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.<br />Me alegré cuando me dijeron:<br />«Vayamos a la casa del Señor<br />». 2 Y ahora, aquí estamos,<br />de pie dentro de tus puertas, oh Jerusalén. 3 Jerusalén es una ciudad bien construida;<br />sus murallas compactas son impenetrables. 4 Todas las tribus de Israel —que son el pueblo del Señor<br />—<br />peregrinan hasta aquí.<br />Vienen a dar gracias al nombre del Señor<br />,<br />como la ley requiere de Israel. 5 Aquí están los tronos donde se emiten los juicios,<br />los tronos de la dinastía de David. 6 Oren por la paz de Jerusalén;<br />que todos los que aman a esta ciudad prosperen. 7 Oh Jerusalén, que haya paz dentro de tus murallas<br />y prosperidad en tus palacios. 8 Por amor a mi familia y a mis amigos, diré:<br />«Que tengas paz». 9 Por amor a la casa del Señor<br /> nuestro Dios,<br />buscaré lo mejor para ti, oh Jerusalén.
1 Salmo 123<br />Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.<br />Levanto mis ojos a ti,<br />oh Dios, entronizado en el cielo. 2 Seguimos buscando la misericordia del Señor<br /> nuestro Dios,<br />así como los sirvientes fijan los ojos en su amo<br />y la esclava observa a su ama, atenta al más mínimo gesto.
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