17Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos; que desciendan en silencio al Seol.18Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio.19¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres!20De las conspiraciones de los hombres tú los escondes en lo secreto de tu presencia; en un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas.21Bendito sea el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para mí en ciudad asediada.22Y yo alarmado, decía: ¡Cortado soy de delante de tus ojos! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba.23¡Amad al SEÑOR, todos sus santos! El SEÑOR preserva a los fieles, y retribuye plenamente a los que obran con soberbia.24Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el SEÑOR.
1¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto!2¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño!3Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día.4Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)5Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al SEÑOR; y tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)6Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.7Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)8Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti.9No seáis como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; cuyos arreos incluyen bocado y freno para sujetarlos, porque si no, no se acercan a ti.10Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el SEÑOR, la misericordia lo rodeará.11Alegraos en el SEÑOR y regocijaos, justos; dad voces de júbilo, todos los rectos de corazón.
1Cantad de júbilo en el SEÑOR, oh justos; apropiada es para los rectos la alabanza.2Dad gracias al SEÑOR con la lira; cantadle alabanzas con el arpa de diez cuerdas.3Cantadle cántico nuevo; tañed con arte, con voz de júbilo.4Porque la palabra del SEÑOR es recta; y toda su obra es hecha con fidelidad.5El ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de la misericordia del SEÑOR.6Por la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca.7El junta las aguas del mar como un montón; pone en almacenes los abismos.8Tema al SEÑOR toda la tierra; tiemblen en su presencia todos los habitantes del mundo.9Porque El habló, y fue hecho; El mandó, y todo se confirmó.10El SEÑOR hace nulo el consejo de las naciones; frustra los designios de los pueblos.11El consejo del SEÑOR permanece para siempre, los designios de su corazón de generación en generación.12Bienaventurada la nación cuyo Dios es el SEÑOR, el pueblo que El ha escogido como herencia para sí.13El SEÑOR mira desde los cielos; El ve a todos los hijos de los hombres.14Desde el lugar de su morada El observa a todos los habitantes de la tierra;15El, que modela el corazón de cada uno de ellos; El, que todas las obras de ellos entiende.16El rey no se salva por gran ejército; ni es librado el valiente por la mucha fuerza.17Falsa esperanza de victoria es el caballo, ni con su mucha fuerza puede librar.18He aquí, los ojos del SEÑOR están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia,19para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en tiempos de hambre.20Nuestra alma espera al SEÑOR; El es nuestra ayuda y nuestro escudo;21pues en El se regocija nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado.22Sea sobre nosotros tu misericordia, oh SEÑOR, según hemos esperado en ti.
1Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.2En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los humildes y se regocijarán.3Engrandeced al SEÑOR conmigo, y exaltemos a una su nombre.4Busqué al SEÑOR, y El me respondió, y me libró de todos mis temores.5Los que a El miraron, fueron iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados.6Este pobre clamó, y el SEÑOR le oyó, y lo salvó de todas sus angustias.7El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.8Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!9Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen.10Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al SEÑOR no carecerán de bien alguno.11Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del SEÑOR.12¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien?13Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.14Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela.15Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.16El rostro del SEÑOR está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria.17Claman los justos, y el SEÑOR los oye, y los libra de todas sus angustias.18Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.