Pregunta: ¿Qué tienen en común los líderes de ministerio en la temporada navideña con el profeta Elías?       

Respuesta: Fatiga

 

Diciembre está pintado como un mes de comodidad y alegría… a menos de que seas pastor o líder en tu ministerio. Entonces, este es un tiempo de muchos calendarios llenos, presión de la temporada y una sensación de nunca tener tiempo para respirar.

¿Será que el programa de navidad será del agrado de todos?

¿Están listos todos los niños de la iglesia para la obra de teatro?

¿Podré hacer todo bien para satisfacer las expectativas de todos esta temporada de navidad?

Enfrentémoslo, La navidad ha sido romantizada en una celebración de expectativas épicas. Parte de esto puede deberse a los poemas y películas navideñas tanto seculares como religiosas.

Los ministros y líderes de la iglesia se quedan entre la espada y la pared sino pueden impresionar a todos y superar las expectativas de familias y gente que están en busca del siguiente show espectacular. O poder pasar las expectativas y esperar que el próximo año todo sea aún mejor.

No es de sorprenderse que muchos pastores y líderes de ministerio reaccionen el mes de diciembre como el profeta Jonás reaccionó aquella vez diciendo: “Ahora Dios, toma mi vida puesto que es mejor que muera a que viva (Jonás 4:3).         

Por supuesto lo anterior es una respuesta extrema y cómica para nuestros propósitos, pero demuestra la saturación de estas personas. Así que consideremos varias maneras de disfrutar la belleza de la navidad y evitar la fatiga.

Cuídate a ti mismo

Puede que suene egoísta, ¿no lo crees? Pues no lo es. Cuidarte a ti mismo es algo bíblico, no podemos servir al pueblo de Dios si no tenemos energías. Comer bien y poder dormir lo suficiente no son lujos. Considera el ejemplo del profeta Elías quien, con miedo, cabizbajo, y cansado respondió en manera igual que Jonás: “Él anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo: Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres” (1 Reyes 19:4). Después de esto, comió y durmió y lo repitió otra vez. Elías necesitaba fuerzas para poder seguir con sus tareas e igual lo necesitamos nosotros.  

Pon límites saludables

Como líderes de ministerio tenemos una responsabilidad hacia las personas que Dios nos ha encomendado servir. Pero también tenemos una responsabilidad para con nuestras familias. Cuando le quitamos tiempo valioso de más a nuestra familia para dárselo a la congregación estamos fuera de balance (Efesios 5:25).

Mantén a Dios con una perspectiva alta

Nuestra cultura occidental se ha encargado de reducir el rol de Dios al rol de Santa Claus. Muchas personas, incluyendo muchos cristianos, quieren dejar una lista de deseos por la noche y levantarse para ver que todo ha sido cumplido tal cual quieren. Como cristianos no estamos siendo buenos siervos y mayordomos a la reverencia hacia Dios con este tipo de perspectiva. Para cambiar las cosas tenemos que enseñar todas las cosas acerca de Dios y no solamente aquellas que nos dan una satisfacción instantánea. Dios es amor, es compasivo y nos perdona con su gracia. Pero también es un Dios de justicia, santo y soberano. Santa Claus no lo es.

Toma responsabilidad por las tareas que Dios te ha encomendado

El evangelista R.C. Sproul una vez dijo: “Dios nos ha confiado el ministerio del mundo a nosotros, no sus resultados.” Es nuestro deber manejar con cuidado la palabra de Dios y ministrar a las personas. Las respuestas fructíferas que nacen de los corazones cambiados son la responsabilidad de Dios de la cosecha.

Da consuelo, así como tu has sido consolada

La gente lastimada y en dolor pasa por mucho más dolor cuando las personas a sus alrededores parecen estar a todo dar. Hay algo en la temporada navideña que exacerba el dolor de la soledad cuando vemos que otras personas parece que lo tienen todo. A veces el dolor se mantiene por debajo de la superficie, pero puede desbordar en un instante. Para poder ministrar al pueblo de Dios durante esta temporada festiva, necesitamos primero atender nuestras propias dolencias. Dejando que Dios nos toque con su sanidad y calidez, entonces nosotros podremos hacer lo mismo con otros así como lo hemos experimentado (2 Corintios 1:3-4).

Toma tiempo para disfrutar la belleza de la temporada

Si puedes pasa un tiempo manejando por tu ciudad para poder ver las luces y los colores de las decoraciones. Asiste un concierto de navidad en alguna iglesia o alguna posada. Si tienes la oportunidad te recomiendo ir a ver una obra de teatro de niños, es de lo mas lindo.

La temporada navideña no tiene que consumirnos con estrés ni fatiga. Tenemos que ser intencionales para poder asegurar que la alegría de esta temporada también more en nosotros.

 

Ava Pennington enseña la Biblia en una clase de discipulado. Es también autora de Daily reflections on the names of God: A Devotional publicado por Revell Books y patrocinado por Kay Arthur.