42Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.43Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles.44Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;45vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno.46Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,47alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
9El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno.10Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros;11no seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor,12gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración,13contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad.14Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.15Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.16Tened el mismo sentir unos con otros; no seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
20Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo cuerpo.21Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito; ni tampoco la cabeza a los pies: No os necesito.22Por el contrario, la verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios;23y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de manera que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso,24ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Mas así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de ella,25a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros.26Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él.27Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él.