Nunca más

Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio para destruir a todos los mortales. Cada vez que aparezca el arco iris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto que establecí para siempre con todos los seres vivientes que hay sobre la tierra. Génesis 9:15b-16

Debido a las inundaciones ocurridas en Queensland, Australia, un área mayor a la superficie de Francia y Alemania juntas fue afectada. Como se podrán imaginar, los damnificados fueron muchos.

Cuando leí un artículo publicado por la BBC sobre este tema, algo que dijo Andrew Fraser, el Tesorero de Estado, me tomó por sorpresa. Él se refirió a las inundaciones diciendo que eran un desastre de “proporciones bíblicas”.

Se me ocurre que Andrew tiene que leer un poco más el libro de Génesis. Así verá que en Queensland nadie está construyendo un arca ni poniendo en fila a dos animales de cada especie; que las cimas de las montañas no están cubiertas de agua, y que la mayoría de la gente ha podido evacuar sus pertenencias e irse a un lugar seguro.

También hay otra razón por la cual estoy muy seguro de que esas inundaciones no son de proporciones bíblicas: Dios prometió que no permitiría que sucediera otro diluvio así.

Esto nos lleva al tema de esta devoción, que son las promesas de Dios.

Al contrario de lo que hacemos las personas, cuando Dios da su Palabra de que va a hacer algo, la cumple. Punto. No hay nada más que agregar.

Si Dios promete que nunca más va a mandar una inundación global, podemos estar seguros que así va a ser. Si promete enviar a su Hijo para ser sacrificado en nuestro lugar para salvarnos del pecado, del diablo, y de la muerte, podemos estar seguros que lo cumple.

Y si promete estar con nosotros siempre… escuchar nuestras oraciones… ayudarnos a cargar nuestras preocupaciones… podemos creer que lo va a hacer.

Todo esto tiene que ser motivo de consuelo… tanto para nosotros, como para la gente de Queensland que está sufriendo por las inundaciones… que no son de proporciones bíblicas.

ORACIÓN: Padre celestial, hoy traemos ante ti a todas las personas cuyas vidas y pertenencias están en peligro, y te pedimos que las protejas de sufrimientos y problemas y que todos, más allá de las circunstancias en que nos encontremos, volvamos nuestra mirada a Jesús. En su nombre. Amén.

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