Con Diseño Divino

Cuando de usar las redes sociales se trata

De la Palabra de Dios: “Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.” (Mateo 5:13, NTV)

La naturaleza de mi trabajo y ministerio hace que pase gran parte del tiempo frente a la computadora y eso implica que tenga muchas interacciones "cibernéticas".

Hace años, cuando todavía no existía este blog, ni tenía presencia en las redes a nivel público, me ponía a pensar cómo podía hacer mi parte para extender el reino de Dios. Cómo alcanzar otras vidas, cómo ser una influencia a nombre de Cristo.

Entonces llegué al mundo de Facebook, hace casi 10 años. Lo descubrí "por casualidad”.  Al principio fue meramente la emoción de volver a conectarme con amistades de quienes no había sabido en mucho tiempo. Sin embargo, poco a poco comencé a descubrir un mundo de posibilidades, una ventana de influencia que se abría desde la pantalla de mi computadora. Y bueno, luego vino el blog {aquí puedes leer un poquito de esa historia}, la página pública en Facebook, luego Twitter, Instagram, Pinterest.

Sí, las redes sociales ya son parte de mi vida, y probablemente de la tuya también, pero más que nada se han convertido en mi oportunidad de ser una influencia a nombre de Cristo. Quizá no pueda interactuar cara a cara con muchas personas todos los días, pero puedo alcanzarles con una palabra, una imagen o foto, un versículo bíblico. Y la realidad es que cara a cara es muy difícil alcanzar a tantas personas todos los días, pero gracias a las redes sociales, ahora lo puedo hacer. ¡Y toda la gloria para Dios!

Te cuento todo esto porque creo que es necesario que entendamos que estos medios son una oportunidad preciosa que Dios pone en nuestras manos. Es completamente gratis, todos pueden tener acceso, y solo Dios sabe hasta dónde podemos llegar. De modo que no la desaprovechemos, podemos inundar al mundo con la verdad de Dios. Ahora como nunca antes podemos llegar hasta los rincones menos pensados.

A veces un sencillo versículo puede transformar el día de una persona... ¡o su vida! No estoy diciendo que tengas que volverte una predicadora cibernética, sino que uses el medio para ser una influencia a nombre de Cristo… ¡y no lo contrario!

Al mismo tiempo, recordemos que aunque estemos detrás de una pantalla, usando quizá un avatar o foto para identificarnos, seguimos siendo nosotros. Y las demás personas también. Las redes no debieran ser nunca el lugar donde ventilamos frustraciones u opiniones negativas, sin pensar, y sin tener en cuenta si heriremos o no a los demás. Como representantes de Cristo debemos tener en cuenta que nuestras acciones aquí también cuentan. Usémoslas para edificar a los demás, para animar y exhortar. Este no es lugar para acusar ni hacer juicios. Las redes también nos dan la oportunidad de acercar a otros a Jesús, o de alejarlos.

Y, no olvidemos que una vez que una palabra o imagen salen al mundo cibernético, aunque las borremos de nuestra cuenta, perfil, etc., eso no quiere decir que se borraron de ese espacio. Ahí quedan para siempre.

Mi querida lectora, hemos sido llamadas a ser “influencias”. No importa si las redes son solo parte de tu vida "social" o si son parte de tu trabajo o ministerio. De eso se trata ser “la sal de la tierra”, donde quiera que estemos. Si tú y yo no buscamos ser una influencia, el mundo que nos rodea queda desabrido, porque solo la sal de Cristo da el verdadero sabor a la vida.

Las redes sociales han cambiado el mundo en más de un sentido. ¡Y ya hasta tienen un día para celebrarlas! Se ha designado el 30 de junio como la fecha. Hoy estás leyendo este artículo porque un día Dios "me empujó" a escribir y poner las palabras en la red. No sabía quién las leería, pero le dije que sí. ¡Y cuánto me ha sorprendido desde entonces! No lo cambio por nada, porque he encontrado el lugarcito donde él puede usar mis palabras para extender su Reino.

Wendy

Para aprender más sobre el diseño divino de Dios, te invito a visitarme en wendybello.com

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