1 Chronicles 17

En la lectura de hoy:

David no es permitido edificar el templo; Dios hace un pacto con David; la oración de David; la expansión de su reino

Las oraciones y las alabanzas a Dios eran características eminentes en la vida de David. Muchas veces se registró: «David consultó a Dios . . . » (I de Samuel 23:2,4; 30:8; II de Samuel 2:1; 5:19,23; 21:1; I de Crónicas 14:10,14).

Las oraciones en la vida de David fueron muchas veces palabras de alabanzas. David oró: «Jehová, no hay semejante a Ti, ni hay Dios sino Tú, según todas las cosas que hemos oído con nuestros oídos» (17:20). Aunque casi todos estamos conscientes de la importancia de la oración, pocos hacen de ella una parte indispensable de sus vidas. Pero en verdad, la oración ha llevado a muchos creyentes a hacer decisiones correctas.

Al orar, nosotros estamos hablando con nuestro Padre Celestial, y al leer Su Palabra, Él nos habla a nosotros. A esto le llamamos «una comunicación abierta» en la familia de Dios. La oración y el conocimiento de la Palabra de Dios son conexiones indispensables para derramar el poder del Padre en responder a nuestras oraciones.

No hay ningún otro manual que sea mejor para aprender a orar o a leer la Palabra de Dios que empezar en Génesis y terminar con Apocalipsis. Es la actitud del necio orgullo decir que podemos decidir lo que no debemos de leer en Su Palabra, especialmente cuando el Señor claramente nos dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil . . . » (II de Timoteo 3:16). Si Dios nos dice que es «Toda» y que es «útil», y nosotros decidimos que no necesitamos leerla, entonces perdemos la oportunidad de recibir la mejor preparación para la oración que Dios ha dado. Cuando reconocemos la Biblia como el mejor manual de oración para nuestras vidas, entonces es que le damos el lugar de más alta prioridad sobre todas las «cosas importantes» en el horario diario.

Vamos a abrir nuestras Biblias reverentemente, diariamente, y en oración « . . . para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de Su fuerza» (Efesios 1:17-19).

Vamos a dejar que el motivo que domina nuestro deseo para leer la Palabra de Dios sea «para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios» (Colosenses 1:10).

Pensamiento para hoy:

¿Tiene usted un problema? Ore, y confíe en Dios para el resultado.

Lectura opcional:

I de Corintios 4

Versículo de la semana para aprender de memoria: II de Corintios 8:9