La historia que se conoce como el pacto abrahámico se encuentra en el libro del Génesis empezando en el capítulo 12 cuando Dios llama a Abraham a salir de su tierra e ir a Canaán en donde hará de él “una gran nación.” Esta fue la promesa de Dios a Abraham, que le daría una descendencia tan grande que sería como contar las estrellas de los cielos, esto lo podemos encontrar en el capítulo 15 de Génesis.

Abraham le pregunta a Dios que en qué manera su gente podrían reclamar legítimamente la tierra de Abraham puesto que ya estaba habitada por otros pueblos. Esto prosigue con un rito ceremonial de sacrificio en donde Dios le dice a Abraham que sus hijos serán siervos en otras tierras, y de esta manera anunciaba como el pueblo de Israel sería esclavo en la tierra de Egipto pero que después de cuatro generaciones regresarían a la tierra de Canaán con grandes posesiones para reclamar la tierra que Dios les había prometido.

En las últimas partes del capítulo 17 Dios anuncia formalmente que establecerá un pacto eterno con su siervo Abraham y con toda su descendencia que será vista por medio de la circuncisión, por lo que posteriormente todos los hombres en la casa de Abraham fueron circuncidados para establecer el pacto.

Las tres premisas principales del pacto con Abraham son:

1. La tierra prometida de Canaán (Génesis 12:1; 15:7).
2. La promesa de una descendencia numerosa (Génesis 15:4-6; 17:6-8).
3. La promesa de bendiciones para con el mundo (Génesis 12:3).

 

A continuación puedes encontrar y leer toda la historia en su contexto: