En el libro de Mateo vemos que Jesús anuncia su muerte “a partir de aquel momento Jesús explico a sus discípulos que él tiene que ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas a manos de los fariseos, los líderes religiosos, los sacerdotes, y los maestros de la ley y que además debe de ser crucificado para poder resucitar el tercer día para vida eterna.” Jesús sabía que el sacrificio de su vida sería la redención del pecado humano.       

 

Durante su ministerio de sanidad, milagros y verdades, muchos judíos vinieron a Jesús creyendo que él era el hijo de Dios, el Mesías, pero muchos líderes religiosos tenían miedo de su gran popularidad con la gente. Con la ayuda de Judas Iscariote, soldados romanos arrestaron a Jesús y fue sometido a juicio por osarse llamar el rey de los judíos. De acuerdo a la ley romana, el castigo por la rebelión hacia el rey era la muerte.

 

El gobernador romano Poncio Pilato no estaba seguro puesto que no veía ningún crimen cometido por Jesús. Pero aun así, prefirió darle a la gente lo que a gritos pedía y eso era la muerte de Jesús. Pilato se lavó las manos delante de la multitud para demostrar simbólicamente que él no tenía nada que ver con el derramamiento de sangre e inmediatamente dejó que tomaran a Jesús para ser castigado y azotado. Un soldado romano le colocó una corona hecha con espinas para que la trajera mientras fue obligado a cargar la misma cruz en la cual seria crucificado. El lugar en donde Jesús fue crucificado se conoce como Gólgota o el Calvario.

 

Una gran multitud se juntó para llorar mientras veían a Jesús en la cruz quien yacía clavado al madero y fue puesto entre dos criminales, su costado fue traspasado por una lanza y mientras sangraba uno de los dos criminales le pidió a Jesús que se acordara de él cuando estuviera en su reino, a lo que Jesús le respondió: “En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Poco tiempo después Jesús alzó su mirada y viendo a los cielos clamó a Dios diciendo: “Perdónalos porque no saben lo que hacen” y antes de tomar su último suspiro Jesús dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, consumado es.”

 

Eventos extraordinarios marcaron la muerte de Jesús. El cielo permaneció en oscuridad por tres horas, mientras Jesús colgaba de la cruz. Al momento de su último suspiro, la tierra tembló  y el velo del templo se rasgó.

La crucifixión de Jesús fue parte del plan de Dios desde el principio. El pecado abundante de hombre requería de un sacrificio muy grande. La vida pura y sin pecado de Jesús fue dada en sacrificio para que la humanidad pudiera encontrar y tener una redención y salvación delante de Dios.

A continuación puedes leer la historia de la crucifixión de Jesús, también conocida como la pasión de Cristo.