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La historia de María y Marta se puede encontrar en el libro de Lucas al final del capítulo 10. María y Marta quienes son hermanas le dan alojamiento a Jesús y a sus discípulos mientras viajaban. En la historia podemos ver que mientras Marta esta algo frenética tratando de hacer todos los preparativos adecuados podemos ver como María simplemente se sienta a los pies de Cristo para escuchar sus palabras y enseñanzas. También podemos ver que Marta le pregunta a Cristo, “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” a lo que Jesús le responde de una manera simple y sencilla, “estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”.  

Moraleja y significado de la historia de Maria y Marta en la Biblia

Esta historia nos recuerda y nos demuestra que a pesar de las responsabilidades, las cargas, las presiones y lo frenético de nuestro cotidiano tenemos que mirar y descansar en Jesús en su presencia y en sus palabras. En esta historia en particular hay una clara diferencia, una dicotomía muy pronunciada entre el comportamiento de estas dos hermanas cuando Jesús llega a su casa. Esto nos puede servir como una metáfora de nuestra reacción personal hacia las enseñanzas de Jesús así como a su presencia en nuestras vidas. Mientras que Marta está súper preocupada y ocupada con las preparaciones de la casa se pierde la oportunidad de escuchar y aprender lo que Jesús estaba diciendo. Cuando Marta le pide a Jesús que le diga a María que no se quede sin hacer nada y que le ayude con los preparativos, él simplemente responde diciendo, “María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará”. Jesús indica que la paz que María ha encontrado en la presencia de Dios no se la podrá quitar nada ni nadie. La paz y entendimiento que brinda Dios es mucho mayor que la preocupación del día a día. Nosotros también podemos alejarnos un rato de toda la preocupación y ajetreo del día para reposar en la palabra de Dios y entrar en su presencia por unos momentos sin comparación alguna. Pasar tiempo en la presencia de Dios y postrarnos a los pies de Jesucristo es nuestro mayor descanso.   

Estos versículos los podemos encontrar en el libro de Lucas 10:38-42