1. Dios se deleita en la restauración

¿Sientes como que tu vida es un páramo desértico y que has olvidado cómo se siente la lluvia? ¿Sientes que todo es espinoso? ¿Te mantienes mirando hacia atrás en vez de mirar hacia adelante porque el pasado parece mucho mejor que la existencia desértica en la que vives? Sí, he estado allí. He querido regresar más de lo que he querido avanzar. Pero Dios no retrocede. El anhela lo nuevo en nuestros corazones, en nuestras mentes y en nuestras vidas. Él nos llama a ir hacia adelante. Nuestra relación con Él debería estar marcada por nuevas experiencias, nueva revelaciones y nuevos corazones.

“No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado. He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.” Isaías 43:18-19

 

2. Dios muestra compasión

Recuerdo un momento en mi vida en el que sentía que había vivido mil vidas. La vida me había cansado. La presión constante de hacer me aplastó. El sentimiento de ser huérfana nunca me dejó y la desesperación tomaba el control del día. Isaías 40:28-31 nos muestra la compasión de Dios hacia nosotros.

“¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable.” Isaías 40:28

No tienes que entender todo o cómo llevar tus cargas sola. Vive por un Dios que nunca está cansado, y que tiene una fortaleza a la que puedes acudir cuando esperas en Él. ¿A qué se parece la espera? Es una liberación de control y un relajamiento en los brazos gentiles de Dios. Es confiar en Él y creer que Él nunca nos deja y que siempre tiene una manera. Dios se deleita en darnos su fortaleza debido a Su compasión por nosotros.

 

3. Dios nos da nuevos nombres

Él te redime y te da un nuevo nombre. Serás llamado Santo, Redimido, Buscado y No Olvidado. Considera lo que pueden significar tus nuevos nombres. Ya no estás atado por tu pecado, sino que eres llamado Justo y Santo. Has sido redimido, traído con una razón, y Él es tu ganancia. Eres Buscada: el rechazo no tiene poder sobre ti. Tú, que caminas en una habitación buscando entrar, eres señalada y bienvenida por los brazos amorosos del Padre. Tu soledad desesperante ha sido cambiada por la presencia constante de un Dios Santo.

“Y los llamarán: Pueblo Santo, redimidos del SEÑOR. Y a ti te llamarán: Buscada, ciudad no abandonada.” Isaías 62:12

 

4. Dios nos salva.

El miedo puede ser un compañero constante que nos roba nuestra canción. Podemos estar perdiendo la batalla interna entre la esperanza y la desesperanza, pero Dios es nuestra salvación. En Él podemos poner nuestra confianza, porque Él es merecedor de ella; Él es nuestra canción porque Él nos salva. Dios es un pozo infinito de esperanza, alegría, paz y salvación. Obtén de esto cada día. Toma tu cesto, saca la basura y luego tírala en el pozo de Dios. Humildemente ven a Él, reconociendo que eres incapaz de afectar el cambio duradero en tu propio corazón y déjalo que te llene con lo que necesitas. Él salva, rescata y redime.

“He aquí, Dios es mi salvador, confiaré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, Él ha sido mi salvación.” Isaías 12:2

 

5. Dios es quien nos redime

Dios llama tu nombre con amor. Tu nombre puede haber sido nombrado con odio, disgusto o condena, pero es precioso para Él. Él declara que eres Suya. Mi nombre del medio fue usado mayormente por la rabia, así que aprendí a odiarme y, por consiguiente, mi identidad se vio sesgada. Pero Dios nos llama Suyos. Lo imagino usando nuestros nombres con gentileza y amabilidad y cuando afinamos nuestro oído a Su dulce voz, nuestra confianza en Él crece mientras nos orienta a través de los ríos, las aguas altas y las llamas. Escucha Su voz llamándote redimida y Suya. Hay comodidad aquí. Aprende a escucharla mientras Él te orienta.

“Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.” Isaías 43:1-2.

 

6. Dios es una guía

Dios es un pastor. Se interesa por nosotros y nos reúne en su corazón. Él desea una relación con nosotros. Un pastor vive con Su rebaño y Su rebaño confía en Él para la proporción de pastos verdes y agua segura. A veces tenemos que atravesar caminos montañosos y barrancos escarpados para poder llegar al siguiente pasto. El pastor lleva a aquellos de nosotros que estamos heridos o débiles y nos conduce más cerca para que podamos escuchar la forma en la que Su corazón palpita por nosotros. Él nos orienta, no con un látigo, sino con su voz. Aprende a conocer Su voz para que puedas escucharlo susurrarte en tu oído si ir hacia la derecha, izquierda, detenerte o ir hacia arriba.

“Como pastor apacentará su rebaño, en su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; guiará con cuidado a las recién paridas.” Isaías 40:11

 

7. Dios consuela

¿Has sentido que, aunque estás más allá del perdón y podrías continuar el camino no quieres hacerlo? Los remordimientos pueden guiarnos hacia el pecado o hacia Dios. Muy a menudo no nos sentimos merecedores del perdón y consuelo de Dios, pero debemos recordar que Dios no nos trata como tratamos a otros. Dios ve lo que has hecho, pero dice que sanará tus dolores y tus heridas. Dios te guiará hacia los caminos correctos que lo agraden, no a tus caminos sesgados que siguen enredando tu vida, pero en las formas que traigan paz a tu relación con Dios, contigo mismo y con otros.

“He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran” Isaías 57:18

 

8. Dios es Santo

No hay otra forma de hacerlo: nuestra falta de santidad y la santidad de Dios no pueden coexistir. Porque Dios deseó una relación con Su gente, él creó la ley del Antiguo Testamento, no para castigar a las personas, sino para encontrar una forma en la que estuvieran en una relación con él. Pero sin importar cuantas leyes la gente tuviera que seguir, no podrían borrar la condición poco santa de su corazón. Los corazones no pueden ser santos sin la intervención de Dios, y de igual forma Él lo hizo. El abismo entre nuestros corazones solo puede ser disminuido por un final, perfecto para todos, sacrificio: Jesús, hijo de Dios.

“Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.” Isaías 57:15

 

9. Dios revela a Jesús

El libro completo de Isaías trata el tema de la salvación. Pero antes de que la promesa de conexión hacia el corazón de Dios sea revelada, recibimos un montón de acusaciones en contra de nuestro comportamiento. Y si miras profundo en tu corazón, verás que es verdad. Conozco las esquinas más oscuras de mi corazón. Sé de lo que soy capaz, y tenerlas enlistadas en el libro de Isaías en blanco y negro lleva una daga a mi corazón. Pero cuando me mantengo leyendo, veo la promesa de la salvación. Escuchar que el corazón de Dios para mí es uno de amor, y que Él se abre camino hacia Su presencia a través de Jesús es suficiente para sanar la herida que la daga hizo. Acusaciones. Y luego, libertad. Somos salvos porque Dios ama a Su gente, no porque no lo haga. Él nos extendió su corazón y nos abrió un camino para conocerlo a través de Su hijo, Jesús.

“Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y reposará sobre Él el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Se deleitará en el temor del Señor, y no juzgará por lo que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos” Isaías 11:1-3

 

10. Dios es confiable

La confianza parece quedarse corta estos días. ¿El extraño a tu lado es un amigo o enemigo? ¿El vecino es un pedófilo? Enseñamos a nuestros hijos a tener cuidado con los extraños. La desconfianza está a la orden del día. Tiroteos. Odio. Sospechas. ¿Alguien se pregunta por qué confiar en Dios puede ser tan difícil? Pero Él es el ser más confiable que podamos encontrar. Él es constante y consistente. Su amor nunca falla y Él fielmente nos busca. Él anhela que nosotros aceptemos Su ofrecimiento de amor. Digamos sí juntos. Intentemos confiar en Dios.

“Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confiad en el Señor para siempre, porque en DIOS el SEÑOR, tenemos una Roca eterna.” Isaías 26:3-4

Isaías pinta una imagen hermosa de Dios. Él es merecedor de confianza, está lleno de revelaciones y santidad. Él consuela, guía, redime, renombra y nos salda. ¿Conoces este Dios? o ¿Tu interpretación de Dios está llena de desconfianza, juicio y confusión? Lee Isaías con nuevos ojos. Pídele al Espíritu Santo que abra los ojos de tu corazón para que puedas ver a Dios de la forma en que Él anhela ser visto. Él te ama. Él te llama a la santidad, y Él provee un camino hacia su corazón a través de la muerte y resurrección de Jesús.

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Jessica Van Roekel es una mujer en el viaje a la plenitud luego del quebranto. Ella cree que a través de Cristo tus historias personales no tienen que definir tu presente o determinar tu futuro. Su mayor deseo es verte vivir esta “Vida-Santa” con todo el poder y gracia que Dios provee. Jessica vive en una comunidad rural con su esposo y cuatro hijos. Ella lidera la alabanza los domingos, pero busca alabar todos los días. Puedes conectarte con ella en www.welcomegrace.com y en Facebook: www.facebook.com/yourJessicaVanRoekel