Escrtio por: Debbie McDaniel



¿Cuáles fueron las últimas palabras de Jesús?

La Biblia dice en Juan 19:30 “Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.”

En Marcos 15:37 leemos: “Y Jesús dando un fuerte grito, expiró.” Muchos estudiosos de la Biblia apuntan que el “fuerte grito” pudieron haber sido las últimas palabras de Jesús las cuales Juan apuntó como “consumado es.”

Lo dijo en alta voz, lo dijo para que todos pudieran escuchar. Sacó un gran grito hacia su Padre en el cielo en frente de todos derrotando a todas las fuerzas del mal pues Cristo había cumplido su misión en la cruz.

Terminado.

Logrado.

Pagado en su totalidad.

Las últimas palabras tienen poder, y casi siempre tienen un sentido y significado.

Y si como yo, alguno de ustedes han estado a lado de una amistad o pariente quien dice sus últimas palabras en sus últimos momentos aquí en la tierra, entonces conoces muy bien la fuerte conexión que tienen para tu vida personal. Seguido nos encontramos pensando en esas últimas palabras y en nuestro ser querido, atesoramos lo que nos dijeron y recordamos…

No queda ninguna duda que Jesús sabía bien cuáles tenían que ser sus últimas palabras. Conocía el poder que esas palabras tendrían por generaciones, por lo que las dijo con un gran propósito, las cuales nos siguen dando vida y significado hasta hoy.

 

¿Cuál es el significado de “consumado es”?

La Biblia de estudio Spurgeon lo explica de la siguiente manera: “Consumado es. Solamente hay una palabra en griego para estas palabras, sin embargo, para traducirlas al inglés necesitamos tres palabras. Es como un océano de significado en tan solo una gota de lenguaje”.

Jesús se convirtió en el último sacrificio por nuestros pecados. La palabra “consumado” viene del griego “tetelestai” que quiere decir “pagado en su totalidad” Este término es utilizado en términos de contaduría indicando el pago de una cuenta. La singularidad de cómo se escribió indica en pretérito que ya se terminó una acción pero que también continúa siendo, y esta es la esencia de lo que Cristo vino a hacer, Él vino a terminar o a consumar la salvación de Dios en nosotros. Él vino a pagarlo todo por nosotros, toda nuestra deuda y todos nuestros pecados. Y lo sigue haciendo todos los días.
 

¿Alguna vez pecó Jesús?

La Biblia claramente nos recuerda que Jesús fue perfecto y sin pecado. Vivió una vida pura sin mancha por lo que solamente Él pudo ser presentado como un sacrificio puro y grato ante los ojos de Dios. Aun a pesar de haber sido tentado en todas las cosas, tal y como nosotros lo somos, él vivió una vida santa.  

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado” (Hebreo 4:15).  

No había ninguna otra forma de que la puerta a la salvación fuera abierta para nosotros.
 

¿Qué quiere decir que el velo se rasgó en dos?

Aquel día fue uno lleno de milagros…

En el instante en que Jesús respiró su último aliento el velo del templo que cubría la entrada a lugar santísimo, el lugar de la presencia de Dios entre la gente se partió a la mitad en su totalidad [la referencia bíblica se puede leer en Mateo 27:51]. A veces en nuestras mentes podemos imaginarnos un manto cualquiera, como las cortinas de nuestras casas, pero en los archivos de la historia podemos ver que aquel velo era en realidad de 60 pies de alto y hasta 4 pulgadas de grueso. El tamaño y grosor de tal velo hubiera hecho imposible que cualquier humano lo rompiera de una sola vez. Esto fue hecho milagrosamente por la mano de Dios significando que abrió la puerta para que podamos venir ante él y que su presencia no se confinaría jamás a un solo lugar santísimo, sino en todos nuestros corazones.   
 

¿Qué significa la muerte de Jesús para nosotros?

Hasta el momento de la muerte de Cristo había un sistema de sacrificios ofrecidos para expresar perdón por los pecados. Era un sistema complicado y difícil. Había sacrificios frecuentes por todo tipo de cosas puesto que era la única manera que la gente fuera perdonada, la única forma de hacer que las cosas fueran bien hechas.

La gente peca con frecuencia todos los días, lo hemos hecho durante toda nuestra historia. Este pecado nos ha costado y nos cuesta mucho puesto que nos separa de Dios. Construye un muro y nos aleja mucho más lejos de las cosas que sabemos son buenas para nosotros llevándonos al desespero. Pero la esperanza que ahora tenemos es gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo, él lo pagó todo. Solo tenemos que aceptar que la cuenta ya fue pagada a nuestro favor.

Jesús vino a salvar, vino a rescatar a la gente sin esperanza para darnos vida y libertad que solo podemos encontrar por medio de Jesús.

¿Sabía la gente quién era Jesús?

Vidas fueron cambiadas aquel día cuando Jesús exclamó sus últimas palabras. Muchos comenzaron a darse cuenta de quien él es en realidad, ya no lo podían negar.

“El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios” (Mateo 54:27).   

Aquella realización fue muy profunda. La verdad tiene el poder para cambiar vidas, para hacer todas las cosas nuevas, para ofrecer un nuevo comienzo, perdón y propósito. Muchas vidas siguen siendo cambiadas el día de hoy por aquel que pagó nuestra deuda.

¿Qué significan las últimas palabras de Jesús para nosotros el día de hoy?

Significan que Cristo ha vencido, que él tiene la victoria y que a través de él nosotros también somos más que vencedores. Quieren decir que somos libres. Quieren decir que él pagó todo por nosotros. Quieren decir que no hay nada que nosotros podemos hacer fuera de nuestra relación con Cristo para ganar el amor del Padre. 
  

¿Qué significan las últimas palabras de Jesús?
Quieren decir que nos ofrece un regalo. Quiere decir que el camino está libre de obstáculos. Quieren decir que no tenemos que vivir bajo el peso de la condenación, culpa o vergüenza. Quiere decir que a través de Jesús hay perdón. Quiere decir que tenemos propósito, esperanza y vida eterna en Jesús. Quieren decir que somos amados mucho más de lo que imaginamos. 
 

¿Cómo podemos encontrar paz y valor por medio de Jesús?

Si te encuentras en un lugar complicado en tu vida, no pierda aliento. Pues en Cristo puedes encontrar paz verdadera. En su palabra él nos recuerda que en esta vida tendremos tribulaciones, pero que también podemos encontrar aliento puesto que él ha vencido al mundo. (Juan 16:33). 

Aun a pesar de las batallas que tengamos en esta vida, nosotros nunca estamos solos. Jesús siempre está a nuestro lado y jamás nos abandonará en medio de nuestras dificultades. Jesús nunca nos dijo que amaramos al mundo y todo lo que nos pueda ofrecer. Por el contrario, nos llama a tomar nuestra cruz, negarnos a nosotros mismos y seguirlo a Él. Nos dice que seamos sal y luz en este mundo. 

Cada día es una nueva oportunidad y él tiene planes para marcar una diferencia en estos días. Mi oración es que su gracia y sabiduría y fuerza te cubran por completo el día de hoy.  Que en él y solo en el podamos encontrar paz de cualquier estrés o preocupación, que podamos rendir a sus pies cualquier necesidad, lucha y duda y en lugar aceptemos su amor, paz y perdón.    

 

10 versículos bíblicos que nos recuerdan el poder de Cristo sobre la muerte:

“Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21).

 

“Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).

 

“Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo” (1 Pedro 1:18-19).

 

“Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).

 

“Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24).

 

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16).

 

“Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

 

“Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Corintios 5:18-19).

“Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10).


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Sobre la autora: Debbie McDaniel es una escritora y esposa de Pastor y también es madre de tres hijos. Puedes leer su blog en www.debbiemcdaniel.com