Hace un par de semanas el líder del grupito de mi estudio bíblico nos reto a encontrar una palabra que sirviera como piedra cuadrangular durante el año, cosa que nos estimularia como personas y nos motivaría a crecer más fuertes espiritualmente.  

 

Hubo unas muy buenas palabras escogidas por los que estábamos ahí, palabras como: fe, honestidad, espera, etc..  Cuando me toco a mi compartir la palabra que habría de servir como base durante el año escogí algo en lo cual ya había estado trabajando por algún tiempo, de paso sentí que el espíritu me invitaba a decir “intencional” como mi palabra base.

 

Con cada año que pasa yo he creído fuertemente que Dios iba a realizar una “obra buena” en mi. Sentí que iba a ser una experiencia que alteraría mi vida en muchas maneras. Pense que seria capaz de reflexionar y resaltar momentos específicos cuando mi vida dobló la esquina o “despego.”    

 

Puede ser que en el pasado estos hayan sido los “deseos esperados” de un optimista, o los pensamientos de un idealista, no obstante he vislumbrado como Dios trabaja en mi y para mi vida cuando decido ser intencional en mi forma de vivir.   

 

Después de investigar un número de traducciones de la Biblia me vi presionado en encontrar cualquier caso o forma de las palabra usada, salvo una. No obstante esta filosofía puede servir como la base de una de las formas que Dios quiere que vivamos.   

 

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:15-16).

 

Muchos de nosotros, yo incluido, a veces “deseamos” un cambio o “queremos” algo diferente para nuestra vida, pero nunca tomamos los pasos, ni hacemos lo necesario para lograrlo. Solamente “esperamos que algo suceda” y asi vivimos siendo “tibios” en una existencia sin dirección ni propósito solo para después preguntarnos por qué seguimos en el mismo lugar desde hace años.

   

Decimos que queremos un nuevo trabajo, pero no nos molestamos en buscar uno, o en decidir qué es lo que queremos hacer, o nos da flojera preparar un curriculum vitae.

 

Decimos que queremos tener una relación de pareja, pero no nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort para conocer nuevas personas ni tampoco cambiamos los patrones de carácter o comportamiento del pasado.  

 

Declaramos en alta voz que vamos a lograr “algo” este año, pero no hacemos nada para conseguir ese fin. 

 

Sea lo que sea, tenemos que hacer un esfuerzo decidido para realizar nuestro objetivo. Nadie más va a hacer el esfuerzo por nosotros.

 

A mi en verdad no me gustan mucho los “reality shows” y tampoco estoy muy en  acuerdo con la premisa o las acciones de los participantes, pero si admiro a los que se atreven a competir en The Bachelor/Bachelorette y The Biggest Loser por la única razón que ellos han hecho el esfuerzo con la intención de encontrar a una pareja o de perder peso aun a pesar del escrutinio que conlleva salir en un programa de audiencia nacional.    

 

Por supuesto esta no es la solución ni la dirección correcta para todos; sin embargo es una clara ilustración de cómo algunas personas han tomado un paso intencional  para encontrar lo que quieren en la vida.   

 

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

 

Aunque este pasaje es bien conocido en la escritura y que se conoce mucho desde el principio de nuestro caminar cristiano, me recuerda mucho al estar con mi familia durante las vacaciones. A veces cuando alguien llega a visitarnos y tocan la puerta, usualmente alguien grita: “tocan” para que alguien más vaya a abrir la puerta y asi hacemos igual cuando un miembro de la familia se queda afuera de la casa, alguien siempre sale a socorrerlo.

 

Este puede ser el tipo de pensamiento de cómo algunos de nosotros lidiamos con futuras oportunidades que se nos presentan, las ignoramos, y le pedimos a alguien mas que haga el trabajo o esperamos que se haga por sí solo.  

 

Las oportunidades (y los cambios) llegan en una variedad de formas. Algunas veces llegan tocando otras veces tenemos que irlas a buscar y aun otras veces necesitamos derribar una barrera para poder crear una oportunidad. En cada caso tenemos que tomar la iniciativa de buscarlo intencionalmente.

 

Recientemente tuve que moverme temporalmente a una nueva área. Sabiendo que nadamas iba a ser por un mes, yo bien pude llevarmela tranquilo, callado, haciendo solamente mi trabajo y nada más. Sin embargo sentí la necesidad de “conectarme con la comunidad” aunque fuera por un corto plazo. En el primer domingo en este nuevo lugar encontré una iglesia, me inscribi a los estudios bíblicos y varios otros grupos sin siquiera conocer a una sola persona.

 

¿Me sentí cómodo haciendo todo esto? No. ¿Me senti con confianza? En verdad no tanto. ¿Valio la pena? Definitivamente!

 

En cuestión de un mes, ya estaba conectado con varias personas a las cuales ofrecí mi ayuda en un número de cosas (aun después de mi corta estancia) y asi pude crecer personal y espiritualmente; todo gracias a que decidí tomar la iniciativa de ser de ayuda a alguien, de estar dispuesto y disponible y sobretodo de ser intencional.

 

La vida puede ser dificil y también puede parecer injusta.

 

Encuentro que esto es especialmente verdadero cuando voy por el día sin tener ningun plan o propósito específico, solo  voy “esperando”, “deseando” o incluso “orando”  por algo sin tener que desenvolverme. Hago solamente “lo que es necesario” nada más ni nada menos y es esta precisamente la epítome de una vida “tibia”, el vivir por que “ya estoy aquí” haciendo lo más mínimo produciendo resultados nulos.

 

Dios nos creó y nos encomendó para un propósito mucho más grande que eso, por tanto dice que te “vomitaré” o “echaré” o “escupiré” de mi boca (dependiendo de la traducción de tu Biblia en Apocalipsis 3:15) si no vivimos con ganas de ser intencionales en vivir.         

 

Las mejores aventuras en la vida comienzan cuando buscamos conseguir lo que cada uno de nosotros fue creado para hacer, no siguiendo a los demás o escogiendo una manera solamente de supervivencia superficial, más bien viviendo en una forma que de frutos.

 

Vive con un proposito, vive deliberadamente, vive intencionalmente y asi podras contra todos los obstáculos que se te ponga enfrente.  

 

Esta es la traducción de un artículo escrito por Cliff Young originalmente publicado en Crosswalk.com. Traducido y publicado con permiso del autor.
Encuentre el artículo original en Inglés aquí: Living Intentionally
*Traducido al Español por Ernesto Santiago