Padre, Te alabo por el matrimonio y las lecciones que muestras de este a través de la Biblia. A través de esta unión, nos enseñas lo que significa tener corazones leales y comprometidos. Cuando dos personas se unen en matrimonio, dos vidas son unidas… aun así, los amas a ambos perfectamente. El matrimonio no es una caminata con Cristo, sino dos corazones viajando en la misma dirección y Tú prometes que cuando ambos vamos en tu dirección es bueno.

Mientras oramos por nuestras hijas hoy recordamos Eclesiastés 3:1: “Todo a su debido tiempo. Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo.” Perdónanos por querer controlar egoístamente las elecciones de nuestros hijos, y ayúdanos a encomendarte los planes de las vidas de nuestras hijas. Prepara nuestros corazones para recordar que Tu tiempo en sus vidas es perfecto y para ayudarnos a confiarte sus corazones. Oramos para que las bendigas con la paciencia suficiente para esperar por los esposos que les tienes guardados.

Gracias por la Palabra que nos ilumina el camino para que podamos guiar a nuestras hijas hacia y a través del matrimonio, y por el amor incondicional y sacrificado que requiere el matrimonio, reflejando el sacrificio de tu Hijo por nosotros. Jesús vino a hacer lo que nosotros somos incapaces de hacer. La vida de casados no está exenta de pruebas y desafíos y, de hecho, expone nuestras vidas a un dolor y una debilidad fresca. Pero en aquellos días y años de lealtad hay bendiciones y semillas de esperanza que crecen más allá de lo que podríamos haber pedido o imaginado. Nuestro amor por Ti crece y madura en santidad.

Padre, te pedimos que prepares nuestros corazones para abrirse a los esposos de nuestras hijas y que remuevas cualquier noción de juicio que podamos estar tentados a promover hacia ellos. Bendícenos con la paz de saber que la guardarás en tu corazón. Que su esposo “Confíe en ti completamente” (Proverbios 3:5) en todas las áreas de su vida.

Bendícelo para que sea un hombre y líder espiritual santo. Que conozca tu palabra y siga a Cristo con todo su corazón, porque sabemos que cuando dos corazones siguen a Cristo, tus bendiciones abundan.

Fortalece a nuestras hijas para que pongan su fe de lleno en ti, confiándote sus corazones y planes de vida.

Has creado en nosotros el deseo para esa unión, para que nuestros corazones estén llenos de amor y paz. Pero no todos los matrimonios están llenos de paz. Desacuerdos, decepción y divorcio son comunes. La última cosa que cualquier madre quiere para su hija es presenciar el desmoronamiento doloroso de un amor que se ha prometido duraría por siempre.

Nuestras hijas estarán “ligadas por la ley a su marido mientras él viva…” (Romanos 7:2). Que los corazones de sus esposos estén unidos a Cristo primero, para que sean capaces de amar y cuidar a sus esposas como Él lo hace.

Padre, oramos para que todas las veces que nos hemos extraviado en la vida… los errores que hemos cometido y los pecados que hemos confesado, no tengan efecto en tentar los matrimonios de nuestras hijas. Oramos para que el bien que haces de todo resalte sobre todos los otros escenarios, y para que Tu voz hable más fuerte a ella que otras voces… y a su esposo.

Bendice a los esposos de nuestras hijas para que nunca “sean ásperos con ellas” (Colosenses 3:19). Que las honren como las hijas del Rey que tienen, cuidando los hilos únicos que Dios teje en nuestros corazones.

Donde quiera que puedan estar, persigue los corazones de estos futuros esposos… como lo haces con todos tus hijos, prometiendo nunca perder alguno… bendice sus corazones para que te dejen atraparlos. Que se enamoren de ti, Jesús, antes de que lo hagan de nuestras hijas. Ayúdalos a aferrarse a la verdad de Juan 14:6:

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”

Bendice los matrimonios de nuestras hijas para que sean fructíferos ante tus ojos, cumplan tu propósito y les permitan experimentar el hilo verdadero de la felicidad. Tu deseo por el corazón del matrimonio. En el nombre de Jesús. Amen.

Megs es una madre ama de casa y bloguera en http://sunnyand80.org, donde escribe acerca de la vida diaria dentro del amor de Cristo.