Una oración para enfrentarse al enemigo
 Escrito por Sharon Jaynes

“y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías. Si no creéis, de cierto no permaneceréis” Isaías 7:9

Siendo de Carolina del Norte, me encantan los viejos programas de televisión en blanco y negro de Andy Griffith. En un episodio, el matón del vecindario se está metiendo con Opie. Después de que Andy, el padre sabio, se da cuenta de lo que molesta a su hijo deprimido, le da una pequeña lección sobre cómo enfrentarse a los matones. Al día siguiente, cuando el matón amenaza a Opie, el pequeño niño pecoso mira a su oponente a los ojos y se niega a desmoronarse bajo sus amenazas. Opie nunca tuvo que lanzar el primer puñetazo. Todo lo que hizo fue mantenerse firme y el enemigo retrocedió.

A los matones no les gusta cuando les hacemos frente. Nunca tiene. Nunca será. Y lo mismo ocurre con el diablo. Es solo un matón ... desafiándote a enfrentarte a él.

En Efesios 6: 11-14, Pablo nos advierte que nos pongamos de pie tres veces. “Por tanto, vístanse de toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día del mal, puedan mantenerse firmes y, después de haber hecho todo, permanecer firmes. Mantente firme entonces ... "

Nadie puede defendernos. Tenemos que mantenernos firmes sobre nuestros propios pies y enfrentarnos al enemigo, y nos mantenemos firmes en la Palabra de Verdad.

El Señor dijo a través del profeta Isaías: “Si no te mantienes firme en tu fe, no te mantendrás firme” (Isaías 7: 9 b). Como escribió el viejo compositor: "Sobre Cristo, la Roca sólida que estoy, todos los demás terrenos son arena que se hunde."

Pablo escribió: “Ahora es Dios quien nos hace a nosotros ya ustedes firmes en Cristo” (2 Corintios 1:21 NVI).

Quizás has estado huyendo del matón durante demasiado tiempo. Es todo ladrar y no muerde. Es un león cobarde desdentado. Adelante. Toma tu posición.

Padre Celestial, dame el valor para enfrentarme al enemigo hoy. Me pongo la armadura de Dios: el casco de la salvación, la coraza de la justicia, el cinturón de la verdad, las sandalias del evangelio de la paz, la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, y el escudo de la fe. Gracias por la promesa de que mayor es el que está en mí que el que está en el mundo.

En el nombre de Jesús. Amén.

-------------------------------------------------------------------------

Nota del editor: contenido extraído del devocional de Amigas en Dios, “Enfrentando a los matones en tu vida”, escrito por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.