Tema de la Semana: Los Siete Anhelos del Corazón Humano

Todos nosotros tenemos anhelos insaciables que solo pueden ser satisfechos en comunión con nuestro Padre celestial. El anhelo de ser disfrutado, de ser fascinado, de contemplar la belleza y de ser alguien extraordinario son fuerzas impulsoras dentro de cada uno de nosotros. El deseo de experimentar la intimidad sin vergüenza, de ser incondicionales y de hacer un impacto profundo y duradero, resuena dentro de cada uno de nosotros en la base de lo que somos. Dios creó estos deseos sabiendo que solo pueden estar plenamente satisfechos en él, y que serían las vías que nos llevarían hacia una relación más profunda con él. Al revisar cada uno de estos anhelos individualmente, oro para que tu corazón encuentre su realización en la cercanía amorosa de tu Padre celestial.

Los títulos y el concepto principales de esta semana fueron tomados de “Los siete anhelos del corazón humano” (The Seven Longings of the Human Heart), por Mike Bickle y Deborah Hiebert.

El anhelo de ser incondicional

Pasaje Bíblico:Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Marcos 12:30

Devocional:

La devoción, el amor y el propósito de todo corazón nos cautivan. Como cultura nos aferramos a historias como Romeo y Julieta, Lo que el viento se llevó, Don Quijote, El Conde de Montecristo y Los Miserables por las acciones incondicionales de los personajes. Estas historias evocan dentro de cada uno de nosotros el deseo de ser igualmente incondicionales en nuestras propias vidas. Anhelamos entregarnos completamente a algo o a alguien para que nuestras vidas tengan un verdadero propósito.

La humanidad está cautivada por los corazones que aman sin reservas porque fuimos creados para ello. Dios nos creó con un anhelo de ser incondicionales para poder satisfacer ese anhelo con sus planes. La Biblia es la historia de incondicionalidad por excelencia. Es la historia de Dios viniendo a nosotros y entregándose completamente por nosotros hasta el punto de la muerte. Habiendo derrotado a la muerte, ahora él desea usarnos como hijos incondicionales para llevar al mundo entero a la salvación y la libertad para que nuestras vidas impacten en la eternidad.

Fuiste hecho para ser incondicional, pero a menudo la iglesia es el último lugar que consideras apasionado y sincero. Muy a menudo, en el ministerio vocacional tenemos miedo de perder a nuestros voluntarios y congregaciones al pedirles demasiado, así que nunca les presentamos la oportunidad de vivir tan apasionadamente como Dios quiere. La verdad es que Dios quiere todo de ti. Te está llamando a una vida de entrega apasionada y sincera allá donde vayas. Él no quiere encontrarse contigo solo en la iglesia, en una reunión de creyentes, o incluso en tu tiempo personal; él te quiere todo el día, todos los días. Dios te está llamando a una vida de aventura en la cual el resultado solo lo conoce él. Te está llamando a salir de la vida cotidiana a una vida de rendición asombrosa tan grande que ya no estarás cómodo con los parámetros de este mundo. La llamada vale la pena. Su presencia vale la pena el costo. Dios tiene una historia preparada solo para ti: una historia con un impacto real y eterno. Pero te costará todo vivirla.

Si esta verdad te parece radical, es porque así es. Muchos cristianos nunca vivirán la plenitud de lo que Dios planeó para ellos por lo radical que suena. El miedo nos cautiva; elegimos la ruta cómoda con un impacto mínimo. Pero si seguimos este compromiso hasta el final, viviremos vidas desapasionadas y mediocres en las que nunca estaremos completamente satisfechos. Viviremos en esta brecha donde en un momento adoramos a Dios y al siguiente buscamos satisfacción en el pecado. Viviremos vicariamente a través de las historias que escuchamos en las películas, libros y televisión de personas que vivieron de todo corazón. Y al final de nuestras vidas, miraremos hacia atrás y desearemos tener otra oportunidad de vivir para lo que realmente importa.

Pero tienes una elección hoy. Te espera una vida radical de amor incondicional a Dios. Te está esperando ahora mismo. No significa que tengas que hacer las maletas y salir al campo misionero. No necesariamente significa que debes guiar a alguien a Jesús hoy. Podría ser tan simple como abrir tu corazón completamente a Dios y permitirle llenarte con su amor hasta desbordarlo. Encomienda tu vida a él en completa rendición hoy. Responde a su guía con un "sí" continuo en tu corazón. Entrégate a él completamente para que tu vida esté marcada por la búsqueda sincera de los planes perfectos, agradables y poderosos de tu Padre celestial.

Guia de Oración: 

1. Tómate un minuto para meditar en la búsqueda sincera de Jesús por ti. Piensa en cómo vivió y murió para establecer una relación contigo. 

“Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”. 1 Juan 4:9-10

2. Ahora pídele a Dios que te revele cómo quiere que vivas hoy de manera incondicional. Él tiene un plan todos los días para ti; un plan que te dará alegría, pasión y paz de una forma completamente nueva que aún no has experimentado. Hay más para ti todos los días.

3. Pídele al Espíritu que te ayude a vivir la vida que Dios te ha mostrado. Pídele que te llene con el deseo de ser obediente y sin reservas en respuesta al amor de Dios. Pídele que te ayude a estar atento a lo que te está diciendo y a camina en completa obediencia a él. Tómate un tiempo para descansar en la presencia de Dios.

Tienes un enemigo que te ha estado mintiendo acerca de quién eres. Satanás nos dice que somos débiles, temerosos e incapaces de vivir entregados a algo que no sea la comodidad. Él identifica nuestros miedos y defectos en un intento de evitar que respondamos al llamado de Dios. ¡Pero mayor es el que está en ti! (1 Juan 4:4). Si Dios te llama a algo estará contigo para que puedas lograrlo. “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”. (Filipenses 1:6). La Biblia está llena de historias de hombres y mujeres que eran débiles y no estaban preparados, pero prefirieron creerle a Dios por su palabra en vez de ceder a la reserva. No importa cuál sea la mentira que te han dicho, confía en Dios y pídele que la corrija. Elige creer la palabra de Dios y no lo que la contradice, y mira cómo sus planes para ti llegan a una plenitud sin reservas.

“Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa”. Hebreos 10:23

Lectura Complementaria: 1 Juan 4

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