Tema de la Semana: Encontrando a Dios

Tener encuentros constantes y transformadores con Dios mientras estamos en esta tierra es fundamental para la vida cristiana. Nuestro Dios no nos ha dejado abandonados. A través del sacrificio de Jesús hemos sido llenos con el mismo Espíritu de Dios que anhela revelarnos diariamente la cercanía y el amor de nuestro Padre celestial. Nunca estamos solos. No hay donde podamos huir de la presencia de nuestro Dios. Que esta semana esté llena de encuentros transformadores con el Dios vivo mientras aprendemos qué es buscar el rostro de quien nos ha formado, nos conoce y nos ama incondicionalmente.

Encontrando a Dios a través de la adoración

Pasaje Bíblico:“Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso”. Salmo 29:2

Devocional:

Jesús nos enseñó en Juan 4:23: “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren”. Tu Padre celestial está buscando tu adoración, la desea. Él valora tanto tu amor y tu adoración que envió a su Hijo a morir para que el camino para encontrarlo fuera allanado.

Fuiste creado ante todo para adorar. Fuiste creado para recibir el amor de tu Creador y, en respuesta, darle tu corazón. Nunca te sentirás tan completo como cuando tu corazón está conectado con el de tu Padre y como cuando estás dando y recibiendo amor en medio de la adoración. Colosenses 3:14-17 dice:

“Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él”.

La vida cristiana debe estar marcada por una adoración sincera y genuina: una adoración llena de la presencia y la cercanía de Dios y que responda a un verdadero encuentro con el corazón de Dios. Si ese tipo de adoración es nuevo para ti, ¡está bien! Si la idea de encontrar a Dios en la adoración es nueva para ti, hay alegría y gracia en los nuevos comienzos. No permitas que tu pasado dicte las posibilidades de tu futuro. No permitas que las experiencias pasadas de adoración en las que quizás no te hayas encontrado con Jesús te hagan creer que los tiempos de adoración futuros no estarán marcados por la intimidad y la presencia de Dios.

Se viene nuevo tiempo de adoración. El Salmo 29:2 dice: “Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso”. Es hora de que el pueblo de Dios adore en su “santuario majestuoso”.  Es hora de que recibamos con fe nuestra nueva posición como hijos sentados en los lugares celestiales con Jesús (Efesios 2 :6). Es hora de que busquemos encuentros con nuestro Dios cara a cara y llenos de su presencia (2 Corintios 3:18). Es tiempo de adorar tanto en espíritu como en verdad, con nuestros corazones y nuestras mentes completamente comprometidos y receptivos.

Isaías 12:5 dice: “Canten salmos al Señor, porque ha hecho maravillas; que esto se dé a conocer en toda la tierra”. Que el mundo que te rodea cambie como resultado de tu adoración. Que tu declaración de la bondad de Dios lleve a otros a una relación restaurada con el Padre. Que tu vida esté marcada por la intimidad y el encuentro con el Dios de amor vivo y activo que está más cerca de ti de lo que nunca habías imaginado.

Guía de Oración:

1. Medita en lo bueno de adorar a Dios en espíritu y en verdad. Permite que la Biblia te llene de deseos de encontrarte con Dios a través de la adoración.

“Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren”. Juan 4:23

“Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre”. Hebreos 13:15

“Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso”.Salmo 29:2

2. Pídele al Señor que te revele lo que desea en los momentos de intimidad y adoración. Tómate un tiempo para buscar los deseos de Dios para que puedas satisfacer lo que anhela en la adoración.

“Pero, si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”. Deuteronomio 4:29

“Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan”. Lamentaciones 3:25

3. Tómate un tiempo y adora. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a alabar desde tu corazón. Involucra a tu corazón y a tu mente con las letras de tu canción de adoración favorita. Adora y recibe la presencia de Dios.

“¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!”. 1 Crónicas 16:11

“Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras”. Salmo 73:28

Romanos 12:1 dice: “Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios”. Fuimos creados para adorar a través de nuestras vidas. Cada palabra, pensamiento, acción y emoción se puede hacer como una adoración si buscamos estar en comunión con Dios en todo. Dios nunca nos deja, nunca nos abandona (Deuteronomio 31:6). Si mantenemos nuestros corazones abiertos podemos vivir en presencia de nuestro Creador, conociendo y sintiendo su amor y cercanía en todo lo que hacemos. Que nosotros, como el pueblo de Dios, busquemos con mayor fervor lo que es adorar verdaderamente.

Lectura Complementaria: Salmo 33

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