Tema de la Semana: Conociendo el Corazón de Dios

Uno de los mayores privilegios como hijo de Dios es que podemos tener el corazón de nuestro Padre celestial. No tenemos que preguntarnos cómo se siente con respecto a nosotros. No tenemos que preguntarnos si nos guiará, si nos ama o si se preocupa por nosotros. A través del Espíritu Santo tenemos acceso continuo y gratuito al corazón de Dios. Que esta semana tu relación con Dios se vuelva más profunda y más libre a medida que aprendemos cómo tener el corazón de Dios.

Un fundamento de amor

Pasaje Bíblico: 

“Para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”. Efesios 3:17-19

Devocional:

Uno de los resultados más maravillosos de conocer el corazón de Dios es vivir con una base de amor. A menudo gastamos demasiado de nuestro tiempo y energía diarios trabajando para ganarnos el afecto de los demás. Desde tratar de obtener el respeto y la admiración de amigos y familiares, hasta competir para obtener la aprobación de un completo extraño: constantemente tenemos la necesidad de recibir afecto.

Pero como creyentes se nos ha dado una fuente de amor y afecto en comunión con nuestro Padre celestial. No hay nada que tengamos que hacer o podríamos hacer para ganar el amor de Dios. Su amor es el principio. Su afecto está destinado a ser el catalizador de nuestras emociones, pensamientos y acciones en lugar del resultado. Es por esta razón que Dios nos llama a estar arraigados y cimentados en su amor en Efesios 3:17-19. La Biblia dice:

“Para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”.

Cuando buscamos una revelación fresca del amor incondicional de Dios, naturalmente nos volvemos seguros e inquebrantables. Cuando descubrimos las profundidades insondables del afecto de Dios por nosotros, naturalmente dejamos de competir por el amor de los demás. Y a medida que accedemos diariamente al corazón de Dios, nos llenamos con toda su plenitud, ricamente satisfechos con un amor mucho mayor del que jamás podríamos ganar.

1 Juan 4:16 dice: “El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”. Tómate un tiempo a través de la oración guiada para permanecer en el amor de tu Padre celestial. Deja que te rodee con su paz trascendente. Deja que te revele su inmenso y abrumador amor por ti y vive hoy a la luz de la gloriosa gracia de Dios para que puedas dedicar tu tiempo y energía a responder al amor en lugar de intentar ganarlo. Que el amor de Dios sea tu fundamento hoy.

Guía de Oración:

1. Medita en el amor incondicional de Dios disponible para ti. Permite que la Biblia te llene de deseos de estar arraigado en el amor de Dios.

“Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.” 1 Juan 4:9-10

2. ¿Estás dedicando tiempo y energía a ganar afecto de alguna manera? ¿Estás buscando ganar amor en lugar de vivir en respuesta al amor que ya te han dado?

3. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a comprender la amplitud, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Dios. Abre tu corazón para encontrarte y recibir el amor incondicional de tu Padre celestial.

“Para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios”. Efesios 3:17-19

Efesios 5:2 dice: “Y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios”. Vive hoy como un acto de adoración a un Dios que te amó con una profundidad más grande que la que jamás podrías pagar. Busca amar a Dios en todo lo que haces, piensas, sientes y dices. Ya sea interactuando con un extraño, comiendo con un amigo, trabajando, caminando o respirando, hazlo todo para la gloria de tu Padre amoroso. Permite que el amor de Dios sea el fundamento para tu afecto. Que tu vida satisfaga el corazón de Dios y lleve a los que te rodean a mayores niveles de devoción a nuestro Rey.

Lectura Complementaria: Efesios 3

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