Tema de la Semana: Experimentando las Promesas de Dios

Nuestro Padre celestial nos ha hecho promesas increíbles a nosotros, sus hijos. Pero, aunque es completamente fiel para cumplirlas, él no nos dará esas promesas a la fuerza. Dios nos ha prometido su cercanía, su cuidado y una vida eterna a su lado. Pero tenemos el poder de elegir nuestro propio camino. Él no entra por la fuerza donde no hay espacio. La palabra de Dios no tendrá poder en nuestras vidas si no la leemos. No oiremos a Dios de una manera efectiva si no estamos escuchando, y no podremos experimentar su cercanía si constantemente llenamos nuestras vidas con otras cosas. Es por eso que esta semana hablaremos sobre las diferentes maneras en que podemos experimentar las promesas de Dios para que puedan cumplirse totalmente en nuestras vidas. Es mi deseo que puedas encontrar a Dios poderosamente a medida que aprendes a experimentar plenamente las increíbles promesas de tu Padre celestial.

Espera en el Señor

Pasaje Bíblico: “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”. Isaías 40:31

Devocional:

A lo largo de la Biblia Dios le dio a su pueblo la fuerza que necesitaba para sostenerlo a través de las circunstancias y lograr la victoria sobre sus enemigos. Leemos ejemplos como el de David derrotando a Goliat en 1 Samuel 17, Sansón derrotando a los filisteos en Jueces 15 y Jesús aplastando el poder del pecado y la muerte en la cruz en Mateo 27. En verdad, Dios le ha prometido a su pueblo su fuerza. Pero la Biblia también nos habla de un principio para recibir y experimentar la fuerza de Dios. Isaías 40:31 dice: “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”. Observemos hoy la práctica de esperar en Dios con el propósito de experimentar la fortaleza y la resistencia que él nos ha prometido.

La espera es una práctica que parece contraproducente para la mayoría de nosotros. En un mundo donde los que actúan antes y más rápido parecen tener más éxito, las ideas de paciencia y espera no parecen tener lugar. Pero la sabiduría del mundo no es la sabiduría de Dios. David era un hombre que era sabio en la forma de experimentar las promesas de Dios y él comparte con nosotros su percepción de cómo recibir la fuerza de Dios en el Salmo 33:20-22: “Esperamos confiados en el Señor; él es nuestro socorro y nuestro escudo.  En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti”. Dios anhela protegerte de los ataques de tu enemigo. Él anhela protegerte de lo que te puede derribar. Pero como un escudo, solo puede protegerte si estás dispuesto a quedarte detrás de él. Él solo puede ayudarte si estás dispuesto a ser ayudado. Debes debe esperar en él. Debes permitirle que te acompañe y te guíe.

David también nos revela en el Salmo 33 cómo pudo esperar en Dios de manera tan firme. Dice: “En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre”. Tu capacidad de esperar en Dios es tan grande como la confianza que tengas en él. Mira tu propia vida hoy. ¿Qué es lo que te detiene de estar delante de Dios? ¿En qué cosas te cuesta mucho esperar? ¿En qué áreas te falta paciencia? La confianza no es simplemente una cuestión de la cabeza, sino del corazón. Para poder confiar activamente en Dios, tienes que creer que realmente le interesas. Tienes que creer en lo profundo de tu corazón que no te está pidiendo que esperes solo para estresarte, sino porque tiene algo mejor reservado para ti.

Para experimentar plenamente las promesas de fortaleza y guía de Dios, debes aprender a confiar en él. Tienes que estar dispuesto a esperar en él. La guía y el tiempo de Dios son perfectos. Él sabe cómo guiarte, protegerte y empoderarte. Confía en tu Padre celestial hoy. Toma el ejemplo que nos dio David y elige esperar en Dios. Al hacerlo experimentarás la victoria. Cuando esperas en el Señor puedes volar como las águilas. Tómate un tiempo hoy para depositar tu confianza en Dios y para encontrarte con su amor. Deja que su presencia te llene con el anhelo y la capacidad de esperar en él y vive hoy en respuesta a la palabra de Dios pidiendo y siguiendo la guía del Espíritu Santo en tu vida. Él tiene preparado un día increíble para ti. Simplemente espera y ve hacia donde el Espíritu te guíe.

Guía de Oración: 

1. Tómate un tiempo para recibir la presencia de Dios. Deja que su presencia siente las bases para que confíes en él. Cuando experimentes su presencia, deja que su bondad te recuerde su carácter de buen padre.

2. Ahora piensa en las áreas de tu propia vida en las que tienes dificultades para esperar en Dios. ¿Dónde te falta paciencia? ¿Dónde te sientes asustado o falto de confianza?

3. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a esperar en él hoy. Pídele que te ayude a confiar y a seguirlo a donde sea que te guíe.

“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”. Isaías 40:31

Seguir la guía del Espíritu tiene que ver con tu disposición a esperar y escuchar. Y el esperar y escuchar comienza cuando encuentras la cercanía y la bondad de tu Padre celestial. No estás destinado a confiar en un Dios distante. Estás creado para conocer personalmente la realidad de tu Dios y su amor por ti, y para depositar tu confianza en él como respuesta. Espera a Dios hoy. Crece en tu disposición de seguirlo a donde sea que te guíe. El Espíritu Santo tiene la manera perfecta de guiarte. Simplemente abre tu corazón a él y escucha. Tan grande es el amor de Dios por ti que él promete ir delante tuyo en cada situación. Él promete ser tu ayuda y escudo. Mantente detrás de tu Dios y experimenta una fuerza renovada para cada circunstancia a la que te enfrentes hoy.

Lectura Complementaria: Salmo 33

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